Flor Rojas y Eriks Ivanova
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Capítulo 6
(Flor Rojas)
No he logrado concentrarme desde que llegué, ese hombre que está frente a mi me tiene hipnotizada, y ademas el no colabora con las sensaciones que despierta en mi, tiene la mirada puesta en mi y no hace nada para disimular, la tensión en el lugar se nota no es fácil estar en la misma sala que tus enemigos y hablar como si fueran los mejores amigos y más cuando tu enemigo te mira con deseo, y la verdad no se como sentirme al respecto, siempre me a parecido una idiotez esta enemistad que hay entre la dos mafia, pero así es esto.
Mi teléfono vibra sacándome de mis pensamientos, es mi hermano tal vez quiere saber cómo van las cosas, me disculpo yéndome a contestar la llama.
Hola — digo contestando la llamada.
Como va todo — pregunta Fabián.
Todo está bajo control, ya estamos finalizando — digo.
Ok, ya que estás en el club ve a la oficina y saca unos papeles de la caja fuerte y tráemelos cuando te desocupes — dice.
Bien, nos vemos más tarde — digo cortando la llamada.
Le mando un mensaje a Fabiana para que me espere afuera cuando termine, me voy a la oficina abro la caja fuerte saco los papeles la vuelvo a cerrar, me giro para irme y choco con un pecho fuerte, alzo la mirada encontrándome con aquellos ojos grises que me miran con deseo y por alguna razón me intimidan.
Que hace aqui — le preguntó dando un paso atrás — no le enseñaron a tocar antes de entrar.
Puedo entrar donde quiera y cuando quiera — dice con la mirada enfocada en mi.
Me repara con la mirada y no entiendo por qué de repente me siento tan nerviosa.
Pues aquí no puede hacer lo que se le dé la gana — le digo tratando de verme tranquila — le voy a pedir que se retire
Y si no quiero que harás — dice acercándose quedando a sentimetros de mi rostro.
Largo — digo tratando de ocultar lo nerviosa que me pone, no sé qué me pasa nunca nadie me había puesto así.
No, me voy hasta no conseguir lo que viene a buscar— dice poniéndome contra la pared — no me gusta quedarme con las ganas.
No se que busca pero se que no es nada bueno, y enserio me estoy conteniendo de partirle la cara.
No quiero tener problemas con usted — le digo tratando de que se aleje pero no lo consigo — así que quítese y lárguese.
Nena, no seas tan amargada — dice agarrando mi mandíbula.
¡No me llames así! y quítame tus manos de encima si no quieres que... — no terminó la frase cuando agarra mi nuca acercándome a él y besándome.
Pero no es cualquier beso, me besa con vehemencia y desespero, trato de apartarlo pero me es imposible, forcejeo pero es en vano para evitar que siga forcejando me agarra las muñecas posándolas encima de mi cabeza, con su mano libre recorre desde mis muslos hasta mis glúteos dándoles un apretón, me enojo y trato de darle una patada pero capta mis intenciones y enreda sus piernas con las mías dejándome totalmente inmóvil, siento como su mano recorre mi cuerpo excitandome en el acto y me veo correspondiendo el beso, al ver que que le correspondo poco a poco suelta mis manos y me veo rodeándole el cuello con mis brazos.
No se que carajos me pasa, como puedo sentirme atraída por una persona que apenas conozco y que es mi enemigo, mi razonamiento toma lugar obligándome a empujarlo para que se aparte, da un paso atrás no le doy tiempo para que reaccione cuando ya me veo dándole un puñetazo en la cara.
Vuelves a tocarme — le digo señalándolo — y te mato.
Me mira y sonríe de medio lado, me pone más nerviosa de lo que estaba, se pone serio de nuevo mientras moja sus labios con su lengua se acerca a mi oído.
Muy pronto —me susurra en el oído — morirás por que te toque y me pedirás que te haga mía una y otra vez.
Me da un leve beso en los labios y sale de la oficina, quedo en blanco estoy inmóvil mi cerebro está procesando todo lo que acaba de pasar, reacciono y dan ganas de matarlo, no sé que mierda me paso nunca nadie me ha hecho perder la cabeza en cuestión de segundos como lo hizo él con solo su presencia, y hubiese estado en mis cincos sentidos no hubiese permitido que me tocara o peor aún ya lo hubiese matado pero no lo hice