Annia busca ayuda en su hermano Dante, aunque ella tiene una deuda impagable con él, aún así ella se arriesga, pero, ¿es solo ayuda lo que busca en Dante o quiere algo más?.
(No es incesto).
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Cap. 7 Escucha bien tarado
Annia lo miró haciendo una mueca de asco para luego declarar en voz alta.
- Escucha bien tarado, no vengo aquí por gusto, solo estar rodeada de ustedes hace que se me revuelve el estómago, tantos muertos de hambre y tantos estúpidos como tú me harán vomitar, solo quiero que me des algo, necesito una droga, algo para que una persona haga lo que yo quiero _ dijo ella cruzando los brazos en su pecho.
El joven dio una carcajada, entonces la miró fijamente.
- Dime, ¿acaso la imbatible Annia no puede hacer que alguien haga lo que ella quiere?, vaya, vaya, quiero conocer a ese sujeto _ dijo el joven entre risas.
Annia dio un bufido para luego patear la mochila del joven haciendo sobresaltar a todos.
- Escucha tarado, dame lo que te pido o te irá mal, no te olvides que yo puedo decir que me hiciste algo y hago que inmediatamente te expulsen de este colegio, así que vamos, apúrate _ dijo ella mientras el joven volvió a tomar su mochila y sacó de ahí un pequeño frasco, no era mucho, pero si era una cantidad que se notaba.
- Mira, pon esto en cualquier cosa que tome, incluso agua, no tiene sabor ni olor, pero solamente pon la mitad, si pones todo puedes matarlo, lo que sobre de la dosis la puedes usar para otra cosa, es un regalo mío, una cortesía de la casa muñeca _ le dijo el joven a la arrogante Annia, esta última sonrió satisfecha, le botó unos billetes al piso delante suyo y se fue de Ahí con una actitud altanera como siempre mientras sus amiguitas al seguían, el joven levantó los billetes y la miró con una sonrisa burlona, (vaya sorpresa que se va a llevar cuando utilizas el líquido) pensó él riéndose entre dientes.
*_*
Como todos los días, el guapo y alegre Dante fue a recogerla al colegio, le dio un beso en la frente como de costumbre mientras ella rezonga y le va diciendo como siempre que eso le fastidia.
- Conejita, no seas tan molesta, ya no me tratas como antes, siempre me decías Dan, Dantito, o querido Dan, pero desde hace 4 años y un poco más dejaste de llamarme así, ¿acaso estás molesta conmigo por algo? _ dijo Dante mientras ella se volteo a mirar la ventana, cruzó los brazos y se mantuvo con una mirada obstinada.
- No ha pasado nada, solo que ya no soy una niñita para decirte de esa manera tan cursi, y esa novia tuya ya es lo suficientemente cursi por las dos, siempre diciéndote, “mi amorcito, mi vidita, mi Dante amado” y Bla, Bla, Bla _ dijo Annia rodando los ojos mientras Dante solo suelta una carcajada.
La actitud de Annia hacia Dante había sido así desde que ella cumplió los 13 años, ella siempre se portaba majadera y odiosa con su hermano consentidor.
Dante siempre era muy cariñoso y atento como hermano mayor, le aguantaba los berrinches de su hermanita.
Cuando llegaron al departamento de Dante, ella se quedó toda la tarde tonteando y haciendo sus tareas, su hermano por otro lado se fue a la empresa y después salió para reunirse con sus amigos.
Annia estaba preocupada, era tarde y Dante no llegaba, se puso ansiosa, tenía que tener esas fotos sí o sí, sin embargo, Dante se había ido a tomar unos tragos con sus amigos Adrián y Felipe, eran sus más grandes amigos de la infancia y con ellos solía ir de fiesta de vez en cuando.
Casi a media noche, Dante llegó a casa un poco mareado, Annia sonrió alegre, si le ponía líquido no notaría la diferencia en este momento, pensaría que se durmió completamente por la borrachera y perdió la conciencia, además, no recordaría haber quitado la ropa, la niña corrió a la cocina y sacó un vaso para servir agua, pero contrario a lo que le habían indicado, ella le puso todo el líquido y no solo la mitad como se lo habían aconsejado, para ella solo era un capricho, algo que ella quería y lo tendría, poco le importaba la gente que estaba a su alrededor.
Annia se fue al cuarto de Dante y tocó la puerta esperando que su hermano le abriera y así fue, un Dante un poco mareado, pero totalmente lúcido abrió para sonreírle como siempre.
- Hermano, veo que has llegado un poco borracho, te traigo o un vaso de agua _ dijo ella con su voz mimosa, ella mostró su más dulce sonrisa mientras que Dante la miró tranquilamente.
- Vaya, hoy estás muy tierna realmente, me alegra que de vez en cuando me hables con cariño, creo que deberé tomarme unos tragos para ser atendido por mi hermanita, hasta mañana preciosa _ le dijo Dante, se tomó el vaso de agua inmediatamente y se lo devolvió el vaso vacío a Annia quien sonreía ampliamente, ese hermano suyo era un tonto definitivamente a su parecer.
Después de tomar el vaso, Dante cerró la puerta y se fue a dormir, Annia espero pacientemente a que haga efecto la droga y el quedé profundamente dormido, cuando entró a la habitación para corroborar el estado de su hermano, ella se dio cuenta de que Dante estaba en su cama con la cara sudorosa, se lo veía incómodo y jadeante mientras que parecía tener espasmos musculares.
Ella se acercó y trató de despertarlo, parecía enfermo, estaba asustada al pensar que posiblemente lo que le había dado le puede estar haciendo daño, sin embargo, en un acto reflejo estiró su mano para tomar la temperatura de su hermano mayor tocando su frente.
Sin previo aviso, Dante la tomó de la mano al sentir su toque, sujetó su delicada muñeca con fuerza, la jaló a la cama e inmediatamente se posó sobre ella para besarla de forma lujuriosa y depredadora, Annia estaba sorprendida, ella forcejea y jalonea, sin embargo, él no la soltaba, ahí fue cuando Annia se dio cuenta de algo, que la sustancia que le había dado a Dante no era un somnífero como ella pensaba, era un afrodisíaco.