Vuelve

Santino es esperado a la salida por Paola, ella lo asalta llenándolo de besos.

- Mi amor, mi vida te extrañé.

- Tengo cita estoy ocupado. – Santino la ignora. - Voy a llegar tarde por tu culpa.

- Sólo un poco de afecto. – hace un puchero y se lo come.

Paola está de vuelta haciendo de las suyas para tener más fotos y presentarlas a Belice. Ese tipo de encuentros eran interdiarios, poco a poco Santino va cediendo, está apuñalando a su esposa por la espalda. Es más, hasta le está gustando ese tipo de cosas a Santino, y acepta salir con ella, cenan juntos, pero después cada quien a su casa.

Belice se queda en casa junto con su suegra, esperando a que Santino llegué a casa para darle atención, pero una noche.

- ¿Cómo le va al hombre más lindo del mundo? – El tono dulce de toda mujer enamorada.

- Estoy bien, gracias. – fue directo a la habitación.

Santino se siente fatal, se da cuenta de lo que hace; fue directo a la ducha, su respiración es profunda y fuerte. No quiere romper su promesa, luego se mira al espejo y se dice así mismo...

- “Santino ¿Qué haces Santino? Tú no puedes romper tu promesa, acuérdate de tu depresión. No debes fallar a Belice. Vamos Santino, pon en su lugar a Paola, si pierdes a Belice puede que el daño sea irreparable. Santino, aún estás a tiempo de salvar tu matrimonio”.

Belice y su suegra están pensando lo que le puede estar pasando a Santino.

- Se ha comportado raro hoy. Lo sentí frío.

- ¡Ay, hija! Nunca vi a mi hijo tan distante. Así son los que normalmente tienen una aventura.

- ¿Será capaz de traicionarme Santino?

- Jamás hará eso, su padre siempre le ha dado el buen ejemplo, además con la mala experiencia que tuvo con Paola, esto sería una locura.

- Lamento hacerlas esperar, pero necesitaba un baño para sentirme renovado. – interrumpe Santino. - ¿Cómo fue tu día cariño?

- Todo ha sido tranquilo, y con muchos pedidos agendados.

- Eso suena genial.

- ¿Cómo fue tu día? - pregunta a modo de rutina, no hay alegría.

- Agitado. Pero por el resto, todo bien.

- ¡Familia! ¡Ya llegué! Traje la cena, ¿Están todos con hambre? - don Nicola aparece con bolsas.

- Sí, - fue un coro muy emotivo.

- Pues que bien, al ataque.

Todos cenaron de manera muy amena. Al finalizar, Santino y Belice se despiden para trabajar en la habitación.

Paola, por su parte está en conexión telefónica.

- Así es mi amor, ten paciencia. Santino está cediendo y pronto voy a presentar las fotos a la estúpida de su esposa.

- Ten cuidado, no vaya a ser que ella sea vengativa.

- No te preocupes bebé, mientras ella esté dolida con el divorcio, haré movimientos rápidos.

- ¿Qué tipos de movimientos piensas hacer?

- Tendré que quedar embarazada lo antes posible, luego me caso y me deshago de los viejos y del mayordomo por si habla, después hago sufrir a Santino un poco, lo mando a matar, y por fin seremos felices y ricos.

- ¡Gatita! Me sorprendes con tu plan ¿Piensas tener al bebé?

- ¡Ay, no! Aguantaré el mocoso hasta que me dejen toda la herencia y me deshago del niño.

- Te deseo lo mejor de la suerte. Aunque parece ser tarea fácil.

- Santino es fácil de engañar. Está semana le voy a dar las fotos a la niña tonta de su esposa, pero de una manera muy especial e inolvidable.

- Bueno gatita, que esto sea un éxito. Un beso.

- Un besote grande. Mi vida.

Paola no está sola, tiene alguien y sus intenciones son oscuras. Paola está usando trucos sucios para beneficiarse, quiere apoderarse de los bienes, sueña con ser rica al lado del hombre que ama.

Han pasado dos días, desde ese inconveniente en casa de los Casiraghi. Santino se prepara para ir a una fiesta de beneficencia e irá acompañado de Belice. Entre los invitados estaba Paola, y quiere aprovechar de la fiesta haciéndose pasar por animadora para exponer su macabro plan.

Santino estaba incómodo, las dos mujeres en un ambiente cerrado, tenía que luchar para evitar una mala figura, la hora de la sorpresa llegó, Paola está sobre el escenario y una pantalla se enciende.

- Buenas noches con todos los invitados, espero que todos estén disfrutando de esta fiesta de beneficencia. Antes que nada, quiero mostrar algunas imágenes. – Salen los fotomontajes de Belice - está mujer que está aquí, quiero que la miren bien, ella es una desvergonzada, ¿Saben por qué? Porque ella me quitó mi hombre, ella se casó con él y le engaña, está disfrutando de su dinero y de su nuevo estatus social, claro, cómo a ella no le gusta ser pobre, engatusó a mi novio. Y no vayan a pensar que estoy mintiendo, aquí verán las fotos de mi novio y yo. Somos pareja desde hace mucho tiempo, lo que quiero lograr aquí, es que todos ustedes sepan la verdad y me ayuden a recuperar el amor de mi vida…

Mientras ella sigue lavando el cerebro de los invitados. Belice se suelta del brazo de Santino.

- ¿Vas a quedar callado? - le reclama.

