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¡Haré que te Arrepientas, Amor!

¡Haré que te Arrepientas, Amor!

Status: Terminada
Genre:Sustituto/a / Amante arrepentido / Completas
Popularitas:29
Nilai: 5
nombre de autor: Aisyah Alfatih

Aluna Haryanti Wijaya, una joven dulce que se casó para proteger el honor de su familia. Su matrimonio con Barra Pramudya, un joven CEO heredero de una poderosa familia, parecía perfecto ante los ojos de todos. Sin embargo, detrás de esa promesa sagrada, Aluna solo sentía frío, soledad y dolor. Desde el principio, el corazón de Barra no le pertenecía. Su amor ya estaba ligado a Miska, su hermanastra. Una chica de apariencia inocente pero de corazón astuto, que desde pequeña siempre quiso arrebatarle todo a Aluna.

Tras un año de matrimonio, Aluna solo recibía miradas vacías de su esposo. Hasta que Miska regresó del extranjero, y todo se desmoronó. Aluna finalmente descubrió la devastadora verdad: su amor no era más que la sombra del amor de Barra hacia Miska.

¿Podrá Aluna mantenerse firme por su amor, o se irá dejando a Barra atrás para seguir con su vida?

NovelToon tiene autorización de Aisyah Alfatih para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3

El coche negro de la familia Pramudya avanzaba por la calle aquella tarde. Barra conducía con el rostro tenso, mientras Aluna aún sonreía levemente, satisfecha de haber logrado silenciar a Miska frente a la familia. Pero de repente, Barra detuvo el coche bruscamente al borde de la carretera. El chirrido de los frenos hizo que el cuerpo de Aluna se sacudiera ligeramente hacia adelante.

Sin rodeos, Barra giró su cuerpo y, con ambas manos, empujó los hombros de Aluna contra el respaldo del asiento. Su rostro estaba cerca, su mirada afilada, llena de ira.

"¿Estás loca, Aluna? ¿Acaso te pusiste ese vestido a propósito solo para presumir... nuestra noche ante los demás?", su voz era baja pero contundente, llena de énfasis.

Aluna no mostró miedo. Por el contrario, una pequeña sonrisa se escapó de sus labios, su mirada llena de desafío.

"¿Por qué? ¿Tienes miedo, Barra? ¿Acaso no somos marido y mujer legítimamente? ¿Qué tiene de malo que la gente sepa que un marido toca a su esposa?", inclinó su rostro, susurrando con un tono punzante, "O... ¿tienes miedo porque Miska estaba allí?"

Ese nombre hizo que la mandíbula de Barra se tensara. Al instante, soltó su agarre de los hombros de Aluna y respiró hondo. Volvió a sentarse en su asiento, arreglando su chaqueta que se había desordenado, tratando de contener la agitación en su interior. La voz de Barra sonó fría, llena de advertencia.

"Nunca provoques mi ira, Aluna. No sabes... lo que puedo hacer si realmente me enfado".

Aluna se quedó en silencio, mirando el perfil de su marido, que ahora volvía a ser frío como una estatua. Pero en su corazón, en realidad sonrió amargamente. Al menos por primera vez, había logrado que Barra reaccionara, aunque solo fuera con ira.

El coche finalmente se detuvo en el patio de la residencia Pramudya. Barra bajó primero sin mirar siquiera, sus pasos amplios y llenos de ira que aún no se había calmado. Aluna lo siguió, caminando lentamente con una sonrisa forzada, como si nada hubiera pasado.

Tan pronto como entró en la casa, Barra se quitó la chaqueta y la dejó en el sofá. Se aflojó la corbata con brusquedad y luego bebió un trago de agua mineral que Cleo había puesto en la mesa. Su mirada ni siquiera se dirigió a Aluna.

Aluna entró con calma, colgando su bolso en una silla. Se acercó a Barra, tomó la chaqueta que yacía descuidada y la colgó cuidadosamente en el perchero. Ese simple gesto enfureció aún más a Barra, porque sentía que Aluna estaba tratando de actuar como una buena esposa.

