Klaus Glendson Cassano es el primogénito de la familia más temida de Manchester. CEO de una gran empresa y Don de una de las mafias más influyentes, es conocido por su frialdad, su inteligencia aguda y una brutalidad sin límites. Entre noches llenas de fiestas y una vida de poder absoluto, Klaus vive bajo la constante presión del consejo para cumplir un deber que insiste en postergar: el matrimonio.
Tras años evitando compromisos, el consejo decide intervenir y pone en riesgo su título como Don. Obligado a elegir una esposa entre las herederas de la mafia, Klaus se niega a ser manipulado. Acepta casarse… pero con una condición: la elección será suya, y solo suya.
Entre amenazas veladas, alianzas políticas y juegos de poder, Klaus inicia su propia cacería. Pero lo que era solo una obligación estratégica puede convertirse en un desafío aún mayor cuando la mujer equivocada —o demasiado correcta— cruza su camino.
Porque, en el mundo de Klaus Cassano, amar es debilidad. Y él no acepta flaquear.
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Capítulo 6
—¡¿Cómo se atreve ese desgraciado a amenazarme?!
Grita Guxta entrando en el despacho de su casa y lanzando un jarrón contra la pared.
—¡¿Quién se cree que es?!
Pregunta lanzando otro jarrón.
—Hermano, tienes que calmarte, dijo eso para desestabilizarte.
—Leon, tráeme a su consigliere, ¡ahora!
Ordena pasándose las manos por el pelo.
—Pero...
—¡Eso fue una orden, joder!
—¡Sí, señor!
Responde Leon entre dientes, sale del despacho y va al sótano, donde Guxta había torturado mucho al hombre, que a esas alturas ya imploraba por la muerte.
—¡Despierta, imbécil!
Dice pateando la cara del hombre frente a él, que se despierta asustado.
—¡Levántate!
El hombre con mucha dificultad se levanta y Leon tira de su pelo, llevándolo fuera del sótano, lanza al hombre al suelo del despacho, Guxta sostenía un soplete, mientras fumaba.
—Esta es tu última oportunidad, ¿tu capo sabe de la existencia de mi hermana?
Pregunta agachándose para mirar al hombre.
—Ya dije innumerables veces que no...
—Por qué diablos, en esas innumerables veces estoy seguro de que mentiste. Vamos...
Guxta enciende el soplete y lo acerca al ojo del hombre frente a él.
—¿Hiciste una copia de este chip?
A cada palabra acercaba el soplete, el hombre sudaba intentando salir, pero era inútil todos sus intentos.
—N-no... y-yo... juro...
Guxta apaga el soplete, haciendo así que el hombre respire nuevamente, deja caer al hombre al suelo y camina hacia un armario, Leon observaba en silencio, Guxta vuelve con un hacha y sonríe como un loco.
—No soy idiota.
Tras decir esto, mata al hombre dejando el despacho un verdadero caos, sangre y órganos esparcidos, toma el celular saca fotos, después decapita al hombre y lo coloca en una caja.
—Quiero que Cassano reciba esta caja así que salga el sol, así ese imbécil sabrá que no debe amenazarme o desafiarme.
Dice Guxta y Leon obedece.
—Manda a alguien a limpiar este desastre y luego encuéntrame en la sala de estar, quiero saber detalles de tu visita a nuestra hermana.
Dice saliendo del despacho. Leon hace todo lo que su hermano mandó y después va hasta la sala de estar, donde Guxta estaba sentado en el sofá, mientras bebía su buena y vieja corona.
—¿Qué quieres saber exactamente?
Pregunta Leon sentándose.
—¿Cómo está ella?
Pregunta Guxta volcando el vaso de una sola vez.
—Muy bien, debías ver, está tan acostumbrada con la monja que ya habla como una.
Los dos se ríen.
—¿Preguntó por mí?
—Claro Guxta, creo que le gustas más tú que yo.
Guxta sonríe de lado.
—Eso es un hecho. Y sus pesadillas, ¿aún las tiene?
—No, dijo que ya hace un tiempo que no tiene esas pesadillas.
Dice Leon sirviéndose un vaso de la misma bebida que el hermano.
—Qué bueno, esas pesadillas son extrañas...
Leon prácticamente escupe la bebida así que su hermano dice eso.
—Nada que ver, Guxta, pesadillas son extrañas mismo.
—Hmm... ¡tienes razón! Pasado mañana iré a visitarla.
Dice Guxta.
—¿Qué? Pero mañana no es día de ir a verla.
—Exactamente, Leon, nosotros somos muy ausentes en la vida de ella, Alana debe sentirse abandonada por nosotros, sé que eso es necesario para protegerla del loco de Fenrril, pero yo quiero verla y no voy a esperar hasta el próximo mes para eso.
—Es... tienes razón.
Dice Leon.
—Bueno, voy a ir a uno de nuestros clubes nocturnos, necesito mujeres.
Guxta se levanta y sale. Leon toma su celular y llama a un viejo amigo.
llamada on...
—Hola, Leon, ¡qué sorpresa!
—¡Deja de ser idiota Fenrril! ¡Estoy sabiendo lo que está sucediendo con Alana y sé que eres tú!
Dice lo más bajo posible.
—¡Ah! ¿Sobre eso? hahaha, soy yo mismo, pero relaja ella nunca me vio, siempre tomo cuidado, tu hermana está buena de cojones.
—¡Ahórrame de oír esas mierdas, imbécil! Hoy ella me dijo sobre eso y ¿si ella hablase de eso para Guxta? Tengo certeza de que él iría a joder tu vida, tío, Guxta protege a Alana con la vida, es mejor que te pongas listo, Guxta va a visitarla esos días, es mejor que reces y mucho.
—No jodas, Leon, puedo hasta salir mal, pero tú estás conmigo en esta, ¿cómo Guxta irá a reaccionar cuando descubra que el propio hermano quiere el lugar de él en la Camorra?
—Fenrril, deja de tonterías, yo estoy avisando porque sé lo cuán psicópata Guxta es.
—Está bien, voy a dejarla dormir esos días, pero tienes que garantizarme que ella no va a abrir la boca.
—Todo bien, yo cuido de eso.