Ella necesita un esposo para poder obtener la herencia que le dejó su abuelo, a él le quieren imponer un matrimonio. Un momento de confusión los hará conocerse y él aprovechará esa oportunidad para escapar del matrimonio que no desea, sin saber que gracias a ella también obtendrá la libertad que tanto ansiaba.
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Vigilancia y reencuentro
El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos naranjas y púrpuras, cuando Kyle se volvió hacia James, quien todavía estaba absorto en la pantalla de su portátil. Habian pasado dos días desde que su amigo le dio la información sobre la herencia del abuelo de Annia.
-James, necesito que te concentres en algo más mientras yo manejo otro asunto- dijo Kyle, su tono era firme y decidido.
James levantó la vista, frunciendo el ceño.
-¿De qué se trata, Kyle?
-Quiero que vigiles a Marcos y Elena- Kyle comenzó a caminar de un lado a otro, sus pensamientos acelerados- Necesito saber cada uno de sus movimientos. No quiero que vuelvan a poner en riesgo a Annia.
James asintió, cerrando su portátil y levantándose.
-Lo haré. Pero, ¿qué vas a hacer tú?
Kyle se detuvo, mirando a James con una mezcla de determinación y preocupación.
- Voy a ocuparme de asegurarme de cumplir con mi parte del contrato. Entonces ella podrá cobrar su herencia. Eso le dará el poder y los recursos que necesita para protegerse de cualquier peligro.
James asintió de nuevo, entendiendo la gravedad del plan de Kyle.
-Está bien. Me aseguraré de que Marcos y Elena no se muevan sin que lo sepamos.
Kyle se acercó a la ventana, observando las luces de la ciudad que comenzaban a encenderse.
-Gracias, James. Sé que esto es mucho pedir, pero no puedo confiar en nadie más.
James puso una mano en el hombro de Kyle, mostrándole su apoyo.
-No te preocupes. Estoy contigo hasta el final, amigo.
Kyle le devolvió una sonrisa agradecida antes de volver a centrarse en su plan.
-Voy a necesitar algunos documentos con mi nombre falso, James.
El joven asistente recogió su chaqueta y se dirigió a la puerta.
-Me pondré en marcha de inmediato. Te mantendré informado de cualquier cosa que se descubra sobre Marcos y Elena.
Kyle observó a James salir del departamento, sintiendo una oleada de alivio. Sabía que podía confiar en su amigo, y eso le daba fuerzas para enfrentar lo que venía. Con un suspiro profundo, se dirigió a su despacho, donde comenzó a revisar la investigación que tenía sobre la prima de Annia y su ex prometido.
Mientras revisaba los papeles, su mente volvía una y otra vez a los pocos momentos que había compartido con "su esposa" y por alguna extraña razón esos momentos le llenaban el pecho de una calidez y paz que antes no había sentido.
El sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos. Era una llamada de uno de sus contactos en el banco.
Esa noche, Kyle se quedó en su despacho hasta tarde, revisando cada detalle, cada posible escenario. Se mudaría con Annia lo antes posible, evitando a toda costa que ella supiera su verdadera identidad. Sabía que estaba jugando con fuego, pero también era consciente de que no tenía otra opción. La vida de Annia, su futuro y la justicia que ella buscaba dependían de cada uno de sus movimientos.
Finalmente, agotado pero decidido, Kyle se dejó caer en el sillón de su despacho, su mente aún trabajando en el siguiente paso. Cerró los ojos, dejando que los recuerdos de Annia lo reconfortaran, dándole la fuerza necesaria para enfrentar lo que fuera necesario.
Esa misma noche, Kyle estaba sentado en el sofá de su departamento, mientras oía el sonido de la ciudad nocturna filtrándose a través de las ventanas cerradas. Frente a él, su teléfono móvil vibraba suavemente, indicando una llamada entrante. Al ver el nombre en la pantalla, una mezcla de emoción y alivio lo invadió.
-Annia- susurró, contestando rápidamente- ¿Estás bien?
-Sí, Kyle, estoy bien- respondió Annia, su voz más fuerte y segura de lo que él había esperado- Escucha, tengo buenas noticias, he conseguido alquilar una casa sencilla donde podemos vivir juntos mientras solucionamos todo lo de la herencia.
Kyle sintió que una gran carga se aliviaba de sus hombros.
-Eso es increíble, Annia. Justo estaba a punto de comunicarme contigo. Estoy listo para mudarme.
Annia suspiró, sintiendo el peso de la incertidumbre disminuir.
-Gracias, Kyle. Aquí está la dirección: 1325, Calle Elm, casa número 7. Es un lugar modesto, pero será nuestro refugio mientras planeamos nuestros próximos pasos.
Kyle anotó la dirección rápidamente.
-Perfecto. Salgo ahora mismo. Nos vemos en una hora.
-Te espero- respondió Annia antes de colgar.
Kyle se levantó con determinación, recogiendo sus pertenencias y asegurándose de que tenía todo lo necesario para encarar la convivencia con la joven. Condujo por las calles iluminadas de la ciudad, sin entender porque su corazón iba latiendo con fuerza ante la perspectiva de verla de nuevo.
Cuando llegó a la dirección indicada, vio una pequeña casa con luces encendidas en el interior. El lugar parecía modesto, pero acogedor. Bajó del coche y caminó hacia la puerta, que se abrió antes de que pudiera tocar.
-Kyle- dijo Annia, sus ojos brillando con emoción y alivio.
Kyle no esperó un segundo más y la abrazó con fuerza, sintiendo el calor y la familiaridad de su cuerpo contra el suyo.
-Annia, he estado tan preocupado- Su voz estaba cargada de emoción- Pero ahora que estoy aquí contigo, vamos a hacer esto como se debe.
Annia se separó ligeramente, mirándolo a los ojos.
-Lo sé, Kyle. Pero tenemos que ser cuidadosos. Hay muchas cosas en juego y no podemos permitirnos ningún error.
Kyle asintió, tomando su mano y llevándola dentro de la casa. El interior era sencillo pero cómodo, con muebles básicos y una atmósfera cálida que lo hacía sentir en casa de inmediato.
-Gracias a Cloe pude encontrar este lugar rápidamente- explicó Annia mientras se dirigían al pequeño salón- Ella ha sido un gran apoyo.
Kyle sonrió, reconociendo el nombre de la amiga leal de Annia.
-Me alegra que tengas a alguien en quien confiar. Ahora, vamos a centrarnos en lo que viene.
Annia asintió, luego se sentó en el sofá, dejando escapar un suspiro de alivio.
-Gracias por estar aquí, Kyle.- le dijo ella luego de un suspiro lleno de alivio- Pensé que quizás te hubieras arrepentido.
Kyle se sentó a su lado, tomando sus manos.
-Eso jamás- le dijo él- Después de todo para esto me contrataste y recuerda que gracias a mi profesión hoy por hoy no tengo adonde ir.
Los dos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la presencia del otro. Después de todo lo que habían pasado, este pequeño refugio se sentía como un paraíso. Finalmente, Annia habló de nuevamente.
-Entonces estamos listos. Juntos, enfrentaremos lo que venga- le dijo ella, él asintió-¡Muy bien esposo! - exclamó luego la muchacha poniéndose de pie- Oficialmente aquí comienza nuestra vida de casados.