"AUT VIAM INVENIAM AUT FACIAM" (encontraré mi camino o haré el mío yo misma) - susurró en latin. Era una declaración de guerra. "Él pasaba horas dibujándola a ella en papel y ella se pasaba las horas dibujándole palabras de amor en la piel. Habían estado seis meses juntos y habían vivido mil cosas. Creyó que le conocía como nadie. Ahora debía aprender que nadie conoce a nadie. La traición siempre es más dolorosa cuando quien la comete es el más amado por ti."
Bixby es una experta en matar y proteger. Toba la convierte en su numerale, su mano derecha. Él es el jefe de todos los jefes de la mafia y juntos se convierten en invencibles. Todos la llaman L'onorevole del Don y la consideran el bien mas preciado del jefe. Entre ellos saltan chispas y Toba no tarda en convertirla en su goomah (amante). Pero la hermosa asesina, no es adecuada para ser la gran señora de la casa al lado de él y elige a otra mujer como su esposa.
Nunca mas le permitirá verla ni acercarse a ella.
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Ella era suya
Capítulo 7
Ella era suya
Cuando llevaba un kilómetro recorrido detuvo el vehículo y le pidió a Toba, bajar. Abrió la caja trasera y sacó dos grandes cascos. Mientras Toba se lo colocaba, Bixby se acercó y le ajustó la cinta bajo la barbilla.
Metió una de sus manos en otro bolsillo de la gabardina y sacó un aparatito que parecía tener una especie de botón rojo. Lo lanzó al suelo y lo pisoteó hasta destrozarlo. Toba gritó.
- ¿Qué haces?
Había reconocido el dispositivo de localización que utilizaba su gente en la organización. Y ahora ella lo había lanzado al suelo destrozándolo. ¿Por qué no quería que los localizaran? ¿No se suponía que la ayuda estaba en camino y ese dispositivo daría la posición exacta para encontrarlos?.
Ella se cruzó de brazos frente a él, lo miró y dijo:
- Te voy a decir una cosa. En este momento tienes que decidir si quedarte aquí y esperar a que te recojan o venir conmigo y desaparecer.
Toba se quedó de piedra. No entendía por qué debía desaparecer. No sabía de qué hablaba esta mujer.
- ¿Por qué debería desaparecer, según tú?
La mujer lo miró muy seria.
- ¿Cómo te llamas? -Ella lo sabía, pero quería molestarlo y ponerlo en su sitio.
- Toba Jiménez. ¿Y tú?
- Bixby
- Como la del móvil -casi se rio de ella.
- Sí. Pero yo no contesto nunca.
- ¿Y por qué te llamas así?
- ¿Dejamos la tontería para después? Están queriendo matarte. Me alegra que no te preocupe.
- Vale. Cuéntame lo de irme contigo o quedarme aquí.
- Desde el momento en que fuiste atacado encendí el localizador de ese dispositivo. Tú y yo sabemos que el tiempo de respuesta desde que salta la alarma hasta que llegan a ti es de quince minutos máximo. Normalmente, es menos y siendo tu el protegido debían estar allí en menos de siete minutos.
- Es raro que llegaran tan tarde. Mis padres los matarían a todos por eso.
- Correcto. Sin embargo, desde que te saque de la habitación hasta ahora calculo que han pasado más de veinte minutos. ¿Por qué no ha llegado nadie? Te lo voy a decir claro. No sé quién te quería matar, pero no son los de fuera sino los de dentro.
- ¿Y si no activaste el localizador en realidad y la que me quiere matar eres tú? Puedo pensar eso también ¿no?
Ella lo miró incrédula. No lo iba a llamar tonto porque era el hijo de las personas que le daban de comer, pero tentada estuvo.
-Sí, lo puedes creer. ¿Y entonces por qué llevo veinte minutos salvando tu vida y matando gente en un sitio público y con cámaras en todos lados exponiendo mi identidad y mi vida? Aunque no lo creas, para mí eso es muy grave y me perjudica terriblemente.
