EL AMOR DEL CEO

Al otro lado de la ciudad en la mansión Salvatierra.

- Manolo necesitamos sacar a esa muchachita de ahí lo antes posible.

- Tío, no sé si sea tan sencillo. – Responde este muy preocupado

- Idiota, no te estoy preguntando si es sencillo o no, te estoy ordenando que lo hagas, claro si fueras más a trabajar te enterarías de lo que sucede allá, pero como el señorito rara vez se aparece en la empresa, por eso pasa todo debajo de tus narices y no te das cuenta. Dime ¿para qué te tengo trabajando allá?

- Tío, no es así, yo estoy pendiente de todo y trabajando si me la paso por fuera, es por las negociaciones y los contratos, solo salgo para verme con clientes.

- Si claro cómo no, te creería si no te conociera, eres un inútil, si no fuera porque los Alame no confían en mí y no permitieron que Miguel se involucrara en la empresa, jamás habría confiado una tarea tan importante a un imbécil como tú.

Manolo solo podía bajar la cabeza, pues lo que si es cierto es que el odia trabajar y prefiere estar de viaje y reuniones con sus amigos, pero ahora su tío está enojado y si este le quita su apoyo ya no tendría dinero para gastar, así que se compromete.

- Tío, no se preocupe, deje que yo me encargo de esa mujer. - Que tan difícil puede ser sacar a esa mujer de su camino piensa para sí mismo, eso sí lo puede hacer, además que si lo logra con eso puede tener a su tío feliz y lo va a dejar de molestar en un tiempo.

- Muy bien, espero que al menos eso si lo puedas hacer bien, ahora retírate que quiero descansar.

Manolo sale de allí convencido que debe hacer algo rápido para deshacerse de Alexia y así poder seguir tranquilo con su vida, pero no sabe cómo debería actuar en este momento por lo que llama a sus amigos para encontrarse en el bar de siempre, seguramente ellos le pueden dar buenas ideas.

En un salón privado del bar más prestigioso de la ciudad se encuentran reunidos 4 personas esperando a Manolo, apenas recibieron su llamada acudieron pues saben que con este todo es diversión. Estos eran Martin, Felipe, Helena y Silvia, jóvenes de buena familia que solo se dedicaban a divertirse, hasta el momento no habían decidido hacer nada productivo con su vida y como sus padres se lo permitían solo se dedicaban a perder el tiempo. Lo que no sabían era que involucrarse en esto podría ser la peor de sus malas decisiones, ni siquiera Manolo era consciente de eso.

- Manolito, ¿Qué paso?, ¿Por qué nos llamas con tanto apuro? – Pregunta Martin con intriga saludando a su amigo.

- Amigos míos necesito ayuda, mi tío acaba de ponerme un ultimátum, así que necesito resolver esto. – Les dice este esperanzado en su ayuda.

Después de contarles la situación todos se quedan pensando, realmente les parece un poco emocionante esto, para ellos es solo un juego y solo quieren sacar la mayor diversión posible así que a Felipe se le ocurre una brillante idea, en su mente es el plan perfecto, además que Manolo les prometió una jugosa recompensa después de terminar ese trabajo.

- Chicos tengo el plan perfecto. – Dice poniéndose de pie feliz.