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Cuando Te Encuentre

Cuando Te Encuentre

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Reencuentro
Popularitas:6.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Lina Garizao

La vida de Valeria da un giro inesperado cuando descubre la infidelidad de su novio, Alex. Desolada y herida, decide marcharse sin decir una palabra, buscando refugio en la casa de su amiga. Alex, al darse cuenta de su ausencia, se embarca en una búsqueda frenética para encontrarla, convencido de que puede reparar su relación. Sin embargo, su mejor amiga, Claudia, está decidida a proteger a Valeria del dolor que su ex le ha causado y se niega a revelar su paradero.

A medida que Alex se enfrenta a obstáculos y a la interferencia de su amante, Valeria comienza a redescubrirse y a sanar. Pero cuando el amor verdadero está en juego, las decisiones del pasado pueden amenazar el futuro.

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Capitulo 8: Memorias que duelen

La luz del sol se filtraba a través de las cortinas del apartamento de Claudia, creando un suave resplandor en la habitación. Valeria se despertó, sintiendo el peso de la tristeza en su pecho. Era un nuevo día, pero la confusión y el dolor aún la perseguían.

Mientras trataba de despejar su mente, los recuerdos de Alex comenzaron a inundar su pensamiento. Cada risa compartida, cada abrazo que la hacía sentir segura. Las memorias eran dulces, pero la traición que había descubierto las convertía en un veneno que ardía en su corazón.

Se levantó y se asomó por la ventana, observando a la gente pasar. La vida continuaba para todos, pero para ella, el mundo se había detenido en el momento en que había descubierto la verdad.

Recordó aquella tarde en el parque, cuando Alex le había tomado la mano mientras hablaban de sus sueños. Ella se había sentido invencible, como si nada pudiera separarlos. Pero ahora, esa misma imagen la torturaba.

__¿Cómo pudo hacerme esto? —se susurró a sí misma, las lágrimas comenzando a brotar.

Se dirigió a la cocina y preparó una taza de té, buscando algún tipo de consuelo. Mientras el agua hirvía, su mente siguió viajando a través de los momentos que habían construido juntos.

La primera cita en su cafetería favorita, el nerviosismo de Alex al pedirle un café. La forma en que la miraba, como si fuera la única persona en el mundo. Todo eso ahora parecía tan distante, como un sueño que se desvanecía al despertar.

Se sentó en la mesa con su taza en mano, dándole vueltas mientras luchaba con la contradicción de sus sentimientos. Amor y traición se entrelazaban en su mente, creando una tormenta de emociones.

Recordó la noche que habían pasado viendo películas, acurrucados en el sofá, riendo juntos. Se había sentido tan amada, tan segura. Pero ahora, cada recuerdo venía con una sombra que ensuciaba la pureza de esos momentos.

—¿Era todo una farsa? —pensó, apretando la taza con fuerza.

Mientras su mente seguía atormentándola, Claudia entró en la cocina.

—¿Te sientes mejor? —preguntó, notando la tristeza en el rostro de Valeria.

Valeria suspiró.

—Aún no. No puedo dejar de pensar en todo lo que compartimos.

Claudia se sentó frente a ella, apoyando una mano en su brazo.

—Es normal recordar. Pero no puedes permitir que esos momentos te consuman. Tienes que enfocarte en sanar.

—Lo sé, pero es difícil. —respondió Valeria, con los ojos llenos de lágrimas. A veces siento que todavía lo amo.

Claudia frunció el ceño.

—El amor no debería doler así. No puedes dejar que te manipule.

Valeria asintió, aunque en su corazón la lucha seguía.

Mientras tomaba un sorbo de su té, recordó una noche especial en la que Alex le había prometido que siempre estaría a su lado.

—Te amo, Valeria. Eres todo para mí, le había dicho.

La idea de que esas palabras hubieran sido una mentira la hirió profundamente. ¿Cómo podía haber confiado en él? El dolor de la traición era agudo, y cada recuerdo feliz se convertía en una daga en su corazón.

—Necesito salir,—dijo de repente, levantándose de la mesa.

Claudia la miró sorprendida.

—¿A dónde?

—No lo sé. Solo necesito un respiro. Quiero despejar mi mente.

Sin esperar respuesta, Valeria salió del apartamento, sintiendo el aire fresco en su rostro. Mientras caminaba por las calles, las memorias seguían acosándola. Las risas, las promesas, la intimidad; cada paso la acercaba a un abismo de emociones.

A medida que avanzaba, luchaba por encontrar la fuerza para dejar atrás el pasado. Sabía que debía alejarse de Alex, pero su corazón seguía atado a esos recuerdos felices. La lucha entre el amor y la traición la acompañaría, y en ese momento, se sintió más perdida que nunca.