Él se avergonzó del poco sentido común que estaba mostrando ante ella. Se portaba así porque esa mujer no le gustaba, a pesar de salvarlo.
- Lo cierto es que lo activé - prosiguió. -No tenía ningún motivo para no hacerlo. Tu madre me mandó aquí y se suponía que mañana por la mañana me diría para qué, exactamente. Es de suponer que quiere que te proteja. Soy la mejor asesina del grupo y la jefa me quería ver mañana en tu habitación, pero yo me adelanté y por eso estaba allí contigo. Si no, estarías muerto ahora.
Aclaró el motivo del por qué estaba con Toba en la habitación. Él quería preguntar a qué se debía quite hubiera llegado antes e tiempo, pero ella no le dejó hablar.
-Lo que me lleva al siguiente asunto. El que te quiere muerto es de dentro y además es alguien a quien no le interesaba que yo te protegiera. Porque mientras yo esté contigo va a resultar imposible matarte.
"La chulería de esta mujer no tiene precedentes" pensaba Toba, escuchándola. Aun así, quería oír lo que tenía que decirle, para ver hasta dónde llegaría en sus conclusiones.
-Todo esto indica claramente que la persona que te quiere muerto está muy cerca de tu madre y perdona que te lo diga, pero apuesto por alguno de tus hermanos. Son las únicas personas que podrían saber de mí. Tu madre me envió el mensaje desde su teléfono personal. Sé que ese teléfono está blindado y es imposible hackearlo. Yo lo he intentado alguna vez por pura diversión y nunca tuve éxito.
Toba no dejaba de sorprenderse con el descaro de ella. Le estaba diciendo que intentó hackear el teléfono de un capo de la mafia que además era su jefa y la madre de él. Era desesperante. Viéndole la cara, ella le aclaró:
- No te preocupes. El tuyo no lo he hackeado nunca. No eres lo bastante interesante como para eso.
Él se indignó todavía más. Empezaba a odiarla.
- En cualquier caso, lo que te estoy diciendo es cierto. El traidor es de tu familia. Descarté a tu padre porque él no gana nada con tu muerte, al contrario. Todos sabemos que desea que tomes el relevo. A los que sí podría beneficiar tu desaparición es a uno de tus hermanos y por mucho que te duela lo que digo, hay poco margen de error. Blanco y en botella, es leche. Y ya no tenemos más tiempo que perder porque van a llegar ya. Así que, decide.
Toba no sabía si confiar en una mujer que no conocía de nada, por mucho que le dijera que la había mandado su madre. Lo podría estar engañando perfectamente. Pero en realidad lo que decía tenía mucho sentido y él se encontraba tan enfermo y tan cansado que de todos modos si ella le estaba mintiendo para engatusarlo, a esas alturas le daba igual.
Se encontraba tan mal en ese momento que incluso morir a sus manos no le parecía una opción tan mala. Tampoco era probable... la había visto matar gente por él sin pestañear y jugarse la vida en su defensa, así que decidir no le llevó tanto tiempo.
- Me voy contigo a donde me lleves
- Buena elección. Sube, esclavo
Le dijo eso y volvió a sonreír bajo el casco con cara de demonio, aunque eso él no lo vio. Él torció el gesto, harto de ella.
Subieron a la moto y se alejaron de allí a toda pastilla. Toba se apoyó contra su espalda sintiendo su calorcito y se sujetó fuertemente a la cintura de la mujer. Ella no le gustaba, pero sabía que lo mantendría a salvo a cualquier precio. Después de todo ella lo había dicho.
Era suya.
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Unos minutos después de marcharse varios coches negros llegaron al sitio. Un hombre recogió del suelo el dispositivo de localización destrozado. Lo apretó dentro de su puño y meneó la cabeza.
- Maldita sea... - dijo por lo bajo.