Besos amargos: Un matrimonio sin amor, un corazón sin libertad.
Emily hija del ceo más importante de Washington, es obligada por su padre, quién siempre la obliga a hacer lo que el quiere a casarse con Liam, heredero de la gran prestigiosa y adinerada familia Johnson.
Liam heredero de la gran familia Johnson. Desde niño ha crecido bajo las sombras de su frío padre quién solo se preocupa por el poder y la riqueza, inculcandole que lo más importante es el poder y las riquezas.
Sin embargo, todo eso cambiará cuando conozca a Emily.
¿Qué pasará cuando ambos contraigan matrimonio?
¿Se lograrán enamorar? ¿ o cada quién tomará caminos diferentes?
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Capítulo 19: El regreso de Bryan
Por otro lado..
Emily y Lina se sentaron en el patio de la escuela durante el recreo, hablando sobre sus planes para el fin de semana. Emily estaba decidida a visitar a su abuela el día de su cumpleaños, a pesar de que su padre la había obligado a comprometerse a acompañarlo en un viaje de negocios.
—Lina, tengo un plan, dijo Emily con una sonrisa. Voy a visitar a mi abuela el día de mi cumpleaños, sin importar lo que mi padre diga.
Lina se sorprendió. —¿Cómo vas a hacer eso?, preguntó. Tu padre te obligó a comprometerte a acompañarlo en ese viaje de negocios.
Emily sonrió. Tengo un plan de escape, y tú me ayudarás dijo.
Lina se sorprendió. — Espera que, ¿Yo? ¿Cómo?. Preguntó sorprendida.
— Sí, tu. Lina, tú te pareces un poco a mí, ambas tenemos la misma altura, contextura, y color de ojos, lo único es que yo tengo el cabello castaño, y tú lo tienes negro. Dijo Emily mirándola con una sonrisa.
— Sí, tienes razón. ¿Cuál es tu plan? Preguntó Lina un poco curiosa.
—Vendrás conmigo al viaje de negocios, sé que mi padre no pondrá problema por ello. Me imagino que habrá una cena donde mi padre me presenté ante todos sus socios como la cena anterior, ahí es cuando tú entras. Antes de la cena, me voy a escapar y tomo un vuelvo a San Francisco para estar con mi abuela, y tú me cubres en la cena.
— Espera amiga, ¿Quieres que me haga pasar por ti?
—Sí. Dijo Emily con una sonrisa
—Me encanta la idea, es un poco riesgoso Pero me gusta el riesgo. ¿Y si tú padre me descubre?. Preguntó Lina un poco asustada.
— Sé que no dirá nada en público, le importa mucho su imagen pública y no hará nada que no le convenga. Si me llevaré mi castigo pero será cuándo volvamos a Washington.
Lina asintió. —Estoy contigo, Emily, dijo. Vamos a hacer que tu cumpleaños sea inolvidable.
Las dos amigas se abrazaron y se rieron, emocionadas por el plan de escape de Emily. Pero mientras se reían, Emily no podía dejar de pensar en la posibilidad de que su padre descubriera su plan antes del viaje. ¿Qué pasaría si eso sucedía? Solo el tiempo lo diría.
Al terminar las clases, Emily se dirigió a su casa, como era de esperarse su padre nunca estaba en casa, la casa estaba vacía. Solo se encontraban allí los empleados.
Al entrar a la casa, María recibió a Emily con un abrazo y una cálida sonrisa. Cómo era de costumbre.
—Hola mi niña, ¿Qué tal tu día en la escuela? Preguntó María con una calida sonrisa.
— Bien María, aburrido como siempre. Respondió Emily un poco triste.
—Mi niña Emily alguien te espera en el jardín.
Emily se sorprendió. —No espero a nadie María, ¿Quién es? Preguntó Emily un poco intrigada.
— Si no vas al jardín no lo descubrías querida.
— Mmm, está bien.
Emily se dirigió al jardín.
La mansión de Emily tenía un jardín impresionante, diseñado con un estilo clásico y elegante. Los senderos de piedra serpentean a través de la vegetación exuberante, rodeados de rosas, jazmines y lirios que perfumaban el aire. Los árboles altos y majestuosos proporcionaban sombra y refugio, mientras que las fuentes y estatuas de mármol añadían un toque de elegancia y sofisticación.
