Amor Forzado.

Amor Forzado.

huye

...El inicio, trece años atrás....

Mi nombre es Isabella y...

Todo comenzó una noche oscura y lluviosa, cuando yo tenía apenas siete años. Era muy tarde, en plena madrugada, cuando mi madre entró en mi habitación y me despertó suavemente.

—Mi osita, levántate —susurró con una voz suave pero urgente—. Shhh, no hagas ruido. Vamos a jugar a un juego en el que vamos a correr lo más rápido que podamos.

La miré con temor, comprendiendo que algo no estaba bien. Su rostro estaba lleno de moretones y marcas, y solamente pudo abrir uno de sus ojos. Esa imagen me llenó de preocupación y confusión, mientras el sonido de la lluvia golpeaba fuertemente contra la ventana, añadiendo a la atmósfera inquietante de aquel extraño despertar.

Mi mamá me tomó en sus brazos y solo me puso un pequeño suéter blanco tejido a mano. Salimos de la casa sin hacer el más mínimo ruido. Al pasar por delante de mi padre y otros hombres que estaban en la sala, pude ver que todos estaban dormidos, rodeados de botellas vacías. En ese momento, me di cuenta de que no me importaba despedirme de mi padre, ya que él había sido violento tanto conmigo como con mi madre. Recuerdo que todas las tardes él llegaba a casa borracho. En muchas ocasiones ni siquiera teníamos nada que comer, Pero mamá cortaba un poco de elotes del campo, porque el refrigerador estaba completamente vacío. Lo más desgarrador era que, cuando él llegaba en ese estado, lo único que sabía hacer era golpear a mamá. Por eso, salir de esa casa me parecía una liberación.

Mi padre siempre llevaba consigo un fuete, que utilizaba para los caballos, y parecía que le incomodaba verme. Esa noche, yo me encontraba sentada en un sillón, en silencio absoluto, observándolo de reojo. De repente, nuestras miradas se cruzaron; en ese instante, él se levantó y, sin previo aviso, me golpeó en una pierna con tal fuerza que un grito de dolor salió de mis labios.

¡No me mires!, me gritó, lleno de rabia.

Al escucharme gritar, mi madre corrió de inmediato hacia mí y me abrazó con fuerza, absorbiendo así la furia de mi padre. Mientras yo lloraba desconsoladamente, suplicándole a Dios que nos ayudara, mi cuerpo temblaba de miedo, sintiendo la brutalidad de la situación que nos rodeaba.

Basta por favor Rubén.!_ decía mi madre mientras su cuerpo temblaba del dolor.

...****************...

...****************...

Mi madre apenas podía caminar; parecía que le dolía una de las piernas. Así que, a pesar de que ambas estábamos descalzas, tomé la decisión de bajarme y correr de su mano. Nuestros pies se hundían en el lodo, y en el camino, algunas piedras y ramas nos ocasionaban molestias, pero continuábamos corriendo sin ni siquiera atrevernos a mirar hacia atrás.

Antes de llegar a un estrecho barranco, un lugar tan angosto que solo permitía el paso de una persona a la vez, comenzamos a escuchar el resonar de los cascos de los caballos, como si se acercaran rápidamente desde atrás. En ese momento, la voz de mi padre retumbó en mis oídos, intensamente, al gritar el nombre de mi madre. Sentí que mi corazón latía con tanta fuerza que parecía que iba a estallar, y mi respiración se tornó tan agitada y descontrolada que era imposible concentrarme en algo más.

Mi madre tomó mis manos con fuerza y sentí que ambas éramos presa del terror.

“Escúchame, osita,” me dijo con voz temblorosa. “Vas a correr lo más rápido que puedas por este camino; te llevará al pueblo. En esta bolsa llevas el nombre de una mujer que te va a ayudar.” Sus lágrimas caían mientras hablaba.

“No quiero ir sin ti,” respondí, acomodando mis palabras entre sollozos silenciosos.

“Vamos, osita,” insistió ella con determinación. “Yo iré más tarde; solo voy a hablar con papá.” Mientras pronunciaba esas palabras, empecé a caminar por el sendero. A medida que me alejaba, el miedo se apoderaba de mí, y cuando giré la vista por última vez, me di cuenta de que ya no podía verla.

Cuando finalmente llegué al final del camino, la lluvia comenzaba a caer con más intensidad. Busqué refugio debajo de una pequeña marquesina que se encontraba en la entrada de una tienda. Mientras me resguardaba de la lluvia, abrí la bolsa que me había entregado mi madre. Dentro de ella, encontré un papel que contenía el nombre de un hombre, el de una mujer y su dirección, junto con instrucciones detalladas sobre cómo llegar allí. Con el corazón acelerado y un nudo en el estómago, comencé a correr por las calles, con miedo, pero determinada. Sabía que era vital encontrar a esa mujer, ya que ella podría ayudar a mi madre en ese momento de mi padre.

Nunca antes había salido sola, así que no comprendía muy bien cómo funcionaban las cosas en el exterior. Finalmente, llegué ante una gran puerta de madera pintada de rojo brillante. Con una mezcla de nervios y desesperación, toqué la puerta insistentemente hasta que, por fin, salió al umbral una mujer mayor, de complexión robusta, que llevaba un mandil negro sobre su vestido.

La mujer me miró con una expresión de sorpresa y preocupación. ¿Niña, qué te sucede? me preguntó con voz firme pero amable.

Con lágrimas corriendo por mis mejillas, respondí entre sollozos: ¡Mi mamá me dijo que viniera!

La mujer, con una ceja levantada, parece que no podía creer lo que estaba oyendo. ¡Dios santo! ¿Quién es tu mamá, niña? Y, mira nada más, ¡vienes descalza! exclamó, observando mis pies desprotegidos.

Mi mamá se llama Camila, expliqué, tratando de calmarme. Ella necesita ayuda porque mi papá le pegó, nosotros vivimos pasando el barranco en una casita pegada al manantial. Al escuchar mis palabras, la mujer me miró con intensidad y, por un instante, su expresión cambió a una mezcla de preeocupación y como si hubiera visto un muerto, me abrazó y otra mujer se acercó.

pero qué pasa Inés .!?_ pregunto la mujer mirándome.

Lleva a adentro ala niña dale un baño caliente y algo calentito que comer yo necesito salir.!_ dijo la mujer limpiando sus lágrimas, mientras la otra mujer tomaba mi mano y entrabamos a una casa que parecía sacada de un cuento de adas tan grande que parecía que nos perderíamos entre los pasillos.

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Comments

Nere Solis

Nere Solis

pobrecita cuántas niñas pasan x lo mismo 😔

2025-09-04

1

Carmelita

Carmelita

muchas felicidades hermosa un gran comienzo y aquí vamos de nuevo siii👏👏👏❤️

2025-09-05

0

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Una casi real muchas niñas y mujeres son golpeadas y humilladad

2025-09-06

0

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