- ¿Qué quieres que diga? – se mostró indignado. – me estás engañando.

- Las fotos son falsas, yo no te he engañado.

- Pensé que eras diferente, Belice. Pero eres peor de lo que pensaba.

- Jamás te haría daño, pero tú qué tanto juraste cumplir tus votos, ¡Mira! Me has traicionado, eres tú quien te revuelcas con tu ex.

Belice deja caer sus lágrimas.

- ¿Sabes que, Belice? Nos vamos a divorciar. Vamos a casa, haz tu maleta y te largas de mi casa.

- Ok. Tú también mentiste, nunca dejaste a Paola. Pese al daño que te hizo.

Ambos abandonan la fiesta, no se hablan en el camino, una vez en casa, se escupe todo.

- ¿Tan temprano terminó la fiesta? – preguntó el señor Nicola.

- No señor Casiraghi – habló rápido Belice – su hijo estuvo siempre enamorado de Paola. Ustedes lo sabían y me ocultaron bien ¿Qué les hice yo para que hagan semejante confabulación? Paola y su hijo, a pasear, comer, se besan y quien sabe que cosas más.

- Papá – interrumpe Santino – mi esposa me engaña con otro.

- Estás fotos están montadas. - le gritó Belice – son montadas.

- ¡Cállate! Eres despreciable, Belice. - levantó la voz – Eres una desvergonzada, mentirosa y muy buena actriz.

- Tú juraste y perjuraste amor, lealtad y en realidad nunca dejaste a Paola.

- Pola esta arrepentida de todo, y ¿Sabes qué? Quiero volver con Paola, por lo menos ella tuvo el valor de pedir perdón. Pero tú, bien escondido te lo tenías.

- Él día que descubras la verdad, me buscarás llorando.

- Jajajaja – se ríe con total sarcasmo - ¿Buscarte? Sería perder mi tiempo. Nos vamos a divorciar. Tan pronto como sea posible, firmaremos el acuerdo pre-divorcio.

- Como tu digas.

Belice se ahoga en lágrimas, está muy triste y su corazón se está haciendo pedazos, los juramentos de amor se acabaron de repente. Belice, al hacer su maleta deja los regalos y sólo guarda lo estrictamente suyo. Los señores Casiraghi estaban en shock, un matrimonio que parecía perfecto, lleno de sueños y proyectos se ha arruinado por dos actos de infidelidad, ambos arruinaron su matrimonio; bueno eso dio a entender Paola.

- ¡Hijo! – Su madre está triste y asombrada a la vez – ¿Está seguro de volver con Paola?

- Ella está arrepentida, el acto fue público y todos los asistentes le dan su apoyo.

- Hijo, no quiero verte sufrir. Apenas superaste la depresión...

- Ya lo sé mamá. – levanta la voz aún más – La mujer con quién me casé me engañó, pero le daré una oportunidad a Paola, con ella las cosas serán diferentes.

Los señores Casiraghi están consternados por lo que acaba de ocurrir, hace poco Santino se le veía tan feliz, tan enamorado de Belice, ellos vieron un Santino renacido, y ahora resulta que nunca dejó a Paola; lo que más dolió fue escuchar a Belice que todos lo sabían y que nunca le dijeron nada, que todos estaban confabulados.

Belice dejó la casa Casiraghi esa misma noche y regresa a casa de sus padres, ella está en la calle buscando un taxi, pero no deja de llorar, el dolor es tan fuerte y tan agudo que su respiración le es fatigosa. Lleva su mano al pecho, e intenta dar respiros fuertes para intentar conseguir la calma necesaria para respirar bien. Una vez logrado ello, busca su celular en la cartera y llama a su padre.

- ¡Aló! Ese milagro que mi princesa llama a papá de noche. – Belice esboza una sonrisa.

-Papá, ¿Estás en casa?

- Si. Mi niña hermosa. Dime, ¿Qué pasó? - nota la tristeza en su hija.

- Papá, regreso a casa.

- ¿Cómo así? ¿Por qué eso? - No entendía la gravedad del asunto.

- Papá, Santino y yo nos vamos a divorciar.

Belice vuelve a llorar con todas sus fuerzas.

- Mándame tu ubicación, mi guardaespaldas irá por ti.

- Sí… papá… ahorita... te lo mando.

Honorato recibió la ubicación y de inmediato envía a su guardaespaldas para que vaya a recoger a la niña. Al cabo de una hora y media, el guardaespaldas regresó a casa con la princesa de papá. Belice es abrazada por papá y mamá. Ambos agradecen al guardaespaldas, éste va a su habitación después de saludar, y la familia va a la sala.

- ¡Con que nos mintieron bien los Casiraghi! – Honorato Delgado trataba de analizar a la familia ahora enemiga - Muy bien, hablaré mañana con mi abogado y acabaré con el contrato de proveedor, que los Casiraghi se busquen a otro.

- Los Casiraghi son una familia poderosa. - Ana está preocupada – ellos pueden destruirnos con tan solo una llamada.

- Lo sé, pero yo ya no puedo seguir teniendo tratos con una familia que ha humillado a mi princesa.

- ¡Mira no más! Como dejaron a nuestra hija. – Ana está con el corazón partido en tres – cuando dejes de llorar, te vas a dedicar al trabajo, y volverás a sonreír. Tus lágrimas derramadas por un idiota como Santino, no lo merece, ni la soga al cuello.

Ambos padres miman a su hija.