Adam es un gángster y una madrugada, cae en una trampa, al descubrir que estaba siendo traicionado por su novia, con su mayor rival, durante esta trampa, termina gravemente herido y es salvado por Samantha, una mujer sencilla, que más tarde descubre que trabaja en uno de sus hoteles, ella es una hermosa mujer que está pasando, como él, por una desilusión amorosa. Después de que Samantha le salve la vida, Adam empieza a protegerla de su rival, que se entera de que le ha salvado la vida y se obsesiona con ella.
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El Pasado Conocido
Durante el viaje, en el coche, Samantha y Pedro hablan mucho, al mismo tiempo que él se ilusionaba con la posibilidad de dejar aquella relación, ya tenía dudas de si sería capaz.
- ¿Y si no encuentro a otra persona pronto? No puedo estar solo Sam, ¿qué voy a hacer si no encuentro otro buen chico? - preguntó.
Sam era la forma cariñosa que Pedro tenía de llamarla, y ella le dirigió una mirada seria antes de contestar.
- Primero, tienes que dejar de pensar que nunca eres lo suficientemente buena, ya te lo he dicho, eres guapísima, divertida y tienes el corazón más grande que he visto nunca, ¿cómo puedes pensar que no vas a encontrar a alguien bueno? Y segundo, Iván no era un buen tipo, mejor estar sola que con alguien como él, por no hablar de que me tienes a mí.
Intentó que tuviera más confianza en sí mismo.
- Te tengo a ti, pero no podemos dormir juntos y eso lo piensas porque eres mi mejor amigo, pero no sabes lo que la gente puede pensar de mí -dijo, aún dubitativo.
- Pedro, la gente del hospital te quiere, gustas a todo el personal e incluso a los pacientes, así que esta opinión no es solo mía.
- ¿Los hombres me persiguen? Me gusta esa parte - sonrió con picardía.
Ella entendió lo que quería decir, ambos sonrieron y Samantha le llamó idiota, este era uno de los puntos fuertes de Pedro, incluso en una situación triste siempre estaba de buen humor e intentaba hacer sonreír a la gente.
Ya casi estaban llegando al hotel, pero antes, Pedro volvió el foco de esa conversación, hacia ella.
- No me lo puedo creer, dijo, pero no estoy seguro de lo que voy a hacer al respecto. ¿Cuándo vas a permitirte conocer gente nueva? Además, eres guapa, divertida, una gran mujer, y te garantizo que recibes muchas miradas en ese hotel -le tocó el turno de levantar el ánimo a Samantha-.
- Sabes bien que no me veo como esa gran mujer que dices, miradas y piropos acabo recibiendo, pero veo que solo quieren sexo, me conoces y sabes bien que no me gusta esto del sexo casual.
- Lo sé, eres una romántica incurable, para irte a la cama con alguien, primero tiene que pasar algo más, por eso tardaste tanto en perder la virginidad -habló y comenzó a sonreír.
- No te preocupes, ya estoy superando lo de Douglas y dejaré que las cosas pasen poco a poco, ya sabes que me gustan las cosas bajo control.
- Dejar que las cosas se salgan de control a veces es bueno y puede traer cosas buenas.
Después de decir estas cosas, Samantha no pudo evitar pensar en lo que pasó esa madrugada, eso no se podía llamar algo bueno, pasar por ese sofocón no fue nada bueno.
Los dos siguieron hablando y pronto llegaron al hotel, Pedro se detuvo en la puerta, mientras que los dos hombres se detuvieron un poco más allá, Samantha bajó entrando al hotel y Pedro la siguió.
Los dos hombres también se separaron, uno fue tras Pedro, mientras que el otro bajó y entró al hotel, así los dos estarían vigilados, para poder pasarle la información a Oliver.
Samantha llegó puntual, fue directa al vestuario a cambiarse, el uniforme se lo ponían nada más llegar al hotel y se lo quitaban antes de salir, reglas adoptadas por ellos.
El hombre se sentó en una zona del vestíbulo y observó, tras ver a Samantha cambiándose de sitio con otra empleada, llamó inmediatamente a Oliver.
- Señor, la chica trabaja en el hotel Roially, es recepcionista.
- ¿No es ese el hotel de Adam? - preguntó sorprendido.
- Exacto, ¿será una de sus amantes? - el hombre dejó una duda en el aire.
- No lo sé, pero de momento averiguaré lo importante que es esa mujer para él, vigílala hasta que yo llegue, veré a esa mujer en persona y preguntaré por Adán.
Oliver colgó la llamada, y llamó a algunos de sus subordinados para que le acompañaran, cuando subió al coche, recibió otra llamada de Sabrina, se entregó y contestó, se preguntaba como Adam la había aguantado tanto tiempo.
- ¿Qué pasa Sabrina? - contestó ya con dureza.
- Llevo un rato despierto y no has venido a verme -le dijo de forma amable.
- Soy un hombre ocupado Sabrina, no tengo tiempo de jugar a las casitas contigo, ni de hacer de marido preocupado, de hecho, tampoco soy novio, ya sabes que no salgo con nadie, somos amantes, entiéndelo de una vez, cuando me des paso por allí - colgó ya resoplando de impaciencia.
En la clínica, Sabrina miraba el teléfono entre incrédula y enfadada, empezando a murmurar a solas.
- ¿ Antes de conseguir lo que quería no era así señor Oliver, no soy su objeto desechable, me utilizó como quiso y ahora cree que puede desecharme? No será así -dijo enfadada.
Adam todavía no había salido de la clínica, ya había ordenado que un hombre de paisano fuera al hotel, la orden era que en cuanto llegara Samantha le avisara y siguiera vigilando.
Mientras esperaban a que el médico le diera el alta a Adam y le recetara la medicación, Caio recibió un mensaje del hombre que se hospedaba en el hotel, el mensaje le informaba que Samantha ya estaba en el trabajo y que hasta ese momento no había tenido movimientos sospechosos.
Caio informó a Adam, que ya estaba impaciente con la demora del médico para su liberación, ya estaba vestido y listo para irse, ni siquiera iría a casa, primero quería pasar por el hotel y hablar con Samantha.
Ya Oliver se dirigía hacia allí, durante el trayecto recibió un mensaje con información sobre Samantha, en la nota había una observación que decía que la dirección estaba guardada en el sistema.
A Oliver le pareció extraño tener la dirección de la chica en su sistema y comenzó a leer la información, entonces entendió cuando leyó su apellido, miró por encima su filiación, una sonrisa se hizo en su rostro y habló.
- Realmente el mundo es un pañuelo, mi querida Samantha Navarro.
Contestó el mensaje, diciéndoles que enviaran la información que tenían en el sistema sobre el padre de Samantha, esa información que recibió era muy especial y podría utilizarla en el futuro.
- Esta historia se está poniendo cada vez más interesante, ahora veremos si en persona, eres tan fascinante como pareces - habló mirando una foto de Samantha.