Ahora Soy Una Maga Sanadora

Cuando Susan volvió a la mansión, estuvo en su habitación meditando y fue a buscar al conde quien la esperaba sentado en el sofá en su oficina.

Conde: buenas noches, lady Susan

Susan: buenas noches, por favor recuéstese…

Mientras el conde, lo hacia intento torpemente iniciar una conversación…

Conde: ¿Qué le pareció la isla?

Susan: bien…

Conde: eh…

Susan cerro los ojos y comenzó a trabajar, Robert ya no lo podía negar, la sensación de alivio era inigualable…

Cuando la sesión termino, él la miraba atento…

Conde: Lady Susan, podría quedarse un momento por favor…

Susan lo miro dubitativa y cruzo sus brazos, aun de pie…

Conde: por favor, siéntese… quiere que pida, que le traigan un té… ¿no?

Susan se sentó y lo miro en silencio, negando con la cabeza…

Conde: quería decirle, que, desde mañana, tendrá una nueva habitación, mejores cuidados… e incluso…

Susan: Conde, sé porque hace esto, porque este cambio repentino, de supuesta amabilidad, es por lo que le dijo el mago…

Conde: no… es que…

Susan: por favor, no invente excusas, ni atente contra mi inteligencia… todo el mundo escucho su conversación con el mago en el comedor…

Conde: yo no sabía que usted…

Susan: Conde Robert, usted no me agrada, ni yo le agrado a usted, pero me necesita para mejorar, por lo que le voy a pedir, que se limite a solo recibir mi atención y no intente este tipo de intervenciones, ni falsa amabilidad.

Conde: Lady Susan, no quiero que usted piense que…

Susan: ¿me va a decir que su cambio hoy conmigo, a horas de que se fuese el mago es una coincidencia?

Conde: eh…

Susan: bien… mire, nada me ata a este lugar y me puedo ir cuando yo quiera…

Conde: pero su trato con mi cuñada…

Susan: en un trabajo para mí, puedo conseguir otro… o volver al templo, ese sería mi problema.

Conde: Lady Susan, podemos mejorar…

Susan: no es necesario, limítese a recibir mis atenciones, no es necesario nada más…

Conde: si esa es su decisión… de igual forma, sobre la habitación, el almuerzo y...

Susan: no es necesario, en esta mansión, solo la gente que come en las cocinas me simpatiza.

Conde: usted…

Susan: ¿yo?

Conde: intente ser amable con usted Lady Romo

Susan: no… usted intento mejorar su trato hacia mí, para que no escuchara al mago y no me fuese, no hay una amabilidad sincera en sus palabras, solo actos de falsa preocupación, para lograr un objetivo… sabe… hubiese preferido que no me hablara hoy, ni intentara fingir cambiar... antes pensé que solo era un conde, malhumorado, gruñón y desposta… ahora además de eso, es un cínico…

Conde: ¿cínico?

Susan: Cínico… Dicho de una persona, que actúa con falsedad o desvergüenza descaradas… o acaso esta amabilidad es real…

Conde: no me insulte lady Susan, no le voy a permitir…

Susan: no es un insulto, son hechos conde… nada más… permiso…

Susan salió molesta de la oficina y dejo al conde aún más furioso…

[¿Qué se cree esa chiquilla, nunca nadie me había respondido así?... menos una mujer… de hecho… generalmente, las mujeres me miraban con lastima o desagrado… nunca… ¡maldición!]

El conde se quedo varias horas alimentando el fuego de su chimenea, ensimismado en sus pensamientos…

Mientras Susan, se sentía aun nerviosa por la conversación anterior…

[¡rayos! ¿fui muy grosera? ¡Ay! Es que ese hombre me molesta demasiado… ¿se cree el dueño del mundo? ¿y si me voy? No, no, no, yo puedo… el mago me dijo, si puedo con ese hombre, ya podré con todos los idiotas del mundo]

Al día siguiente, temprano llego Susan a la oficina… se sorprendió al ver al conde, un poco ojeroso y algo desaliñado…

Conde: buen día

Susan: buenos días…

Susan no alcanzo a decir nada, cuando el conde estaba en silencio, cooperando… aun así le sorprendió que hubiese unos cojines nuevos en el suelo… pero, no dijo nada y los uso para apoyar sus rodillas… comenzó con el tratamiento, de manera normal…

El tratamiento terminó y ella se levanto en silencio, y para la sorpresa del conde se sentó al frente de él…

Susan: conde, se va a cumplir una semana, dijo que si no había cambios, que sería mejor que me fuese…

Conde: lo sé… pero, la verdad es que mi pierna derecha, tiene mucho menos dolor, sé que su tratamiento está ayudándome…

Susan: bien, eso es bueno…

Susan se levanto de su asiento y salió de su oficina dejando al conde recostado... con una sensación que no reconocía