El Trato, ¿Venganza O Amor?

Victoria también se ha quedado preocupada, pues lo que su esposo dice es cierto, para la fecha hace tiempo que cumplió la edad para reclamar su herencia, es más para ese momento debe tener unos 24 años, ella ya podía hacerse cargo de sus bienes, pero hasta ahora se ha mantenido totalmente ajena a todo y sigue en la academia a la que la enviaron cuando sus padres murieron.

- Creo que tienes razón, lo mejor es traerla de regreso. – Concuerda ahora con su esposo Victoria. - ¿Qué sabes de ella? – Pregunta Victoria.

- No mucho, solo envió los pagos y pido que me mantengan informado de sus movimientos, pero hasta ahora solo estudia y sale con sus compañeras de academia, nada más.

- Es posible que no tenga interés en la herencia. – Intenta adivinar Victoria.

- Tal vez, de todas formas, no le ha faltado nada, además era muy pequeña cuando se quedó sola, como lo pidió la enviamos a la academia en el país del norte y seguro siente ese lugar como su hogar, tal vez por eso no ha querido regresar por su propia cuenta. El próximo mes iré para traerla de regreso, habla con Cristian, que se prepare, de todas formas, ¿no eran noviecitos de infancia?, pues ahora será de verdad. – Declara Guillermo, es momento de dar marcha a sus planes.

Un nuevo día ha llegado, Isabella se sorprende por lo bien que durmió, hasta ahora siempre le ha costado mucho dormir desde lo sucedido en aquel entonces, pero esa noche cayó como piedra, tal vez fue por el cúmulo de emociones que tuvo en tan poco tiempo, al levantarse se da cuenta de que Alessandro ya ha salido de la habitación, así que ella también procede a arreglarse y salir, para encontrarlo desayunando en el comedor listo para irse.

- Buenos días. – Saluda amable para recibir solo un asentimiento de cabeza por parte de Alessandro, como puede ser tan frio desde tan temprano se pregunta.

- Buenos días señora, aquí esta su desayuno. – La saluda Martha con una sonrisa, misma que Isabella devuelve.

- Muchas gracias señora Martha.

- Ay no por favor solo dígame Martha o nana si lo prefiere. – Isabella se sorprende por la petición, pero al ver que Alessandro no tiene ninguna reacción accede.

- Está bien nana, muchas gracias. – Sonríe dulcemente Isabella, pues Martha le cae muy bien al igual que Beto, las que no parecen muy felices son las otras chicas que están trayendo la comida.

Una vez Alessandro ha terminado su desayuno pasa a levantarse, pero antes de que se vaya Isabella lo detiene.

- Espera, quiero comentar algo contigo. – Dice Isabella.

- Habla. – Responde Alessandro con indiferencia. Ha Isabella le empezaba a chocar esa actitud, pero recuerda que prometió mantenerse prudente, así que ignora eso y sigue.

- Saldré al hospital y luego a mi trabajo, la mansión queda un poco alejada, por tanto, quería preguntar si puedo usar un vehículo. – Le molesta terriblemente pedir permiso para algo, pero tampoco se va a complicar la vida adrede, por ese sector no se encontraría un taxi de ninguna manera.

- Como te dije puedes disponer de todo en la mansión a tu conveniencia, eso sí, debes llevar seguridad y con respecto a tu trabajo, renuncia. – Declara Alessandro sin más. Haciendo hervir de ira a Isabella, ¿que renuncie?, pero ¿quién se cree este tipo para darme ordenes así? Piensa enojándose cada segundo un poco más como si eso fuera posible.

Pero antes de que pueda exponer toda su furia, Alessandro se giró y se marchó de lo más tranquilo, pero con un brillo de emoción en sus ojos, pudo ver la ira en los ojos de Isabella y se fue adrede, para enojarla aún más, sabe que en este momento lo ha de querer matar, ya se ha dado cuenta que le molesta que le den ordenes, pero quiere ver hasta dónde puede mantener la calma o si le mostrara su verdadero ser.

Por su parte Isabella se quedó con la palabra en la boca y definitivamente queriendo quedarse viuda, pero está bien ya tendrá oportunidad para devolver el favor, por ahora se va, pues tiene muchas cosas que hacer, aunque si antes la seguían de lejos, ahora va a ser mucho más difícil moverse, pues tendrá a alguien con ella todo el tiempo con la excusa de cuidarla, claro como si ella no supiera que Alessandro la está vigilando.

- Señor como me indico, Asigne a Rafael para acompañar a la señora Aria. – Informa Pedro, mientras ve como su jefe sonríe.

- Muy bien Pedro, excelente trabajo, dile a Rafael que se mantenga a una distancia prudente, pero que no la pierda de vista. – Sonríe Alessandro, quiere ver hasta donde su querida esposa va a aguantar.

- Si señor.

- ¿Qué sabemos del presidente de AEROSTAR INC? – Interroga Alessandro.

- No mucho señor, se ha mantenido totalmente oculto, solo se manifiesta a través de su representante Tobías Castro. Su identidad es un completo misterio desde que apareció la empresa hace aproximadamente 6 años, muchos han querido hablar directamente con él, pero han sido rechazados, su padre no es la excepción. – Informa Pedro.

- Mi padre, ¿también ha querido hacer negocios con ellos? – esa es información nueva para Alessandro.