Destinos Entrelazados: El Legado De Los Guardianes (El Legado De Los Guardianes: Un Amor Eterno)

El sol se elevaba sobre el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos y dorados mientras Einar continuaba su travesía a través del Valle de los Espíritus. Los Fragmentos de Luz brillaban con un resplandor constante en su bolsa, recordándole la importancia de su misión y el poder que llevaba consigo. Aunque había dejado atrás la traición de Althea, su corazón aún estaba marcado por el dolor y la decepción.

Mientras avanzaba por un sendero serpenteante, una sensación de peligro lo invadió. Instintivamente, agarró la bolsa que contenía los Fragmentos de Luz, asegurándose de que estuvieran a salvo. Pero antes de que pudiera reaccionar, una figura conocida emergió de entre los árboles.

"Einar", dijo Althea con una sonrisa tensa. "Me alegro de encontrarte."

Einar la miró con cautela, recordando la traición que había experimentado antes. "¿Qué estás haciendo aquí, Althea? ¿Vienes a traicionarme otra vez?"

Althea bajó la mirada, aparentemente avergonzada. "Lo siento, Einar. Cometí un error al ayudar a Zarek. Pero ahora he visto la verdad. Zarek no es de fiar."

Einar frunció el ceño, desconfiando de sus palabras. "¿Y por qué debería creerte? ¿Cómo puedo saber que no estás aquí para causar más problemas?"

Althea levantó las manos en un gesto de rendición. "Por favor, déjame demostrarte mi lealtad. Permíteme ayudarte a proteger los Fragmentos de Luz."

Einar vaciló por un momento, luchando con sus emociones encontradas. Sabía que no podía permitirse ser engañado de nuevo, pero una parte de él quería creer en la redención de Althea.

Finalmente, decidió darle una oportunidad. "Está bien, Althea. Pero ten cuidado, no te lo perdonaré si vuelves a traicionarme."

Althea asintió con gratitud. "Gracias, Einar. No te decepcionaré."

Juntos, continuaron su viaje a través del valle, con Althea caminando a su lado. Durante días, parecía que todo iba bien. Einar comenzó a confiar en Althea una vez más, creyendo que finalmente había encontrado a alguien en quien podía confiar.

Pero su paz se vio interrumpida una noche, cuando acampaban en el borde de un bosque oscuro. Mientras Einar dormía, Althea se levantó en silencio y se acercó a su bolsa, donde los Fragmentos de Luz descansaban.

Con manos temblorosas, Althea tomó la bolsa y comenzó a alejarse sigilosamente. Pero justo cuando estaba a punto de desaparecer entre los árboles, una luz brillante iluminó el campamento, revelando su traición.

Einar se despertó de golpe, mirando con horror cómo Althea intentaba escapar con los Fragmentos de Luz. "¡Althea, no lo hagas!"

Althea se detuvo, su rostro lleno de angustia. "Lo siento, Einar. No tenía otra opción. Zarek me amenazó con hacerle daño a mi familia si no le entregaba los fragmentos."

Einar se levantó, su corazón lleno de dolor y furia. "¡No me importa cuáles sean tus razones! Has traicionado mi confianza una vez más."

Althea miró a Einar con ojos llenos de lágrimas. "Por favor, Einar. Déjame ir. No quiero hacerte daño, pero no tengo elección."

Einar sintió una lucha interna, queriendo creer en la redención de Althea pero sabiendo que no podía permitirse ser engañado de nuevo. Con un suspiro pesado, levantó su espada, bloqueando el camino de Althea.

"Lo siento, Althea", dijo con voz firme. "Pero no puedo dejarte llevar los Fragmentos de Luz. Tendrás que enfrentar las consecuencias de tus acciones."

Con el corazón destrozado, Einar se preparó para enfrentar a Althea, sabiendo que esta vez no podía permitirse ser indulgente. La traición de Althea había vuelto a herirlo profundamente, pero estaba decidido a proteger los Fragmentos de Luz y cumplir con su misión, sin importar el costo.

El destino de su mundo yace en la balanza, y Einar estaba decidido a no fallar.