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PATRITHA

PATRITHA

Status: En proceso
Genre:Mundo mágico / Espadas y magia
Popularitas:2.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Ismael forchiney

La historia sigue a Patrick, un aventurero serio y amable que trabaja para la iglesia en un mundo de fantasía medieval. Patrick recibe la misión de recolectar poderosos artefactos mágicos, incluyendo la espada Dama, que puede invocar a una entidad llamada Dama Blanca. Durante su viaje, Patrick rescata a Samantha, una chica mitad demonio con un carácter fuerte pero frágil, que es perseguida por la iglesia debido a su linaje. Juntos, enfrentan peligros y desafíos mientras Samantha comienza a enamorarse de Patrick, y él descubre secretos oscuros sobre los artefactos y las verdaderas intenciones de la iglesia. La historia se desarrolla en un vasto mundo lleno de reinos, criaturas míticas, y seres divinos, donde la discriminación entre razas y la lucha por el poder son constantes.

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Capitulo 6: La Fortaleza Oculta de Kadran

**Capítulo 6: La Fortaleza Oculta de Kadran**

El sol apenas comenzaba a asomarse por el horizonte cuando Patrick y Samantha llegaron al borde de las Montañas de Kadran. Durante días, habían viajado sin descanso, atravesando densos bosques y desiertos rocosos, siguiendo pistas y rumores que los llevaron hasta allí. Su objetivo: la Máscara de Grave, una de las reliquias más poderosas guardadas en los confines del mundo. Pero, a diferencia de lo que Samantha creía, Patrick tenía un propósito oculto. No estaba reuniendo los artefactos para salvar al mundo; lo hacía por orden de la iglesia, que planeaba recuperar su dominio utilizando estos poderosos objetos.

Mientras ascendían por un sendero traicionero, Patrick no pudo evitar sentir la pesada carga de sus secretos. Sabía que cada paso los acercaba no solo a la máscara, sino también a un destino incierto. Samantha, con su ferviente deseo de justicia y su incansable determinación, no sabía la verdad, y Patrick temía el momento en que tendría que revelársela.

—Estamos cerca —murmuró Patrick mientras se detenía en un claro rocoso, con la mirada fija en un grupo de picos que se alzaban amenazantes—. Según los documentos que encontramos en la última misión, la fortaleza debería estar oculta en algún lugar entre esos picos.

Samantha lo miró, sus ojos llenos de determinación. —Entonces, no tenemos tiempo que perder. Si los rumores son ciertos, los Guardianes de la Frontera no nos dejarán acercarnos a la máscara sin pelear.

Patrick asintió, ajustando la espada Dama en su cinto. Sabía que Samantha tenía razón, pero no le contó que ya sabía sobre los Guardianes. La iglesia le había dado más información de la que había compartido, incluyendo la existencia de una red de túneles ocultos que podría llevarlos directamente a la sala donde se guardaba la máscara. Sin embargo, también sabía que esos túneles estarían custodiados por trampas y criaturas de las que solo se hablaba en susurros.

El camino se hizo más estrecho y empinado a medida que se adentraban en las montañas. El viento cortante y el frío que emanaba de las rocas hacían que cada paso fuera un desafío. Finalmente, después de horas de ascenso, llegaron a una pequeña abertura en la roca, casi imperceptible si no se sabía qué buscar.

—Es aquí —dijo Patrick, señalando la grieta en la pared de la montaña—. La entrada a la fortaleza.

Samantha frunció el ceño, mirando la abertura con desconfianza. —No parece una fortaleza. ¿Estás seguro de esto?

—Confía en mí —respondió Patrick, sabiendo que cada palabra lo hundía más en el abismo de sus propias mentiras—. Debemos ser cautelosos. La fortaleza está construida dentro de la montaña, y no sabemos qué nos espera adentro.

Con un último vistazo al cielo nublado, se adentraron en la grieta. La oscuridad los envolvió rápidamente, obligándolos a encender antorchas para iluminar el camino. El aire en el interior era pesado, cargado con el olor a humedad y piedra vieja. El silencio era opresivo, roto solo por el eco de sus pasos en el túnel estrecho.

Después de varios minutos de caminar en la penumbra, el túnel se ensanchó y reveló una gran cámara subterránea. Las paredes estaban cubiertas de inscripciones antiguas y símbolos que Patrick reconoció como sellos de protección. En el centro de la cámara había una puerta de hierro forjado, cubierta de runas que parecían pulsar con una energía oscura.

—Esta es la entrada a la sala de la máscara —dijo Patrick, acercándose a la puerta. Podía sentir la energía que emanaba de las runas, una energía que parecía resistir su presencia—. Pero no será fácil atravesarla.

Samantha observó las runas con atención, su mano descansando sobre la empuñadura de su espada. —Podemos intentar romper el sello, pero eso podría alertar a los Guardianes. Necesitamos encontrar una manera de hacerlo sin atraer demasiada atención.

Patrick asintió, pero en su mente ya estaba trazando un plan diferente. La iglesia le había enseñado cómo manipular sellos como este, aunque a un costo. Requiere sacrificar parte de la energía vital, algo que Patrick estaba dispuesto a hacer para cumplir su misión.

