Obra original
La Reina Yasira Barreto muere a manos de su esposo Alexander Barreto sin importarle que en su vientre llevaba a su hijo nonato.
Una joven del mundo moderno reencarna en su cuerpo y mucho antes de estos eventos, por lo que decide cambiar su destino.
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Escape
La condena de la Concubina Ruth fue conocida por todos tres días después, la mujer seria azotada treinta veces, además de que se le había condenado a la pena máxima siendo enviada a la horca.
Una noche antes de la ejecución, Yasira decidió hacer una visita a los calabozos para mirar a los ojos a la concubina Ruth.
Estaba complacida por haber sacado a esa arpía rápidamente de su vida sin darle la oportunidad de dañar a su padre , lo cual era un gran avance pues cuando leyó la historia había sentido que la concubina Ruth había sido la asesina del Rey.
Al entrar al calabozo rápidamente ubicó el lugar donde se encontraba la Concubina, con su vestido sucio y su cabello que siempre había permanecido delicadamente peinado ahora convertido en una maraña.
- Que rápido caiste y yo que quería divertirme un poco contigo. - Dijo Yasira consiguiendo que la mujer levantará la cabeza.
La que un día fue la arrogante concubina Ruth ahora no quedaba nada, la mujer tenía las mejillas cubiertas de sangre y tierra producto de hacer enterrado sus uñas en su rostro en su desesperación por verse atrapada.
Yasira le miró burlonamente y dijo con voz suave;
- No permitiré que nada ni nadie amenace mi futuro, ¿ Sabes ? , Pensé que serías más astuta y que me costaría más trabajo atraparte pero....veo que tú hiciste el trabajo por mí. -
Luego comenzó a reír a carcajadas , giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacia la salida del calabozo, la concubina se encontraba en shock, no por lo que Yasira había dicho, sino por la mirada de la joven, pues sus ojos parecían tener la capacidad de asesinarla, aquella había sido la mirada más aterradora que había sentido y visto.
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Después de la ejecución de la Concubina Ruth, el palacio quedó en completa calma, más no por mucho tiempo, pues la corte imperial comenzaba a presionar al Rey para que tomara una reina, o en caso contrario , tomara más concubinas.
Esto al Rey no le causó gracia alguna y reacio a hacerlo, deseo poder pasar el poder a su hija pronto para así poder descansar de tanto buitre.
El tiempo comenzó a pasar y Yasira cada día más se concentraba en estudiar para ser una buena Reina, dejando un poco de lado los entrenamientos de combate y magia pero aún continuando con ellos.
También continúo conociendo a Alexander y Enrique , pero sin formalizar con alguno de los dos, lo que la llevo a no tener más intimidad con Enrique y evitar aun más a Alexander.
Tenía mucho por hacer aún, ella sabía que los verdaderos enemigos apenas aparecerían y vendrían de un Reino poderoso, cómo también aquella guerra que no podría evitar y que cada día estaba más cerca.
Pronto un año y medio paso, Yasira con casi 18 años se encontraba entrenando su magia de aire cuando un guardia llegó a toda prisa buscando al Rey.
La pelirroja se extrañó por esto y decidió entrar al palacio para saber que ocurría, se dirigió al despacho de su padre y la puerta se encontraba ligeramente abierta permitiéndole escuchar la conversación que estaba teniendo su padre con aquel guardia.
- Señor está confirmado, hay movilización enemiga en la frontera sur , han estando invadiendo las pequeñas aldeas aledañas , asesinan a los hombres y se llevan con ellos a las mujeres y niños. -
Dijo el guardia y el estómago de Yasira se contrajo al escuchar aquello, los sucesos se habían adelantado demasiado tiempo, sabía que al evitar la muerte de su padre algo más podría pasar pero no sé habia imaginado que era esto lo que ocurriría, la pelirroja empujó la puerta y miró a su padre sorprendida, quien le devolvió la misma mirada .
- Yasira , ¿ Que estás haciendo aquí ? -Preguntó el Rey a su hija, quien utilizaba ropa similar a la de un hombre , con su cabello levantado en un moño desordenado.
