Melina siempre se sintió fuera de lugar en su manada. Mientras sus amigos se transformaban en lobos a los 10 años, ella permanecía humana, aislada y decidida a escapar para llevar una vida normal lejos de allí.
A los 19 años, escondida durante la intensa temporada de la bruma, su destino se cruza con Eron, el alfa viudo, quien juró hace años no volver a amar. El encuentro despierta un deseo avasallador en ambos, culminando en un vínculo irrompible.
Atrapados entre un amor prohibido y las tradiciones de la manada, Eron y Melina deben decidir si están dispuestos a desafiar al destino. ¿Podrá su amor superar las barreras impuestas o las obligaciones de la manada los separarán para siempre?
Descubre la pasión y los secretos de "La Elegida del Alfa Viudo".
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Capítulo 7
Eron
Después del almuerzo me veo obligado a ser cortés con Hannah, llevándola a conocer algunos barrios de nuestra manada. Ella hace de todo para pasar más tiempo conmigo, diciendo que quiere conocer a más personas, y termino en un barrio donde hay una feria extensa.
Pero no es eso lo que llama mi atención, sino el aroma que me deja fascinado… el aroma de la mujer de cabello blanco. Miro a mi alrededor y no la veo por ninguna parte.
Hannah insiste en tocarme y eso me está molestando bastante. Le quito las manos de mi brazo varias veces, pero siempre encuentra una oportunidad para volver a ponerlas sobre mí.
—Mira, Eron, quiero ese vestido de allí —dice mientras me abraza.
—Entonces cómpralo. —respondo saliendo de su abrazo— No hay nada que te impida hacerlo.
—¿No vas a comprármelo tú? —pregunta, como si se sintiera ofendida.
—¿Y por qué debería hacerlo? Ni siquiera somos amigos, y aunque lo fuéramos, no estoy obligado a regalarte algo solo porque tú quieres. —sigo caminando entre las personas de la feria al percibir el aroma de ella más fuerte.
—¿Estás buscando a alguien, Eron? —pregunta Hannah.
—Es hora de volver a la sede de la manada. Aún tengo trabajo que me espera allí.
Camino hacia donde dejé mi coche y Hannah me sigue como una sombra. Al llegar a la sede de la manada, la dejo con Omar y Lucius y me encierro en mi oficina.
Solo puedo pensar en esta noche. Si de verdad me encontraré con esa mujer... Necesito saber su nombre, solo conozco el nombre de su loba: Havy. Argus está loco por ellas, nuestros lobos tuvieron una conexión, un vínculo, una aceptación inmediata.
Me tiro en el sofá de mi oficina y, aunque mis largas piernas cuelguen por fuera, me quedo dormido y sueño con ella. Sueño que la persigo por el bosque, corremos y siempre logro alcanzarla, lanzándome sobre su cuerpo. Me despierto con los golpes de mi tío en la puerta.
—Alfa, sé que aún estás ahí. —dice mientras golpea— ¿Estás bien? ¿No piensas ir a casa?
Me levanto, me siento y paso las manos por mi rostro. Camino hasta la puerta, la abro y lo dejo entrar.
—Ya me voy, tío. ¿Necesitas algo?
—Omar y Lucius organizaron una cena para ti y Hannah. Dijeron que debes asistir por cortesía.
—¿Esto está pasando en serio? —me río— Diles que vayan ellos en mi lugar. Tengo un compromiso ineludible. Dales otro recado de mi parte: no pueden programar nada en mi nombre sin saber primero si estoy de acuerdo, si estoy disponible y si tengo tiempo.
Tomo mi chaqueta de la silla y salgo de la sede. ¿Quiénes se creen que son para forzarme así? No voy a caer en su trampa.
Voy a mi casa, agarro una bermuda y una camiseta, las meto en una bolsita y la amarro al tobillo. Me adentro al bosque y pronto estoy corriendo a cuatro patas.
Acelero cada vez más, porque el deseo de ver a esa mujer aumenta con cada paso hacia la casa donde nos encontramos. Ya puedo ver la figura de la casa a lo lejos, pero no siento su olor, lo cual me parece extraño.
Le pedí que me encontrara aquí. Voy a esperar. Tal vez solo se retrasó... o yo llegué antes. Al llegar al porche, vuelvo a mi forma humana y me visto. Verifico la puerta: no está cerrada.
Entro, sabiendo que no está allí, pero aún así reviso cada habitación. Me siento en la sala y espero. Ella tiene que venir hoy… o seré capaz de buscarla en todos los barrios hasta encontrarla.
Pasaron dos horas y nada de la mujer de cabello blanco. Al salir al porche, siento su aroma en el aire. Escucho un ruido entre los árboles, hasta que la veo salir detrás de un tronco, acomodándose un vestido azul, azul como sus ojos.
—Pensé que tendría que recorrer cada barrio de esta ciudad para encontrarte. ¿Realmente pensaste en no venir después de que te dije que te vería aquí esta noche?
—¡Tú no mandas en mí, alfa! —responde casi gruñendo, y me encanta eso.
—¿Ah no? ¿Entonces por qué estás aquí?
—¿Quién era esa mujer colgada de tu brazo en la feria? —pregunta acercándose como si fuera a atacarme en cualquier momento.
—¿Hablas de Hannah? —me río fuerte— Sabía que había sentido tu olor. ¿Por qué no te acercaste y hablaste conmigo?
Estamos cara a cara y veo cómo sus dedos se transforman en garras. Intenta darme una bofetada, pero la detengo, sujetándole la mano antes de que me rasguñe.
—¿Estás celosa, mi Luna?
—¡No soy tu Luna! ¿Por qué no vas tras esa mujer? Es más bonita y parece tener tanto dinero como tú. Déjame en paz, ¡carajo! —grita, acercando su rostro al mío. No resisto más y la beso, atrayendo su cuerpo contra el mío.
Mis labios se deslizan de los suyos a su mejilla y trazan un camino hasta su cuello, posándose justo sobre la marca que dejé allí. Paso mi lengua, doy algunos besos y le susurro al oído:
—Tú eres mi Luna. Esa mujer solo desea serlo. Entre ella y tú… siempre serás tú, mi Luna. —la siento estremecer y relajarse en mis brazos— Tu nombre… dime tu nombre, mi Luna.
—Me… Melina. —responde con un temblor en la voz— Me llamo Melina. No soy tu Luna, alfa. Eso es imposible de creer.
—No, no lo es, Melina. Estamos destinados. Quiero que vengas a vivir conmigo. —en ese momento se aleja empujándome con fuerza.
—Eso no va a pasar. No voy a vivir contigo.
—Sí, vas a hacerlo. Necesitamos conocernos mejor y profundizar nuestro vínculo. Cuanto más lo niegues, peor será. Vas a vivir conmigo.
—En tus sueños pervertidos, alfa. Nunca voy a aceptar eso. Como ya te dije, mi vida está fuera de aquí, y de preferencia bien lejos. Nadie va a hacerme cambiar de idea, ni tú.
—¿No voy a lograrlo? Ya veremos, Melina.
Ella se aleja de mí y vuelve al bosque. Espero solo unos minutos antes de seguir su rastro en mi forma de lobo. Me lleva hasta una casa en el mismo barrio en el que estuve esta mañana. El olor se intensifica y escucho su voz, hablando con su madre.
Te encontré, Melina.
La trama se hizo excitante, sin darle tanta larga a la intriga.
💯 recomendada 😉👌🏼
hay vacío desde que sale a comer con la mamá hasta que llega con el papá de Hanna.??
o yo no leí bien.?
😠😠😠😠😠😠😠