Isabella, una chica que creció entre la pobreza después de perder a su mamá una noche, viviendo entre las sirvientas conoce a Alessandro un hombre poderoso y peligroso que le enseñará el arte del amor.
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encuentro parte 1
Isabella...
La noche había llegado a su fin. Miré por la ventana y noté que el hombre ya se había marchado. Decidí salir para ayudar a limpiar todo lo que había quedado después de la reunión, cuando de repente, escuché a Renata conversando con su madre acerca de Alessandro.
Madre, ¿qué te pareció? ¡Alessandro es impresionantemente guapo! Proviene de una buena familia, está estudiando y, además, me voy a casar con él, ¡ya lo verás! dijo Renata con una sonrisa radiante en su rostro.
Te reconozco que hiciste una elección muy acertada, él es un verdadero hombre, dijo la madre Renata con un tono de aprobación. Ahora que lo sabes, tu tarea es asegurarte de que él te pida matrimonio. Estas palabras resonaron en mi mente mientras me alejaba de ellas, con las manos repletas de aperitivos que habían quedado de la reunión.
Al ingresar en la cocina, Sonia se aproximó a mí con una enorme sonrisa iluminando su rostro.
—Isabella, no vas a creer lo que me sucedió. ¿Recuerdas a ese atractivo pelirrojo? Me invitó a la carrera de caballos que se llevará a cabo en su finca —exclamó Sonia, sonriendo de oreja a oreja.
En serio, eso es realmente extraño. Ese tipo de hombres no suelen invitar a empleadas como nosotras a esas cosas, comenté, sintiéndome desconcertada por la situación.
Por favor, Isabella, vamos. ¡Así las dos nos podemos cuidar! exclamó Sonia, poniendo una expresión de puchero en su rostro que dejaba claro cuánto deseaba que aceptara.
Sonia, tú sabes que tengo que trabajar en el dispensario de la iglesia, respondí, mientras comenzaba a lavar los platos, tratando de distraerme un poco de la conversación.
Vamos Isabella, tiene muchos meses que no salimos a divertirnos juntas.!_ dijo Sonia mirándola.
Ir a dónde.!?_ pregunto Inés entrando ala cocina.
Ala corrida de caballos que se va a dar Pero Isabella, no quiere ir a divertirse.!_ dijo Sonia.
De ninguna manera, tengo que trabajar en el dispensario, respondí con firmeza. A pesar de que hacía mucho tiempo que no salía de casa, no sentía interés en participar en alguna actividad. Mi deseo era continuar aprendiendo en el dispensario; quería adquirir los conocimientos necesarios para poder dejar el pueblo y dejar atrás a mi padre.
—Mi niña Isabella, por un día que no vayas, no pasará nada. Ve a divertirte, yo me encargaré del dispensario —me dijo mi abuela Inés, intentando convencerme.
Está bien, dije mientras suspiraba, mientras Sonia saltaba de alegría y me abrazaba, llenando mis mejillas de besos.
A la mañana siguiente...
Pasé toda la mañana en la cocina, ayudando a preparar la comida de Renata, ya que necesitaba un régimen especial para no engordar. Así que me ocupé de ayudarle en lo que podía a Inés.
Esto sabe horrible, abuela, exclamé mientras probaba un bisquet de espinaca, mi expresión reflejando claramente mi desagrado.
¡Jajaja! Es cierto, qué espanto. No hay nada como disfrutar de un pan dulce acompañado de cajeta y mantequilla. exclamó Sonia, riendo con entusiasmo.
¡Basta ya! No sigan hablando, alguien podría escucharnos y eso nos podría traer problemas. advirtió Inés mientras ambas continuábamos riendo.
¡Tenemos que darnos prisa porque nos vamos a lucir muy bellas para salir! exclamó Sonia, mientras soltaba un suspiro.
Todo va a salir perfecto, ¡esta tarde la vamos a disfrutar al máximo! exclamé mientras miraba a Sonia y a mi abuela Inés con una gran sonrisa en el rostro.
Después de terminar nuestras tareas en casa, Sonia y yo nos dirigimos a nuestras habitaciones para organizarlas un poco. Aproveché ese momento para maquillarme un poco; elegí un pantalón de mezclilla cómodo y una camiseta que me gustaba mucho. También opté por ponerme mis botas vaqueras, que son ideales para caminar por el rancho. Una vez que ambas estuvimos listas, nos dirigimos a la salida del rancho, llenas de emoción por lo que nos esperaba esa tarde.
Sonia eligió un vestido de mezclilla adornado con olanes, el cual acentuaba de manera encantadora su figura. Combinó su atuendo con unas botas vaqueras que le daban un toque auténtico y un sombrero que la hacía lucir aún más elegante.
¡Estoy realmente nerviosa, Isabella! exclamó Sonia mientras ambas avanzábamos hacia el rancho al que Isaac la había invitado.
Tranquila, vamos a divertirnos y solo por favor no te ilusiones tan rápido con ese hombre.!_ dije mirando a Sonia.
No te preocupes, estaré bien.!_ dijo Sonia sonriendo, pero yo sabía que Sonia era muy enamoradiza y siempre le terminaban rompiendo el corazón y eso me preocupaba.
Al llegar al rancho, nos encontramos con una gran multitud de personas. Muchos de los empleados que estaban allí nos reconocían a Sonia y a mí, ya que manteníamos una buena amistad con varios de ellos. Entre estas personas, destacaba Julián, un chico que había sido un buen amigo mío desde que éramos pequeños. Su presencia nos trajo a la mente viejos recuerdos compartidos y momentos vividos juntos en el pasado. La calidez de los reencuentros y el ambiente animado hicieron que nuestra llegada al rancho se sintiera aún más especial.
Antes de que tuviéramos la oportunidad de saludar a Julián, nos topamos con un joven pelirrojo llamado Isaac. Él había sido quien había invitado a Sonia a pasar tiempo en el rancho, y además, estaba el mismo hombre con el que ella había tenido una pelea unos días antes.
Cuando lo vi, no pude evitar reflexionar sobre lo atractivo que era. El entorno campestre parecía no estar hecho para él; se presentaba vestido con un elegante traje negro, su cabello estaba meticulosamente peinado y sus ojos, de un intenso color, se fijaron en mí de manera directa. Sentí una ola de nerviosismo y, a pesar de mi intento por mantener la calma, era evidente que me costaba contenerme.
Que bueno que estén aquí, bienvenidas.!_ dijo Isaac con una sonrisa mirando a Sonia.
No gracias a ti por invitarnos el lugar es hermoso.!_ dijo Sonia mientras yo quería irme, sentía la mirada de ese hombre sobre mi cuerpo y me ponía nerviosa algo que nunca me había pasado.
por otro lado Isabella tienes que ser más fuerte deja de lamentarte de que el este con otra y no te mire a ti que si lo hace pero se hace el pendejo por Dios date tu lugar y que seas la esposa no necesariamente debes estar encerrada comí dices tú te gustaba atender a las personas busca empleo en el hospital no necesariamente debes estar en casa
por que si caía ahorita ante el ya te jodiste
ALEZZANDRO.....🤭