Charlotte que fue engañada por el hombre que juraba amarla, vuelve en el pasado para cambiar su pasado y proteger a su esposo, a quien ella mato con sus propias manos tras haber sido manipulada.
NovelToon tiene autorización de Layla Polimet para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 5- Noche intensa
Charlotte gime al sentir cómo el emperador empieza a entrar lentamente en ella. Killian mira a la chica procurando de observar cada uno de los gestos hasta encontrar por completo en esta, quien suelta un fuerte jadeo hundiendo sus dedos en la espalda de su esposo.
— Killian… — Gime cuando el hombre empieza a moverse lentamente en su interior, mientras besa cada parte de su cuerpo. Vaivén tras Vaivén, Charlotte jadeaba de placer mientras Killian subía la intensidad de embestirla.
— Eres perfecta, Charlotte. — siseó este cerca de su oído antes de besarla en el hombro, haciendo que todo el cuerpo de Charlotte se estremeciera con cada una de las embestidas. — Tan perfecta solo para mí. — Este se hundió más profundo en el interior de la chica, quien gime sintiendo todo su cuerpo estremecer.
Su cuerpo se estremece y tiembla de placer con cada de las embestidas del emperador, enviando descargas directamente a su cuerpo.
El emperador, que tenía sus manos bien firmes en la cintura de Charlotte mientras la embestía, sentía que estaba a punto de explotar. Nunca le pasó por la cabeza que pasarían la noche juntos, pero ahora era una dichosa felicidad para él, tenerla entre sus brazos en ese momento.
— ¡AHha!— El grito de Charlotte resonó por la habitación mientras que Killian había empezado aumentando sus embestidas y, en cuestión de segundos, ambos habían llegado al clímax.
Charlotte, que jadeaba tratando de respirar con normalidad, sentía que su cuerpo ya no daba para más y estaba a punto de cerrar los ojos para dormir.
— No cierres los ojos. — Abrió los ojos de golpe cuando el emperador volvió a embestirla, pero esta vez con más dureza, no era nada gentil como recién lo acababa de hacer.
— Pero…
— Eso solo fue para calentar el cuerpo. — Musitó, esté embistiéndola.
— Killian. — Jadea, sorprendida cuando el emperador, comienza a dar embestidas profundas y bruscas.
— Te dije que no me contendría, Charlotte. — La mira bajo suyo.— Y no lo haré. — Se inclina hacia ella, besándola y Charlotte corresponde cruzando sus brazos alrededor de él, mientras que sus gemidos son ahogados por el beso tan intenso de Killian.
La noche fue intensa, y sin duda alguna Killian no se había contenido tal como él le había dicho. No se contuvo, dejó a Charlotte dormir hasta que estuvo saciado de ella, o mejor dicho, ella se cayó cansada en su pecho, durmiendo instantáneamente.
Al día siguiente, cuando Charlotte se despertó, ya no había nadie a su lado. Killian no estaba en ningún lado.
Se remueve adolorida en la cama sentándose.
— En serio se fue. — Niega, sentándose en la cama cuando la puerta se abre, mira la puerta esperando que la persona que entre sea el Emperador; sin embargo, no se trataba más de una doncella.
—Su majestad, ¿cómo se encuentra? — pregunta la doncella adentrándose en la habitación, mientras que Charlotte decepcionada asiente con la cabeza. —El emperador me asignó que la ayudará a prepararse.
— ¿Dónde está él? —Pregunta mirando la doncella.
—Su majestad se encuentra en una reunión con los ministros de la corte. —Charlotte se levanta ante lo dicho con la ayuda de la doncella.
Ahora que lo recuerda, antes de volver en el tiempo, justo al día siguiente de casarse con Killian, los ministros estuvieron en contra de que ella ocupara el cargo de emperatriz, ya que creían que no sería capaz de guiar el reino. El emperador le había defendido en ese entonces, pero no pasó mucho tiempo que ella misma los decepcionó tras no tomar cargo en serio ni menos darle importancia. Esta vez sería diferente, no cometería los mismos errores del pasado ni menos decepcionaría a killian, como lo hizo en el pasado. Le demostraría a esos vejetes que ella sí puede.
—¿Cuál es tu nombre? — Pregunta mirando la doncella que la estaba ayudando a vestirse.
—Mi nombre es Valery, Su majestad. — La doncella realiza una leve reverencia retrocediendo.
— Bien Valery… Ayúdame a prepararme para guiarme dónde se encuentra el emperador. — Ya después de haberse preparado con la ayuda de la doncella. Charlotte la sigue mientras que está la guía dónde se encuentra el emperador junto a los ministros.
