Dos vidas unidas por un compromiso. Maya Brook, una mujer dulce, inteligente y trabajadora, vio sus sueños y proyectos arruinados por una doble traición, y decide vengarse. Nathan Ford Moore, un empresario multimillonario, exitoso en los negocios, pero cerrado al amor después de muchas decepciones, se encuentra sin salida y debe cumplir el último deseo de su abuela...
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Capítulo 9
Nathan:
Después de presentarle la empresa a Maya, fuimos al hospital. Quería mostrarle a mi abuela que había cumplido su pedido, y la abuela quedó encantada con ella, incluso ya pidió bisnietos, pero ese pedido no voy a poder cumplirlo. No puedo tocar a Maya para luego divorciarme y arruinar su sueño de casarse virgen, e incluso si ella ya no fuera virgen, ¿cómo tendría un hijo con una mujer con la que no estaría casado por el resto de mi vida? Esta historia de tener hijos separados es muy triste porque el niño siempre sufre de alguna manera, incluso si sus padres son amigos. Me di cuenta de que mi abuela hizo que Maya saliera de la habitación a propósito.
—Puedes decirme lo que quieres, señora Amber.
—No me tomes por tonta, Nathan. ¿De dónde sacaste a esta chica? Tu novia no era, estoy segura.
—Abuela, yo...
—Dime la verdad, detesto las mentiras.
Y terminé teniendo que revelar toda la verdad. Nunca le había mentido a mi abuela y no sería ahora, que estaba en su lecho de muerte, que comenzaría a mentir.
—Quiero vivir muchos años más, ella es adorable y perfecta, la chica ideal para casarse.
—¡Abuela!
—Si no consigues una esposa de la manera correcta, acepto esta de la manera incorrecta. Tengo una petición más que hacerte: transfiere la casa a su nombre, no quiero que tu tía quiera tomar posesión de ella cuando yo no esté. Por eso, prepara a los abogados, que le donaré la casa en vida.
—¿Estás segura de eso, abuela? Le tengo mucho cariño a esa casa, fue donde nací.
—Vas a seguir viviendo allí por el resto de tu vida, tengo la intuición de que esta es la mujer de tu vida, estoy segura de que jamás te divorciarás de ella, y una cosa más, no le digas que ya sé la verdad, quiero que piense que todavía no sé nada, y tengo la intuición de que podría vivir un tiempo más allí con ustedes, y mi estancia allí va a ser interesante.
—¿Qué estás planeando, señora Amber?
—Si has organizado una boda a mis espaldas, no tienes derecho a saber mis planes.
Me quedé atónito, estoy seguro de que va a hacer algo si vuelve a casa, quiero saber, me alegro por ello, los médicos me dijeron que se estaba entregando a la muerte y si está buscando motivos para seguir viva, aunque sea para gastarme una broma, me alegraré de tenerla de vuelta en casa.
Maya volvió a la habitación y estuvo dándole muchos consejos, y yo solo quería saber cómo se había enterado de que Maya había sufrido una decepción porque prácticamente le contó todo lo que había pasado, pero mi abuela era así, llena de intuiciones, lo que ella decía que pasaba, pasaba. Seguro que después me cae una bronca, va a pensar que le he contado cosas de su vida. La tarde pasó tan rápido que ni me enteré, las dos estuvieron de confidencias toda la tarde mientras yo trabajaba con el móvil, cómo me gustaría que mi abuela viviera muchos años a nuestro lado, las dos se llevaban tan bien, parecían madre e hija, ese era el papel que mi tía debería estar haciendo, cuidando de mi abuela, pero al contrario, creo que solo estaba contando los segundos para que mi abuela muriera para poder disfrutar de la herencia.
—Vamos, Maya.
—Claro, ha sido un honor conocerla, volveré pronto a verla.
—Creo que me darán el alta antes de que vuelvas a verme.
Se despidieron y nos fuimos. Al llegar a casa ya estaba todo organizado.
—Señora Ford, la cena ya está lista, como usted pidió.
—Berta, la señora Amber me ha hablado maravillas de usted, me gustaría ver todas las maravillas que me ha contado. No tiene que ser descortés conmigo, no he venido a hacerle daño a nadie.
Por primera vez vi la sonrisa de Berta.
—Disculpe señora, es que la mayoría de las mujeres que el señor Nathan traía a casa eran amargadas y arrogantes.
—Y atacaban y humillaban a ustedes, ¿no es así? Por eso los empleados temían mi presencia.
—Disculpe señora, no queríamos ser maleducados con usted.
—Yo no soy diferente a ustedes, una cuenta bancaria abultada y los bienes materiales no nos hacen diferentes cuando partamos de esta vida, vamos al mismo agujero y nos pudriremos de la misma manera, y ¿qué nos llevaremos de esta vida? Tener dinero no me hace mejor que ninguno de ustedes, no estoy apegada a los bienes materiales, Berta, yo aprecio el respeto y la amistad, y si usted, como dice la señora Amber, es parte de la familia, así es como quiero tratarla también. Pido disculpas por haber sido grosera si es que lo he sido.
—Bienvenida, señora.
Y las dos se abrazaron emocionadas, e incluso yo me emocioné, y me puse a pensar dónde me había equivocado para no darme cuenta de que mis ex novias maltrataban a mis empleados, tendré que ocuparme de eso si traigo a otras mujeres aquí. Me sentí orgulloso de ver la forma en que trató a Berta con respeto y solidaridad.
—Ya estoy celoso de ese abrazo, ¿no merezco un abrazo, Berta?
—Anda, anda, muchacho, te acabas de casar y ya estás necesitado, creo que la señora tiene que prestarte más atención, señora Maya.
Maya se puso roja, y nos dirigimos al comedor.
—Berta, confío en tu buen gusto para la cena, así que a partir de hoy tú te encargas de las cosas, ¿de acuerdo? No hace falta que preguntes.
—Muchas gracias, señora Maya.
Richard me llamó diciendo que estaba todo listo para la fiesta, que solo faltaba fijar la fecha para que él enviara las invitaciones.
—Puede ser mañana mismo, cuanto antes se entere el mundo de que estoy casado con esta mujer, mejor.
Mañana por la noche será el principio de la caída de los que humillaron a Maya...