En un mundo donde los humanos temen a los lobos y los lobos temen a su propia naturaleza, Rachel Montemayor despierta en un calabozo, atrapada entre dos identidades. A lo largo de su vida, ha luchado por controlar su lobo interior, pero ahora, en la víspera de ser vendida como esclava en la ceremonia de ascenso de Desmond, su destino parece sellado. Mientras las ofertas se lanzan como dagas en el aire, Rachel debe decidir: ¿se someterá a la vida de un objeto, o encontrará la fuerza para reclamar su libertad y desatar el poder que siempre ha llevado dentro?
¿Es Ethan un Villano o un Héroe Trágico?
¿Puede la cercanía sanar las heridas del pasado?
¿Es posible cambiar el corazón de un hombre frío como Ethan?
En un juego de traiciones, poder y autodescubrimiento, Rachel se embarcará en una lucha que podría redefinir no solo su vida, sino el equilibrio entre humanos y lobos.
Podrá Rachel descubrir: ¿Qué hay detrás de la fachada del 'hombre de corazón frío'?
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Descubrimiento y Traición
...|| El Laboratorio ||...
...Rachel Rouge...
Soy Rachel, una joven química que trabaja en el laboratorio de la empresa farmacéutica PharmaTech. Estoy concentrada en un proyecto secreto al que le he dedicado toda mi vida, mezclando compuestos y anotando resultados en mi cuaderno. La luz fluorescente iluminaba mi rostro mientras ajustaba las proporciones de los ingredientes.
—Si logro estabilizar esta fórmula, podríamos tener un avance significativo en el tratamiento de enfermedades raras— pensé.
De repente, una reacción inesperada ocurrió en uno de los tubos de ensayo frente a mí. Con sorpresa y fascinación, observé cómo el líquido cambiaba de color de un azul profundo a un vibrante verde, mientras emitía un tenue humo. Intrigada, decidí analizar la composición de este nuevo compuesto surgido de forma tan inesperada.
—¿Qué es esto? No estaba en mis cálculos…— me dije.
Al examinar los resultados, mi curiosidad se tornó en preocupación. Sin quererlo, había tropezado con una fórmula que podría convertirse en un veneno mortal. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y sentí que mi corazón palpitaba con fuerza, mientras tomaba conciencia del peligro que esta revelación conlleva. La idea de que esta información cayera en manos equivocadas me llenaba de angustia.
Decidí comunicarle a mi superior, el Dr. Damián, sobre mi hallazgo. Con mi cuaderno, me dirigí a su oficina. Al llegar, noté que la puerta estaba entreabierta y, al acercarme, escuché lo que parecía ser una conversación sospechosa entre Damián y otros ejecutivos.
—Este veneno será nuestra arma secreta. Nadie debe saber de su existencia hasta que estemos listos— dijo Damián, con una voz fría.
—¿Y qué haremos con los que descubran nuestra operación?— preguntó un ejecutivo, inquietante.
—Nos aseguraremos de que no puedan hablar— respondió Damián, y sentí la amenaza en sus palabras.
—¿Y si alguien se interpone?— insistió otro.
—Entonces, que se preparen para enfrentar las consecuencias— exclamó Damián, burlándose. —No podemos permitir que la curiosidad arruine nuestro plan.
—Esto no puede ser... ¿Qué están planeando?— susurré, sintiendo miedo.
Comprendí que era crucial reunir pruebas y contactar a las autoridades. Sin embargo, cada acción que tomaba se encontraba con obstáculos. Decidí confiar en mi colega y amiga Mei, quien era periodista. Juntas, comenzamos a elaborar un plan para hacer pública la conspiración.
—Esto es muy peligroso, Rachel. Debemos ser cuidadosas— me advirtió Mei, preocupada.
—Lo sé, pero no puedo quedarme de brazos cruzados. Debemos detenerlos— respondí con determinación.
Antes de que pudiéramos llevar a cabo nuestro plan, sufrí una traición por parte de Víctor Lurin, un colega en quien confiaba. Resultó ser un espía al servicio de Damián. Debido a esta deslealtad, fui capturada y llevada ante Damián, quien aguardaba este momento.
—Pensé que eras más inteligente, Rachel. Ahora, pagarás por tu curiosidad— dijo Damián, sonriendo.
—¡No puedes hacer esto! ¡La gente morirá!— le grité, desesperada.
—Es un riesgo que estoy dispuesto a correr— respondió, acercándose. —Pero tú, querida, has cruzado la línea.
Fui llevada de vuelta al laboratorio, el escenario de mis pesadillas. Allí, Damián y sus cómplices me aguardaban, sonriendo con satisfacción. Me obligaron a ponerme de rodillas e intentaron forzarme a tragar una dosis del veneno que había descubierto. Sentía que mi corazón estaba a punto de estallar de angustia y miedo.
—Esto es un error, Damián. ¡No tienes idea de lo que estás haciendo!— inquirí, resistiéndome.
—Oh, pero lo tengo, Rachel. Este veneno no solo es letal, es la clave para nuestro futuro— dijo, disfrutando de mi angustia.
—¡No! ¡No lo haré!— grité, pero uno de sus secuaces me sujetó.
—Eres una idiota si te rehusas— me dijo Damián, mirándome. —Ahora, acepta tu destino.
—Esto no termina aquí... Prometo que volveré— exclamé débilmente, mientras la oscuridad me envolvía.
—Adiós, Rachel— se despidió Damián, su voz resonando en mi mente mientras todo se volvía negro.
En mis últimos instantes, mientras el aliento se me escapaba, hice un juramento: encontraría la forma de detener a Damián y su conspiración, y lograría que aquellos que me causaron dolor pagaran por sus actos. No podía aceptar morir así, en una forma tan cruel. La angustia me inundaba, ahogándome en gritos silenciosos de desesperación. Antes de que mis ojos se cerraran, pronuncié mis últimas palabras con toda la fuerza que me quedaba.
» ¡Ellos tienen que pagar por esto! Esto no puede terminar así.