**Sin embargo, la determinación de encontrar su camino de regreso a sí misma comenzaba a gestarse.** A pesar del dolor, sabía que debía seguir adelante. **La vida continuaba, y quizás, un día, podría mirar hacia atrás y sonreír, en lugar de llorar.**

Valeria caminaba sin rumbo, con los pensamientos girando en su mente como un torbellino. **Cada esquina traía un nuevo recuerdo de Alex**, cada risita compartida, cada mirada profunda que parecía prometer un futuro brillante.

Se detuvo en un parque, el mismo donde una vez habían compartido una tarde de verano. Los árboles estaban llenos de hojas verdes, el sol brillaba, pero ella solo podía ver las sombras que se cernían sobre su corazón. El eco de su risa aún resonaba, pero ahora se sentía como un eco de una vida que ya no existía.

Mientras se sentaba en un banco, una pareja pasó a su lado, riendo y tomados de la mano. El dolor se intensificó, y sus ojos se llenaron de lágrimas. ¿Por qué era tan difícil dejar ir?

—¿Es esto lo que se siente el amor? —se preguntó, sintiendo un nudo en la garganta.

De repente, su teléfono vibró. Era un mensaje de Claudia.

—¿Estás bien? Te estoy preocupando. ¿Quieres que venga?

Valeria se tomó un momento antes de responder, sintiendo que no quería preocupar a su amiga.

—Estoy bien. Solo necesito un poco de tiempo.

Sin embargo, en el fondo, sabía que no estaba bien. El vacío que sentía era abrumador. Decidió levantarse y caminar un poco más, intentando escapar de la tormenta emocional que la consumía.

Mientras paseaba, se encontró frente a un café donde solían ir juntos. El aroma del café recién hecho la envolvió, y por un momento, la nostalgia la detuvo. Recordó cómo Alex la había mirado aquel día, la chispa en sus ojos mientras compartían una bebida.

Sintiéndose vulnerable, decidió entrar. El ambiente cálido del café le dio un pequeño respiro. Se sentó en una mesa en la esquina, pidiendo un café para llevar, intentando mantener la mente ocupada.

Pero la soledad la golpeó con fuerza. El sonido de las charlas a su alrededor se convirtió en un ruido distante mientras sus pensamientos volvían a centrarse en Alex.

—¿Por qué no puede estar aquí? —pensó, cerrando los ojos. El deseo de tenerlo cerca era una carga. Quería gritarle, preguntarle por qué había arruinado todo.

Justo en ese momento, escuchó el sonido de una risa familiar.Abriendo los ojos, vio a una pareja que se sentaba en la mesa de al lado, riendo de algo que claramente les parecía gracioso. La mujer tenía el mismo brillo en los ojos que Valeria recordaba en Alex, y eso la hizo sentir aún más sola.

Su café llegó, y, mientras lo sostenía en sus manos, su mente giró hacia el recuerdo de una conversación que habían tenido.

—Siempre estaré aquí para ti, Valeria. Te prometo que nunca te fallaré

Las palabras resonaban como una traición ahora, y sintió que el café se le anudaba en la garganta. Sin pensarlo dos veces, se levantó y salió del café. Necesitaba aire.

Una vez fuera, caminó rápido, intentando dejar atrás esos recuerdos. Se adentró en una calle menos transitada, buscando algo que la distrajera de su tristeza.

Fue entonces cuando se encontró con una librería de segunda mano. Atraída por la idea de escapar a otro mundo, decidió entrar.

Las estanterías estaban llenas de libros viejos y susurrantes, y el aroma de papel envejecido la envolvió como un abrazo. Mientras recorría los pasillos, tocando las cubiertas de los libros, sintió una leve paz.

Finalmente, eligió un libro al azar y se sentó en una pequeña área de lectura. Las palabras en la página la transportaron a un mundo donde el amor era sencillo y sin complicaciones.

Pasó las páginas, dejando que la historia la absorbiera, y por primera vez en el día, pudo olvidar, aunque solo por un momento.

Sin embargo, en lo más profundo, sabía que no podía seguir huyendo de sus sentimientos.Tenía que enfrentar la realidad de su relación con Alex, la traición que había marcado su vida.

Mientras leía, pensó en lo que Claudia había dicho:

—Tienes que sanar. No puedes seguir anclada en el pasado.

1
gisella Fuentes Cardenas
si no te dabas cuenta seguía en lo mismo de engañarte y kisas siempre lo hará sería vano darle oportunidad a un tramposo
Pelu Borrajo
Normal
Amada Martinez
Ella tiene una excelente amiga, que le brinda su apoyo sin juzgarla.
Amada Martinez
Muy interesante.
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