— ¿Su majestad piénsalo de nuevo, realmente va a dejar el cargo de emperatriz en manos de esa niña, después de los rumores de ella? — Charlotte se detiene en la puerta tras escuchar las palabras de uno de los ministros de la corte, tal como recordaba ellos estaban en su contra y dudaban de su capacidad.
— Su majestad, le pedimos que reconsidere sus palabras, no podemos confiar en las habilidades de esa chica. — Este hace una leve reverencia. — Puede estar cometiendo un grave error.
— Error, vas a cometer tú, si no te callas, primer ministro — Amenaza el hombre —. A quien llaman esa chica es mi esposa. — Dice el emperador golpeando el borde del trono. — Y no lo repetiré de nuevo, ella será mi emperatriz y tomará ese cargo, quieran o no. — Todos se miran entre sí. Muchos en esa corte han escuchado rumores sobre la recién esposa del emperador, sin contar que también había rumores de que está estaba enamorada de alguien más nadie menos que el príncipe Edwin.
— Pero. — Uno de los ministros pasaba enfrente con intención de hablar, sin embargo, fue interrumpida por la entrada de Charlotte, quien ya había escuchado suficiente, al parecer aquí todos estaban en su contra y desconfiaban de ella.
—¿Quién dice que no puedo tomar el cargo de emperatriz? — Ante sus palabras, todos los ministros la miran dudando en su hablar.
—El cargo de Emperatriz no es tan fácil como crees y dudo que puedas hacerlo después de los rumores que he escuchado sobre usted, su alteza.
— ¡Basta! —interrumpe el Emperador mirando al barón, quien baja la cabeza.
Charlotte sonríe acercándose a Killian quien no duda un segundo en tomarla en la cintura, sentándola sobre sus piernas, disgustando a los ministros, quienes desde el principio no están satisfechos con la chica
— ¿Por qué están tan seguros de que no puedo hacerme cargo? —Los mira con una sonrisa. — Solo por unos rumores ustedes asumen que no puedo tomar el cargo que me corresponde al estar casada con el emperador.
—Qué se espera de una mujer que ni siquiera tuvo su noche de bodas con su esposo. — Susurra uno de ellos, algo que Charlotte logró escuchar perfectamente. Entonces pasó sus brazos alrededor del cuello de Killian besando este en mejilla, recorriendo su mano en su pecho.
— No se preocupen, mi vida privada con su majestad es muy satisfecha. —Mira, Killian — ¿Verdad, su majestad? — Le guiña el ojo a este para que siga con sus palabras.
—Mi vida privada con mi esposa no es algo que les deba explicar a ustedes. — Killian mira a todos los ministros con unos ojos siniestros. — Estén de acuerdo o no, Charlotte se ha convertido en mi esposa y emperatriz de ese imperio y, como dicta la ley, ella tendrá su cargo como emperatriz.
Charlotte, que lo miraba mientras escuchaba cada una de las palabras del hombre, sonríe; realmente había sido una estúpida en el pasado.
— Solo, denme dos meses. — Decidió actuar, los ministros estaban en contra de eso, solo porque creían que ella no era capaz de asumir la responsabilidad de la emperatriz ni menos llevar el reino por el buen camino, pero sí demuestra lo contrario esos vejetes no tendrían motivos para estar en su contra ni menos despreciarla. — Si en esos dos meses no logro hacer mi trabajo como corresponde, entonces renunciaré al cargo, incluso la posición como emperatriz. — Duda un momento en seguir sus palabras. — También me divorciaré de su majestad.
— ¿Qué? — Killian mira a la chica, confundido por aquellas palabras que acaba de escuchar. ¿Divorcio?
Ante las palabras de Charlotte, todos se quedan en silencio, mirándose entre sí.
—Es un juramento en nombre del ducado. — Mira a todos con seriedad. — Al igual que si puedo llevar el cargo de emperatriz, ustedes dejarán de estar molestando con sus palabras.
— ¡Insolente! —exclama uno de aquellos ministros indignados por las palabras de Charlotte.
— Esa reunión ha terminado. — Interrumpe Killian.
— Pero su majestad.
— He dicho que la reunión ha terminado. — Fulmina a los ministros, causando que estos tiemblen.
Se levanta con Charlotte en sus brazos saliendo de la sala, mientras que los ministros susurran entre sí, las palabras recientes de la chica.
— Killian. — La chica intenta bajarse de la mesa cuando el hombre la deja encima de su escritorio, sin embargo, la mano del emperador la detiene.
— Retráctate. — Apoya sus manos en la mesa acorralando a Charlotte.
— ¿Qué? — Parpadea confundida sin entender de dónde viene aquellas palabras.
— Quiero que te retractes a tus palabras, Charlotte. — La toma del mentón mirándola fijamente.