—Déjame intentarlo —dijo, avanzando hacia la puerta—. Hay una técnica que aprendí hace mucho tiempo que podría funcionar.

Samantha lo observó, su desconfianza momentáneamente apartada por la necesidad de avanzar. Patrick colocó su mano sobre una de las runas, y cerró los ojos, concentrándose en canalizar su energía a través de la espada Dama. La hoja emitió un tenue resplandor dorado, y lentamente, Patrick comenzó a sentir la resistencia de las runas disminuir.

Sin embargo, justo cuando parecía que la puerta cedería, un estruendo resonó en la cámara. Las paredes temblaron, y desde las sombras surgieron figuras vestidas con armaduras oscuras, sus ojos brillando con un resplandor sobrenatural. Eran los Guardianes de la Frontera, y no parecían dispuestos a permitir que nadie se acercara a la máscara.

—¡Nos han encontrado! —gritó Samantha, desenvainando su espada mientras los Guardianes cargaban contra ellos—. ¡Patrick, cuidado!

Patrick retrocedió justo a tiempo para esquivar un golpe mortal. Los Guardianes eran rápidos y precisos, moviéndose con una coordinación perfecta. No eran simples guerreros; eran protectores entrenados para resguardar los secretos más oscuros del mundo.

La batalla que siguió fue intensa. Patrick y Samantha lucharon codo a codo, sus espadas destellando en la penumbra mientras bloqueaban y contraatacaban los ataques de los Guardianes. La espada Dama brillaba con cada golpe, liberando ráfagas de energía que apenas lograban mantener a raya a sus oponentes.

Samantha era una luchadora feroz, su estilo de combate era rápido y agresivo, mientras que Patrick usaba la espada Dama para canalizar su energía en ataques más poderosos. Sin embargo, los Guardianes parecían inagotables, y por cada uno que caía, otro ocupaba su lugar.

—¡No podemos seguir así! —gritó Samantha, bloqueando un golpe que casi la derriba—. ¡Son demasiados!

Patrick sabía que tenía razón. La energía de Dama comenzaba a menguar, y cada golpe que daba le costaba más esfuerzo. Pero entonces, recordó las enseñanzas de la iglesia. Sabía que había una manera de utilizar la espada para crear una explosión de energía que podría incapacitar a los Guardianes, aunque sería arriesgado.

—¡Samantha, cúbrete! —ordenó, alzando a Dama por encima de su cabeza.

Con un grito de batalla, Patrick canalizó toda la energía restante en la espada. Dama brilló con una intensidad cegadora, y en un instante, liberó una explosión de energía dorada que se expandió por la cámara, derribando a los Guardianes y haciendo temblar las paredes.

Cuando el resplandor se desvaneció, la sala quedó en silencio. Los Guardianes yacían inmóviles en el suelo, y la puerta de hierro había sido destruida, revelando una cámara interior donde, sobre un pedestal, reposaba la Máscara de Grave.

Patrick cayó de rodillas, agotado por el esfuerzo. Samantha corrió hacia él, preocupada.

—¿Estás bien? —preguntó, ayudándolo a levantarse.

—Estoy bien —respondió Patrick, recuperando el aliento—. Lo conseguimos.

Samantha sonrió aliviada, pero cuando miró hacia la máscara, su expresión cambió a una mezcla de asombro y preocupación. —Esa máscara... es más poderosa de lo que imaginaba. Debemos tener cuidado al manejarla.

Patrick asintió, pero mientras avanzaban hacia el pedestal, no pudo evitar pensar en lo que la iglesia haría con tal poder. Sabía que no podían dejar la máscara en las manos equivocadas, pero también sabía que su misión era recuperarla a cualquier costo.

Cuando finalmente tomó la máscara, sintió una oleada de energía oscura recorrer su cuerpo, como si la propia reliquia lo estuviera evaluando. Era un poder aterrador, pero también tentador.

—Debemos regresar a la iglesia y entregarles la máscara —dijo Patrick, ocultando su conflicto interno—. No podemos permitir que caiga en manos equivocadas.

Samantha lo miró con seriedad. —Confío en ti, Patrick. Sé que harás lo correcto.

Con la Máscara de Grave en su poder, Patrick y Samantha abandonaron la fortaleza, sabiendo que habían superado una gran prueba. Pero mientras descendían de las Montañas de Kadran, Patrick no podía dejar de pensar en los otros artefactos que aún quedaban por encontrar, y en el precio que tendría que pagar por cumplir su misión. La sombra de la iglesia se cernía sobre él, y sabía que tarde o temprano, tendría que enfrentarse a las verdaderas intenciones de sus superiores, y a la decisión de seguir el camino que le habían trazado, o forjar su propio destino.

1
Josseline Payano
NO SÉ PORQUE NUNCA ESTAN COMPLETAS LAS NOVELAS
♞ ;3
Enamorada del personaje
Calliope
🌺🌈Tu cap ha iluminado mi día
Ismael Forchiney: de nada
total 1 replies
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