- Padre, cuando empezará la guerra, quiero ir a defender el Reino -Dijo con convicción la princesa, no dejaría que su padre fuera a aquella guerra pues todo podía suceder , el Rey miró a su hija y se sintió molesto al escuchar su petición, jamás enviaría a su hija a un campo de batalla, era demadido cruel y crudo el estar en el medio de una batalla.
Marcelo se negó de inmediato más Yasira tenía otro plan en mente, las tropas del Rey partirían a la frontera sur en tres días, tiempo suficiente para que se preparan, Yasira por su parte, evitó a su padre el primer día .
Al segundo día , se levantó de madrugada, lo cierto era que no había dormido absolutamente nada esperando el momento adecuado para irse.
Abrió su armario y tomó la armadura que había pedido para ella hace algún tiempo, está era color blanca completamente, solo con el escudo del imperio en la parte frontal que estaba echa con la piel más gruesa que existía.
Su espada había sido un regalo de su padre en su cumpleaños número 17 y en la parte de la base tenía incrustado un extraño rubí de forma irregular, misma espada que utilizó Alexander para asesinar a la Yasira de la novela.
La espada había pertenecido a su madre, su padre consideraba que sería bueno que ella la tuviera, solo esperaba que nunca tuviera que utilizarla, eventos que no ocurrieron en la novela.
Yasira se colocó la armadura, levantó su cabellera en una coleta alta y tomó su espada para asegurarla en su funda , salió de su habitación en medio de la noche y se dirigió a los establos a tomar su caballo.
- Trueno, debemos irnos -Dijo la princesa en voz baja mientras sacaba a su caballo para colocarle la silla de montar.
De la mujer que había llegado a aquel extraño mundo no quedaba absolutamente nada, ahora solo era la princesa Yasira , fuerte, astuta, deseando conocer a sus enemigos para obtener venganza por la verdadera Yasira .
No era más la señorita Xia , no era más la CEO importante, que con solo un chasquido de sus dedos ponía a la gente a temblar, ya no quedaba nada de ella.
La pelirroja preparó al caballo pura sangre color negro que contrastaba con su armadura y emprendió el viaje a la frontera del sur, si estaba segura llegaría allí en tres días, tiempo suficiente para adelantarse al enemigo.
La pelirroja cabalgó sin detenerse hasta que los primeros rayos del sol se comenzaban a mirar, la chica cuidó de su caballo y un par de horas después emprendió el viaje de nuevo.
Mientras, en el palacio el Rey gritaba por todos lados con la apariencia de un animal enjaulado, dando vueltas en círculos por su despacho.
Había mandado a buscar a Yasira después de que la princesa no bajara a desayunar y le informaron sobre su ausencia y la de su caballo.
Rápidamente el Rey comprendió lo que había hecho su hija, por lo que envío al batallón antes de tiempo para resguardar a la princesa.
- Todos son unos ineptos, incluso ustedes , los mejores entre los malditos mejores no notaron cuando se fue -Gritó furioso el Rey, no había imaginado que su hija haría algo como esto, por lo que estaba más que molesto.
Los guardias permanecieron en silencio escuchando la reprimienda de Marcelo, cuando esté se dejo caer sobre su silla ellos se retiraron.
- Lo peor es que no puedo salir de este lugar y dejar el Reino desprotegido -Mencionó en voz alta, se levantó de su silla y se dirigió a su habitación, tomó su armadura y comenzó a prepararse, esa misma mañana había recibido noticias de que los atacarían dos batallones, unos por la frontera sur y el otro grupo por la frontera principal de su territorio.
La noticia del escape de la princesa Yasira se expandió cómo pólvora al igual que la inminente guerra que se desatarían, Alexander al enterarse se preparó para la batalla y se dirigió al palacio al igual que Enrique.
Aunque ambos querían ir a la frontera sur, el emperador solo dejó ir a Alexander , pidiéndole a Enrique que se quedará a su lado como su hombre de confianza.
Pronto los días pasaron y los habitantes entraron pánico, no había fecha precisa sobre el inicio de la guerra más había arqueros preparados las 24 horas para comenzar a protejer la frontera principal mientras que el batallón del Rey se dirigía al sur.
Por otro lado Yasira llegaba a su destino, encontrandose con las últimas cuatro aldeas completamente deshabitadas, no había ni una sola persona en ellas, lo cual era un mal augurio.
Nina que rápido caíste, pudiste seguir teniendo una buena vida 🥺😬