El día en el que Susan celebraba su aniversario número 25, parecía que todo marchaba bien, pero solo fue el principio de la gran avalancha que se aproximaba. Inesperadamente, lo que Susan no esperaba era que él le pidiera el divorcio, su marido tenía un romance clandestino con una joven de 20 años.
A pesar de la situación, Susan decide seguir su vida y con una sonrisa en su rostro, en el camino se encontrará nuevamente con el amor, un hombre que le hará saber que ella aún sigue siendo una mujer bella.
¿Podrá él ganar el corazón de Susan?
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VIII
Al día siguiente luego del desayuno, David revisaba su maletín, había decidido volver a la empresa.
_ ¡Pensé que te quedarías otro día conmigo!, le reprocho Chloe.
_ Necesito solucionar unas cosas además tengo que hablar con mi abogado respondió David indiferente mientras leía unos documentos.
_ Está bien supongo que me aburriré aquí hasta que vuelvas dijo ella
_ Puedes salir de compras, te dejaré dinero. Ya de paso podrías hacer las compras. El sushi ya me tiene cansado, tengo miedo convertirme en un gato dijo él bromeando.
_ ¡Sabes perfectamente que no sé cocinar!, respondió ella molesta.
_ Entonces busca a alguien que lo haga, pero no pienso seguir comiendo cosas que vengan en una caja de cartón. Llama a una agencia y que te envíen a alguien
_ Está bien llamaré a una agencia dijo Chloe.
Él la beso, fue a lo que sería su nueva oficina, abrió la pequeña caja de seguridad y sacó dinero para dejarle a Chloe se despidió de ella y se fue a su trabajo.
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En Los Ángeles Alexander Cavelli corría de un lado hacia el otro terminando sus pendientes antes de ir al aeropuerto.
Debía viajar a Vancouver una de sus series que se estaba filmando allí tenía problemas con uno de los escritores, por alguna razón el nombre de Ava Cooper le vino a la mente ella solía tener buenas ideas, pero confiarle semejante responsabilidad sería demasiado. Además, recordó que le había pedido permiso porque tenía problemas familiares.
Mientras se encontraba firmando los últimos papeles antes de ausentarse por unos días de la ciudad.
_ Eleonora, por favor llama a Ava Cooper intenta hasta que responda le dijo a su secretaria. Minutos después escucho la voz de Eleonora al teléfono.
_ Alexander la señorita Cooper en la línea dos
_ Señorita Cooper ha surgido un inconveniente en la filmación de Vancouver así que necesito que se reúna conmigo ahí en cuanto solucione sus problemas le informo Alexander.
_ Pensaba volar hoy mismo para Los Ángeles, ya me solucione mi problema dijo ella.
_ Me alegra escuchar eso¿Dónde se encuentra en este momento, pregunto él.
_ En Seattle señor mi vuelo sale a las tres de la tarde para Los Ángeles.
_ No venga espéreme en Seattle, llegaré a las cuatro de la tarde, iremos directamente a Vancouver le informo Alexander.
_ Muy bien señor lo veré en el aeropuerto respondió Ava.
Susan miraba a su hija parecía preocupada por algo.
_ Ava cariño, que pasa pregunto Susan mientras les servía el desayuno
_ Nada, va eso creo era mi jefe parece que hay problemas en una de las producciones y quiere que yo lo acompañe. En realidad lo que me preocupa es que.
_¿ Es un viejo que corretea jovencitas?
_ ¡Amélie!, la regaño Susan. ¿Ava te ha faltado el respeto?, pregunto ella
_ No mamá el señor Cavelli es muy correcto conmigo, pero en cierta forma es cierto lo que dice Amélie se ha liado con cada actriz a él le atraen las bellezas hollywoodense.
_ Lo ven yo tenía razón es el cliché de la vejez dijo Amélie.
Susan no pudo evitar sonreír, le dio un beso en la cabeza a su hija.
_ Termina de comer mejor, ¿entonces que es lo que te preocupa?
