¿Que es lo que lleva a un hombre a cometer el pecado de la infidelidad?.
Darío Álvarez narrará su historia y con sus propias palabras nos explicará que lo llevo a tomar la decisión que cambiaría su vida para siempre.
Esta novela será narrada desde el país de Argentina. Mendoza, donde yo vivo. Así que todas las fotos son de mi querida provincia. Los invito a disfrutar de la hermosura que regala mi tierra.
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Todos tenemos cicatrices profundas.
__ Es extraño abrirme con un completo desconocido. Pero tienes razón menos sé que no me juzgarás.
Lo que sucedió fue que rompí con mi novio, no era la primera vez, pero definitivamente será la última.
Ya no soporto la vida que llevo junto a él. Siento que no puedo respirar, siento que me ahogo a su lado.
__Te entiendo perfectamente. ¿Pero qué fue lo que pasó?
__ Nosotros nos conocimos cuando teníamos 17 años.
A punto de terminar la secundaria comenzamos a salir, pero yo no estaba muy entusiasmada osea no creí que fuéramos en serio y lo engañé un par de veces.
Nada demasiado explícito, solo me besaba con otros chicos cuando salía con mis amigas.
Pero luego cumplimos dos años de relación y él me propuso irnos a vivir juntos.
Acepté por estúpida, a mi madre le agradaba demasiado. Era un hombre centrado y con un propósito en la vida, así empezamos nuestra vida juntos.
Pero nunca fuimos felices de verdad. Después de un tiempo me enteré de que él estaba saliendo con una compañera del trabajo y me quedé por remordimiento.
Yo le había sido infiel primero.
¿Con qué cara podía reclamar?
Después perdí a mi tía que fue como una madre para mí. Ella se quitó la vida y eso me destrozó por dentro.
El fue un gran apoyo en ese momento tan difícil. Pero no dejó su mal hábito.
Cabe aclarar que luego de comenzar a vivir juntos yo no lo volví a engañar, pero para él era otra cosa totalmente diferente.
Lo hacía con cada nueva recluta que entraba a su trabajo, no volvía a casa los fines de semana y ya no me tocaba.
Éramos como dos extraños conviviendo bajo el mismo techo y esta vez me quedé por gratitud, por su ayuda en mi momento más difícil.
Pero ya no lo podía soportar más, teníamos habitaciones diferentes y sentía que yo solo era su sirvienta.
Hasta aquel día que una de sus amantes me llamó pidiendo que lo dejara en paz, que él no podía estar con ella por mi culpa.
Por favor. ¿Lo puedes creer?
Sabes cuántas veces desee que alguna de esas mujeres lo conquistara por completo y así él me dejara de una vez.
Pero siempre se aferraba a mí, a una muñeca que adornaba su casa era innecesaria, pero no desechable.
Ya harta y al borde de la locura le pedí terminar. El se negó prometiendo lo mismo de siempre.
Pero esta vez ya no habría vuelta atrás, tomé mis cosas y me largué.
Mi madre me recriminó por perder a un buen hombre, me dijo que todo era mi culpa porque no le tenía paciencia, porque no lo comprendía, que no sabía cómo seducirlo.
Pero mi madre no sabe todo lo que hice.
Cuántas veces lo esperé en lencería linda o con comida deliciosa pero no importaba si estaba completamente desnuda frente a él.
Las únicas veces que me tocaba era cuando llegaba borracho y no conseguía compañía por afuera. ¿Patética no?
Le di mis mejores años a alguien que nunca me tomó de la mano en la calle, era como si se avergonzara de ser visto conmigo.
Ese hombre destruyó mi autoestima y yo se lo permití sin objeción.
__( Llora con gran tristeza)__
Nayeli González.