En un rincón del jardín, un estanque de peces dorados brillaba en la luz del sol, rodeado por un puente de madera curvado que creaba un sentido de intimidad y romance. Un área de comedor al aire libre, rodeada de plantas y flores, ofrecía un espacio relajado y hermoso para disfrutar de comidas y cenas.
El jardín era un oasis de tranquilidad en medio de la ciudad, un lugar donde Emily podía escapar del estrés y la agitación de la vida cotidiana. Con su belleza y elegancia, el jardín de la mansión de Emily era un verdadero refugio.
Al llegar al jardín, Emily sintió una mezcla de emociones en su corazón. Recordó cuando pasaba tiempo allí con su madre y con su hermano. En ese tiempo, todo era maravilloso para Emily, contaba con el amor de sus padres, y la compañía de su hermano quien sin importar la diferencia de edad que tenían, siempre comprarían tiempo en familia...
Era un día soleado, el clima estaba perfecto, los árboles de cerezos dentro del jardín florecían sin parar y los peces nadaban en el estanque.
En ese hermoso jardín se encontraba una mujer verdaderamente hermosa. Su cabello rubio y sedoso caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos verdes, como esmeraldas brillantes, parecían radiar una luz interior. Su piel era suave y cremosa, con un ligero bronceado que sugería una vida al aire libre.
Tenía una figura elegante y esbelta, que se destacaba en los trajes de alta costura que solía llevar. Su sonrisa era cálida y acogedora, y su voz era suave y melodiosa.
—Mami, mira mi nuevo peinado. ¿te gusta?
—Si mi pequeña princesita, te ves hermosa. Eres la niña más linda de este país. Dijo la hermosa mujer con una radiante sonrisa que transmitía paz.
— jaja te quiero mucho mami. Dijo la pequeña niña castaña, abrazando a su madre. Era un abrazo lleno de amor. Definitivamente Emily amaba a su madre.
En ese jardín, ese hermoso jardín que era un lugar hermoso, de paz y tranquilidad Emily había pasado los mejores días.
Al recordar su infancia y esos momentos junto a su madre, Emily no pudo evitar sollozar un poco.
—Te extraño mucho mamá, quisiera haber partido junto a ti. Pensó Emily.
Emily caminaba por el sendero de piedra del jardín, disfrutando del perfume de las flores que la rodeaban. De repente, escuchó un ruido detrás de ella y se dio la vuelta.
Al darse la vuelta, observo a un chico parado detrás de ella.
El chico tenía un cabello rubio y suave que caía en suaves ondas sobre su frente. Sus ojos eran de un azul marino profundo, que parecían absorber la luz a su alrededor. Su mirada era intensa y penetrante, como si pudiera ver más allá de la superficie.
Su piel era suave y clara, con un ligero bronceado que sugería que pasaba tiempo al aire libre. Su nariz era recta y su boca era firme, con un ligero rastro de sonrisa en sus labios.
El chico tenía una apariencia atractiva y masculina, con un aire de confianza y seguridad que era difícil de ignorar.
—Bryan , exclamó Emily, corriendo hacia él. ¿Cuándo llegaste?.
Bryan la abrazó fuerte. Hace un rato, respondió. Me alegra verte, enana Te he extrañado.
Emily se sintió emocionada de ver a su hermano después de tanto tiempo. Yo también te he extrañado. ¿Cómo estuvo tu viaje?.
Bryan se encogió de hombros. Fue largo, respondió. Pero valió la pena. Me hacías mucha falta enana.
—Ya no me digas así, ya crecí Bryan. Dijo Emily con un puchero.
—jaja con ese puchero sigues pareciendo mi pequeña hermana de diez años. Dijo Bryan a carcajadas.
— No cambias hermano.
—Tu tampoco enana.
Emily recordó que Bryan quería decirle algo de suma importancia.
—Hermano, ¿Qué es lo que me querías contar que no me lo pudiste decir en llamada?. Pregunto Emily algo ansiosa.
—Descubrí algunas cosas interesantes sobre papá y sus negocios.
Emily se sintió intrigada. ¿Qué tipo de cosas?, preguntó.
Bryan miró alrededor del jardín, asegurándose de que no hubiera nadie escuchando.
—Vamos a hablar de eso más tarde, dijo. Por ahora, ¿qué tal si nos sentamos y disfrutamos del jardín?.
Emily asintió y los dos se sentaron en un banco de piedra, rodeados de la belleza y la tranquilidad del jardín.