_ Si estoy a la altura del problema, respondió Ava.
_ Por supuesto que lo estás te apasiona tanto lo que haces.
_ Eso espero mamá, escucha no traje mucha ropa, te molesta si tomo algo de tu closet.
_ Toma lo que tú quieras aunque no creo que tenga mucho para una chica joven dijo Susan.
_ Por supuesto que lo tienes, adoro tus camisas y Sweaters, blazers. Tengo que ir a un banco necesito comprar algunas cosas respondió Ava.
_ Te daré algo de dinero le dijo Susan
_ No mamá en serio. Por cierto¿ya sabes lo que te dará papá?
_ Me entrego unos papeles, pero no los he leído respondió Susan.
_ Deberías mamá incluso asesorarte con un abogado le respondió Ava.
_ No pelearé con tu padre por dinero dijo Susan.
_ No es pelear, es lo que te corresponde le respondió Amélie.
_ Es la verdad, además tú dejaste de trabajar cuando yo nací mamá lo justo es que te dé lo que corresponde y lamentablemente no puedes confiar en papá le respondió Ava.
_ No sé preocupen buscaré un abogado
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David Cooper se encontraba en su oficina hablando con su abogado.
_ Pero David te sugerí que no blanquearas tu romance, eso podría ser perjudicial para ti le dijo Robert
_ Y piensas que fue mi idea, mis hijas se aparecieron en el departamento, el acuerdo es el mismo no ofreceré un centavo más. ¡Si Susan no acepta nos iremos a juicio!, respondió David.
_ Tal vez deberías reflexionarlo es mejor arreglar con ella amistosamente, además seguirán viéndose con Susan aunque sus hijas sean grandes.
_ ¡Ni un centavo más!, repitió David Cooper.
_ Está bien la llamaré respondió Robert.
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Luego de almorzar Susan verificaba que Ava y Amélie tuvieran todo para emprender su viaje.
_ Mamá no es necesario que nos lleve al aeropuerto dijo Ava.
_ Lo sé, pero quiero hacerlo prometo no avergonzarlas poniéndome a llorar dijo Susan bromeando.
_ No digas eso mamá, siempre estaremos orgullosas de ti.
_ Simplemente, no queremos causarte problemas dijo Ava .
_ No tengo nada que hacer y mis hijas jamás me causarán problemas.
Una hora después Susan salía rumbo al aeropuerto junto a sus hijas.
Una hora después Ava y su madre despedían a Amélie.
Mientras Amélie embarcaba, Susan pensaba en lo diferente que sería a partir de ese día su vida.
_ ¿Estás bien mamá?, pregunto Ava.
_ Por supuesto cariño ¿ tu a que hora te iras?
_ Quede en encontrarme aquí con mi jefe, el vuelo acaba de aterrizar.
_ Está bien supongo que nos despediremos aquí. No quiero incomodar a tu jefe.
_ ¡Te quiero mamá!. Eres un ejemplo para nosotras le dijo Ava.
_ Te quiero mucho Ava y estoy muy orgullosa de ti. Susan abrazó a su hija, por favor avísame cuando llegues a Vancouver quiero saber que estás bien.
_ Está bien mamá minutos después Ava caminaba hacia la salida.
Alexander Cavelli miraba su teléfono estaba furioso como podía todo estar fuera de control por un escritor.
Caminaba por el aeropuerto de Seattle mientras contestaba un mensaje, una mujer pasó gritando era una belleza pelirroja, él desvió la mirada un segundo cuando se topó con una mujer rubia.
Las cosas de Susan cayeron al suelo, mientras ella chocaba contra un fuerte hombro.
_ Porque no mira donde camina le reprocho él.
Ella recogía sus cosas del suelo.
_ Pero que imbécil, no soy yo la que estaba distraída terminó de juntar sus cosas y siguió su camino.
Alexander Cavelli se quedó mirándola las mujeres eran problemas caminando por el mundo como su escritora.