Diana es una mujer de personalidad tranquila y muy trabajadora, pero es alguien solitaria, tiene muchas deficiencias. Hasta que tuvo un accidente.
Su esposo es el protagonista principal de su libro favorito, y ella ¡Es la villana que muere sola al final! Pero, espera ¡Este marido es tan lindo que quiere quedárselo!
¡Qué se pierda la protagonista principal, este esposo solo puede pertenecerle a ella!
No importa si todos la odian, el protagonista masculino nunca lo hará. Pero entre cambios tan inmensos ¿Qué tan fácil es saber sí su amor por él es sincero?
¡Es tan complicado!
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Viaje a un libro.
El viento silba fuera de la ventana, creando una atmósfera relajante dentro del tren. En las manos de la joven Diana, un libro de gran tamaño yacía en silencio.
Recién había sido cerrado, talvez apenas lo había terminado de leer.
-La trama es muy buena, pero es una lástima que la villana termine así... tan lamentable.- Una voz ligeramente entristecida sonó con algo de suavidad en el vagón privado del tren.
-Pero esta bien, no es como si esas cosas pasarán en la vida real.- Se rió la joven con cierta diversión.
De repente, el tren se sacudió con fuerza, provocando que la chica se golpeará la cabeza contra la pared de la cabina.
-¿Qué pasa?- Preguntó en un susurro sorprendido la chica por el brusco movimiento mientras acariciaba el lugar golpeado. Ella se acercó a la ventana.
Al momento siguiente, sus ojos se abrieron como platos cuando vio el tren que viajaba en el mismo carril de éste ¡Se dirigía directamente hacia el tren en el que ella estaba sentada!
Su rostro se puso pálido.
-Un choque directo a esta velocidad ¡Jamás sobrevivire! ¡Ni siquiera he hecho nada malo! Ayudo a las ancianas a cruzar la calle, cuidó gatos y alimento a los perros callejeros...- Los ojos de la chica se llenaron de tristeza.
Hacía todas esas cosas, pero ¿Y qué? No es como si alguien la esperará en casa o la extrañará. No había nadie que deseara verla regresar y le dijese "Bienvenida a nuestro hogar", no, nada por el estilo.
Solo bastaron unos segundos para que una fuerte explosión se llevara a cabo, el sonido viajó por varios kilómetros de distancia del ferrocarril, las llamas se elevaron en el aire de una forma sorprendente.
Dos trenes colisionaron de frente con una velocidad de 200 kilómetros por hora. Los vagones volaron por los aires, en llamas, completamente destrozados.
Entre uno de los vagones incendiados, un libro yacía encendido entre llamas azules que poco a poco lo convirtieron en cenizas... cenizas que el viento se llevó.
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-Hayyy... me duele la cabeza...- Una voz ronca sonó con suavidad en la espaciosa habitación VIP, en la camilla del hospital, una figura esbelta y curvilínea se sentó al borde de la cama, mirando con enojo la pared de la habitación.
-¿Dónde estoy?- Se preguntó la joven en voz baja, sus ojos turbios parpadearon unas cuantas veces, tratando de comprender dónde y cuándo llegó allí.
Lo único que recordaba era que recién había terminado de leer su libro favorito en el tren que se dirigía hacia su ciudad natal, luego, otro tren apareció de la nada en el mismo carril, chocando de frente en el acto.
-No pude haber sobrevivido a un choque de tal magnitud ¿O sí?- Murmuró, bajando sus ojos hacia su propio cuerpo, al momento siguiente, dio un respingo y un grito escapó de su boca.
No era su cuerpo ¡No lo era en lo más mínimo! ¡Estas curvas pronunciadas no eran suyas.
Sus ojos miraron con gran detalle esas pequeñas y lindas manos, demasiado bonitas para ser suyas. En estas palmas no habían callos por tanto papeleo y sus uñas no estaban dañadas. La piel es suave y tersa, como la de una joven de 19 o 20 años, nada acorde a su edad.
¡Ella ya tenía 28 años!
Esas manos nuevas y delicadas cayeron sobre su cabeza, la cual, estaba cubierta de mechones de cabello marrón oscuro y lisos que llegaban hasta el borde de su cintura.
No eran para nada sus cabellos negros y rizados que caían sobre sus hombros.
Diana se puso de pie, caminando lentamente hasta el espejo que había en la sala, sus ojos se abrieron como platos cuando se vio por completo ¡Definitivamente no era ella!
-Mi cuerpo... es el cuerpo de la villana de la novela que yo leía ¡¿Qué demonios?!- Un grito histérico salió de su boca y las lágrimas inundaron su hermoso rostro -¡Realmente me morí y volveré a morir!
Logró reconocerse gracias a la fotografía de ilustración que estaba al final de la historia, donde yacían los 'retratos' de los protagonistas principales y secundarios de la novela.
-¿Porqué? ¿Porqué la villana?- Se cuestiono mientras regresaba a la cama, dejándose caer boca abajo en esta con gran lamento.
De hecho, lo había asimilado todo demasiado rápido, aún así, la duda de como había ingresado al libro y de cómo se convirtió en la villana principal de la novela giraban en su cabeza ¡Era tan ridículo!
Pero de todo aquello, lo que más le molestaba era el hecho de haber entrado en el cuerpo de la villana ¡Ella tenía un final tan trágico y triste! ¿Porqué ella? ¿No era suficientemente triste y solitaria su vida en su vida pasada?
¿Porqué no le tocó la protagonista que se queda con el hombre guapo?
-Señora Shang ¿Ya está despierta?- Una voz respetuosa vino desde la puerta, llamando la atención de Diana, la dueña de su cuerpo tenía el mismo nombre, pero no el mismo apellido.
La mujer se sentó de golpe, mirando con ojos muy abiertos la puerta de la sala, su ceño se frunció. Conocía la personalidad de la villana, pero actuar como ella...mmm, demasiado complicado.
Diana se acostó apresuradamente en la cama y se cobijó, quedando tal y como había despertado antes de responder -Estoy despierta.- Su voz fue baja y ronca mientras mantenía cerrados los ojos.
La puerta fue abierta y una figura alta entró por ésta, era al mayordomo de la familia Shang, un señor de unos 40 o 50 años de edad.
-Señora, el patriarca Shang espera que usted regrese a casa pronto, también le pide amablemente que deje de lado sus diferencias con el Joven Maestro y que conversen un poco para arreglar sus problemas.- habló con respeto el hombre de mediana edad, usando un tono serio.
¿La estaban esperando? Oh, cierto, ella olvidaba algunas cosas.
El Joven Maestro al que se refería... es el esposo con el que se casó la villana al cumplir los 18 años.
Ahora es su marido.