Recuerdos De Mi Futuro

cuando el rey Alastair se entero de todos los progresos que habia tenido el ejercito de Fairfax gracias a los nuevos entrenamientos, se lleno de orgullo, tan emocionado estaba que decidio hacer un banquete en honor al duque Fairfax, con musica, vino y un festin digno de la corte imperial.

cuando Alexandra se lo conto al duque, este solo la miro con cara de aburrimiento y un suspiro pesado

Duque: no voy.. .

Alexandra: como que no vas? es un honor que el rey quiera agradecerte..

Caleb levanto la vista, con esa expresion suya de “no me hagas perder el tiempo”

Duque: un honor? princesa, un rey que no pelea por su reino no me da honor, me da lastima.. no me interesa recibir el saludo de un hombre que no me genera respeto

Alexandra: Alastair es mi primo, es el rey legítimo

Duque: y por eso lo defiendes pero dime, donde estara tu rey cuando las murallas caigan? cuando tus hombres mueran?

Alexandra: eso.. es que.. él..

Duque: él no entiende nada, no sabe lo que pasa en su propio reino.. por que en vez de felicitar a los soldados por su progreso, gasta dinero en un estupido banquete para lucirse frente a los nobles y mostrar que tiene una buena relación con el imperio.

Alexandra: no todos son guerreros, Caleb

Duque: entonces que no se metan en mi entrenamiento.. yo no cargo ni uso mi espada para escuchar aplausos ni para comer pastel..

Alexandra: si no vas pensaran que eres un maleducado..

Duque: ya lo piensan, princesa, solo se los confirmare..

Alexandra: a veces olvido que eres un noble..

Duque: lo soy, pero uno que no se arrastra por migajas de reconocimiento..

La noche del banquete, mientras el palacio se llenaba de risas y copas, Alexandra miro su copa de vino y penso en el duque, en su desprecio por la farsa, y en como, por amarga que fuera, su verdad siempre terminaba doliendo menos que la mentira.

Alexandra: primo.. el duque no vendrá..

Alastair se encogio de hombros, con los ojos brillantes por los preparativos

Rey: ya anuncie su presencia, alex.. si no viene, quedare mal ante los nobles… convencelo, por favor.. prima.. no puedo quedar como un mentiroso por favor..

Alexandra: lo intentare, pero no prometo nada..

ella solto un suspiro, miro la puerta del salon y salio del palacio dispuesto a encontrarlo en su cuartelillo, lo encontro bebiendo, apoyado en una columna, con esa sonrisa que la hacia hervir la sangre..

Alexandra: Caleb.. tienes que venir al banquete, el rey te invito y yo… yo dije que vendrias.

Duque: ¿vienes a convencerme? princesa, eso suena a que necesitaras usar la fuerza.. pero estoy de humor negociador.. te escucho, ¿que ofreces?

Alexandra: no vine a ofrecer nada, vine a pedirte un favor.. ven al banquete y no causes una escena..

Duque: un favor es cambio de ir a comer pastel y oir chismes reales? no suena justo

Alexandra: entonces dime que quieres..

Duque: quiero que me debas un favor, princesa.. cuando te lo pida, haras lo que te diga

Alexandra: ¿Qué?

Duque: tranquila.. prometo que no te pedire cosas indecorosas

Alexandra: duque..

Duque: no te pedire tu cuerpo como favor, asi que puedes respirar tranquila..

esas palabras cayeron como un jarro de agua fria en el rostro de Alexandra, la sangre le subio a la cara, parecia que el mundo se quedaba sin aire

Alexandra: ¿que dijiste?! ¿me estas… insinuando?

Duque: jajaja dios mio princesa, que imaginacion tienes.. dije NO te pedire tu cuerpo, porque no soy un salvaje.. jajaja o no tan salvaje.. ademas dije que no te preocupes

Alexandra: si alguna vez te atreves a siquiera insinuar eso de nuevo, te juro que te corto la lengua.. ¿me escuchaste?

Duque: valiente.. casi me haces dudar que no eras una princesa.. sino una General

Alexandra: no vuelvas a bromear asi.. ¿que quieres con ese favor? dilo ya.

Duque: bien, siendo claros.. quiero que me debas un favor, y cuando te lo pida, lo cumplirás.. sin preguntas, sin condiciones. pero para que no te asustes.. no te pedire nada indecente..

Alexandra: bien.. te debo un favor. pero lo juro.. si lo usas para humillar a mi pueblo o traicionarnos, te arrancare la cabeza con mi propia mano..

su mirada era una promesa y una amenaza a la vez.

Caleb sonrio, sin gracia, y extendio la mano para sellar el trato..

Duque: trato hecho, princesa..

ella levanto la mano, dudando un instante, y se la dio. el apretó con firmeza, sus ojos negros fijos en los de ella..

Duque: no te preocupes, no te pedire lo que temes.. te pedire solo lo que necesite.

Alexandra lo solto, con el corazon latiendo rapido, aun enfurecida por la broma.. por la insinuacion que no fue, y por tener que aceptar deuda a cambio de algo que queria. se dio vuelta, camino de regreso al palacio

[un favor… y yo que creia que lo peor ya habia pasado.]

justo antes de entrar al gran salon, cuando los heraldos ya se preparaban para anunciar sus nombres y el murmullo de los nobles se oia detras de las puertas doradas, Caleb se inclino un poco hacia Alexandra, con esa sonrisa suya de quien esta a punto de decir algo que hara enojar.

Duque: una lastima, princesa.. el rojo te quedaba mejor, resaltaba mas tu carácter… ese azul es demasiado dulce para ti..

Alexandra se detuvo en seco, el corazon le dio un salto

Alexandra: ¿que dijiste? ¿como sabes que estaba pensando en usar el rojo?

Caleb la miro con fingida inocencia, las manos cruzadas detras de la espalda

Duque: oh, solo lo imagine… no es tan dificil saber que color prefiere una mujer con tu temperamento..

Alexandra: ¡me estas espiando, verdad!? ¿tambien metes tus sombras en mi guardarropa ahora?

Duque: tranquila, princesa, no necesito magia para saber que el rojo te tienta mas que el azul..

Alexandra: te juro, Caleb, que si descubro que tus sombras han estado en mi habitación—

pero no pudo terminar, porque justo en ese momento se escuchó la voz del anunciador desde el interior del salón:

—¡Su alteza, la General Alexandra de Aragón, acompañada por el duque Caleb Fairfax, representante del Imperio de Oro!—

la puerta se abrió con un estruendo de trompetas y aplausos, y ella tuvo que enderezarse de inmediato, transformando la rabia en una sonrisa impecable.

Caleb, divertido, le ofreció el brazo con un gesto de burla refinada..

Duque: vamos, princesa, no querrás hacer esperar a tu primo..

Alexandra: te juro que cuando esto acabe hablaremos..

Duque: oh, lo espero con ansias.. aunque debo admitir… el azul también tiene su encanto, sobre todo cuando te enfadas con él puesto..

ella siguió caminando, fingiendo calma, pero por dentro ardía de furia.

sabía que tarde o temprano lo haría pagar por cada palabra, por cada sombra y cada burla.

y mientras sonreía amable con los invitados pensaba..

[maldito duque, la próxima vez que aparezcas en mi habitación, te clavo la espada en la sombra.]