Angela una mujer felizmente casada, Frank un esposo amoroso cuida de su hija y su esposa. pero no todo es lo que parece
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De quién es la culpa (parte 2)
...*Andrew*...
Estaba sentado en la sala esperando alguna noticia de Ángela sobre el resort, cuando de pronto me llega un mensaje de texto.
...Señor llevo a una empleada del resort al restaurante del hotel, hay cosas que nos tiene que decir y es necesario que usted escuché....
-Bueno al parecer no es tan inútil, no al contrario es muy inteligente y hermosa, y su cuerpo a pesar de no ser modelo ni nada, es tan perfecto, la tengo que hacer mía, mía y solo mía.
Nació en mi un sentimiento hacia ella que jamás había sentido, incluso no con Devin, me prepare y baje al restaurante del hotel, Vi a las dos mujeres pero la una era una cría, no pasaba de los 20 años, respire profundo y decidí sentarme cerca de su mesa para escuchar su conversación y que la niña esa no me viera.
Al principio me pareció una conversación sosa hasta escuchar algo que me dejó helado.
- Pues al principio pensamos que don Ernesto nos quería dar la mano y eso, pero no fue así, hace dos meses la migra vino y se llevó a tres de nuestros compañeros, y todos tuvimos miedo y quisimos renunciar pero el no nos dejó, incluso mato a Jeremías pa que le tengamos miedo.
-¿El hizo eso?
-Eso mismo, lo que le dije pues, y hace unos días nos advirtió que pronto llegaría la migra por nosotros y que si no decimos lo que el ordena pues nos metería un balazo entre sega y sega.
- Y que tienen que decir.
- Pues que el ingeniero Andrew Armendáriz nos trajo de ilegal para trabajar en sus cadenas de hoteles, y que no nos paga ni un peso.
- Tráfico de personas.
Maldito infeliz, me culpa aún de la muerte de su hija, y por lo visto todo este tiempo fingió para que yo lo ayudará y así el hacerme pagar por la muerte de Devin.
La muchacha se retiró y decidimos subir a la suite a realizar llamadas para confirmar lo que esa niña nos contó. pero mi sorpresa fue aún mayor, cuando Stalin confirmo cierta información con la policía de los angeles.
-📱Amigo, la chica dijo la verdad, mis contactos en la policía me informaron que hay varias denuncias contra ti por trata de blanca, y adivina quién las puso.
- Ernesto, maldito infeliz.
📱 Logré que te puedas reunir con el detective a cargo y puedas dar tu versión.
- Gracias amigo, te debo una.
📱¿una? varias diría yo jajaja.
- Si está bien, te debo hasta mi vida, nos vemos.
Mientras revisaba algunos correos Ángela decidió tomar una ducha, y tuve unos deseos inmensos de verla, díganme pervertido o lo que quieran, pero necesitaba a esa mujer, era como ese juguete que uno se enamora a primera vista, que te apasiona y haces lo imposible por tenerlo.
Para mí suerte no puso seguro a la puerta del baño, así que entre como un ladrón, y pude ver su hermoso cuerpo desnudo, esa mujer me volvía cada vez más loco, salí y trate de calmar mi lujuria por qué si no lo hacía era capaz de hacerle mía en esa misma ducha.
Al fin nos encontramos con el detective, por lo visto saben que las denuncias en mi contra son una fachada para tapar al verdadero culpable. Ernesto, pero había algo que me hacía incómodo, por qué diablos presente a Ángela como mi prometida.
Al terminar el encuentro con el detective me percate que un hombre de confianza de Ernesto estaba pasando cerca de la cafetería en la que estábamos, por un momento creí que era casualidad así que no le di importancia.
Llegamos al hotel tome una botella de whisky y me encerré en la habitación, ¿por qué Ernesto estaba haciendo todo esto?, pero sabía que todo era mi culpa, jamás le dije la verdad sobre la muerte de su hija, y aún que yo no fui quien le disparó, tampoco hice nada para detener al culpable, en esos momentos no pensaba bien estaba lleno de rabia, destrozado, había encontrado a mi prometida en la cama con otro, con un disque gay.
Luego vino los recuerdos de Ángela, su cuerpo, lo que pasó en el jet, la cicatriz en su muñeca, mientras se bañaba, y sin pensarlo salí de la habitación y fui directamente sobre ella, la comencé a besar, sus besos aturdidos y todo me gustaban cada ves más, no pude mas, la acaricie todo su cuerpo.
-No me detengas y se mía, solo mía.
Fue la mejor noche de mi vida, no me cansaba de poseerla, su cuerpo era mi templo, dónde encontré la paz que tanto necesitaba.
No se en que momento nos quedamos dormidos, pero de repente sentí que Ángela volvió a tener nuevamente esa pesadilla.
- Te odio, te odio, me destrozaste la vida, te odio, los odio.
Ver qué de sus ojos nuevamente brotaban lágrimas, me lleno de impotencia y ganas de protegerla aún más, sola la abrace tan fuerte, hasta que dejó de llorar y así durmió más tranquila.
Comenzaron a salir los primeros rayos del sol. me levanté suavemente no quería despertarla, me coloque mis bóxer y busque mi celular, enseguida envié un mensaje a Sherlock, es mi investigador privado, no se muy bien su nombre pero es muy bueno en su trabajo por eso el sobrenombre, Sherlock.
...Necesito que investigues todo sobre una persona, su nombre es Ángela Lombardo, trabaja para mí, es la gerente administrativa, mi padre la recomendó....
Pasaron unos minutos y me entró un mensaje.
...Enseguida señor....
Miraba por la ventana perdido en mis pensamientos, como una mujer que apenas conozco me provoca todo esto, no puede ser amor si no se nada de ella, pero se muy bien que lo de anoche no fue solo sexo, le hice el amor una y otra vez, y me encanto. jamás me había sentido así. Hasta que sonó la puerta de la suite ví que ella aún dormía y me apresure a ir a abrir, era ese infeliz.
- Así que es verdad, el niño de papi está en la ciudad.
- Que quieres Ernesto.
- Así tratas a tu suegro, dónde están tus modales, que ni siquiera has ido al resort a saludar.
- Apenas acabo de llegar.
- Que raro, ayer te vieron en una cafetería bien acompañado, incluso esa mujer estuvo en mi resort con una de mis empleadas.
- Que quieres, dilo de una vez.
- Venganza.
- Bien
Cuando de repente sale Ángela de la habitación, mi cuerpo se estremeció.
- Así que está es la zorra con la que te acuestas.
- Ernesto mide tus palabras que no respondo.
- Tan fácil te diecisiete de mi hija para andar con cuánta mujerzuela.
- No más Ernesto.
- Pero vas a sufrir todo el infierno que he sufrido yo desde que mataste a mi hija.
Saco una arma, sabía lo que iba hacer, matar a Ángela, quise detenerlo pero fue tardé, detonó la pistola, mire Ángela que tenía su mano llena de sangre y comenzó a desplomarse, corri hacia ella. ¿por qué?, Ernesto corrio de la habitación, la mire en el piso ya inconsciente así que llame a recepción a que trajeran una ambulancia y detuvieran a ese infeliz.
Apenas la encontré y ya la estaba perdiendo.