"Barra...", la voz de Aluna era suave, casi un susurro.

Barra solo resopló, sin mirar.

Aluna continuó con un tono amargo: "Durante el año que he estado contigo, ¿de verdad no hay ni un poco de espacio en tu corazón para mí? Siempre mencionas el nombre de Miska, pero soy yo quien está a tu lado cada noche. Soy yo quien te espera en casa, soy yo quien recibe toda tu frialdad..."

Barra dejó el vaso con un ruido fuerte, girándose rápidamente. Su mirada era penetrante, tensando el ambiente de la habitación.

"Tú misma pediste todo esto, Aluna. Te lo advertí desde el principio. Nunca te he amado y nunca lo haré".

Aluna se quedó en silencio por un momento, sus labios temblaban. Pero luego sonrió torcidamente, conteniendo su dolor con una dignidad aún intacta. Se acercó, mirando a Barra fijamente.

"Entonces... déjame hacerte caer, Barra. Ya verás, por mucho que te resistas, algún día te arrodillarás ante mí. No ante Miska".

Esas palabras hicieron que Barra se congelara por un instante. Sabía que Aluna no estaba bromeando. Pero antes de que pudiera responder, su teléfono sonó. El nombre de Miska aparecía claramente en la pantalla. Sin dudarlo, Barra contestó de inmediato, dejando a Aluna de pie, rígida, con una sonrisa amarga en los labios.

'¿Miska? ¡¿Otra vez Miska?!' Aluna gritó en su interior al saber que Barra volvía a ir a ver a Miska.

Apenas el sonido del coche de Barra desapareció en el patio delantero, Aluna dejó caer su cuerpo en el sofá con el rostro inexpresivo. Su mano temblorosa tomó lentamente el teléfono de la mesa. Varias notificaciones de mensajes entraron, pero un mensaje particularmente llamativo la hizo enderezar su cuerpo.

[Invitación Formal al Aniversario de la Empresa Pramudya Group]

El mensaje fue enviado por la suegra de Aluna.

Aluna abrió el mensaje, sus ojos recorriendo cada palabra. Una invitación digital con un diseño lujoso y exclusivo, dirigida específicamente a nombre de la Señora Aluna Barra Pramudya. Sin darse cuenta, sus labios se curvaron formando una leve sonrisa. Su mano acarició lentamente la superficie de la pantalla del teléfono, como si acariciara una oportunidad de oro.

"Así que esta es la oportunidad que me das, madre...", murmuró en voz baja.

Sabía que la fiesta de aniversario de la empresa no era solo un evento formal, sino un gran escenario. Todos los ojos de la familia extensa, socios comerciales, funcionarios y círculos sociales estarían puestos en ella. Si lograba lucir perfecta allí, entonces nadie, ni siquiera Barra, podría subestimarla más.

Aluna enderezó su cuerpo, su mirada volvió a ser afilada, llena de ambición. Recordó de nuevo las frías palabras de Barra: 'Nunca te he amado y nunca lo haré'. Esas palabras daban vueltas en su cabeza, avivando un fuego cada vez mayor.

"Espera y verás, Barra", susurró mientras apretaba el borde de su vestido. "Te demostraré que no soy solo una esposa en la sombra. Me convertiré en la única mujer digna de llevar el nombre de Pramudya. Y tú... te arrepentirás de tus propias palabras".

Con una sonrisa llena de cálculo, Aluna se levantó y caminó hacia el armario. Esa noche, comenzó a planearlo todo: qué vestido usaría, a quién conocería y cómo haría para que Barra viera que Aluna no era una mujer a la que podía descartar tan fácilmente.

[Andra, acompáñame a la fiesta de aniversario de la empresa Pramudya, mañana por la noche.] Andra es la mejor amiga y socia comercial de la familia Wijaya, una persona que siempre ha ayudado y estado del lado de Aluna desde el principio.

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