La Noble Señorita Se Divorcia

-Hey hey... Que pasa? suéltame?

Susan se suelta de su agarre y acomoda su ropa.

-Porque le tienes que sonreír de esa manera, estás casada.

-Que? Estás dudando de mi, nos conocemos desde hace mucho.

-A él le gustas.

-Ya sé.

-Que? Y lo dices tan calmada.

-Lo sé por qué me lo dijo, se iría a la capital y por eso lo dijo, no tiene nada de malo expresar los sentimientos, él sabe que jamás podría haber nada entre nosotros, él es un caballero.

-Así.

-Si, lo es, basta, tú no tienes nada que reclamar.

-Soy tu esposo.

-Lo eres? ¿Acaso lo eres? Dime, la dejaras, dejaras a esa mujer para que yo sea tu esposa.

-Susan.

-No verdad, entonces no hagas dramas que no te corresponden, ahora voy a mi carruaje... -Ella voltea para ver qué no sabe ni donde está el carruaje -

-Donde está, ahora voy a caminar, creo que se quedó afuera de la boutique, tú vete en tu caballo.

-Susan... Te acompaño

Solo que al llegar cerca de la boutique, Susan está por subir a su carruaje y aquella joven va saliendo de la boutique.

John se tensa por un momento, pero Susan pasa de largo, él va con ella, la ayuda a subir a su carruaje y él sube a su caballo, Susan piensa que él se irá con ella, pero para su sorpresa el va al lado del carruaje.

Al llegar ella baja sin esperar que la ayuden, entra a la casa y sube directamente a su cuarto.

John va tras ella, sigue molesto.

-Susan, espera

-Que quieres, bueno ya que estás aquí quítame esto de la cabeza, te voy a golpear si me jalas el cabello.

-Donde está tu doncella.

-Está resfriada, pobre tenía mala cara en la mañana así que le di el día.

-Por eso ibas sola.

-Fui a una fiesta de té, en el restaurante que está cerca de la boutique, por cierto nos invitaron a una boda, se casa mi amiga Ester, su prometido es un vizconde, vivirá en ...

Con todo lo que decía Susan a él se le olvidó que estaba enojado, solo siguió quitando los adornos de su cabeza, el asunto quedo así.

Con los días pasando ellos comparten comidas, fiestas y una noche cada semana donde él duerme en el sillón, ella cambió sus vestidos por unos más ligeros, la acompañaba al mercado, dónde ella compra sus adornos, poco a poco él se acostumbra a ella.

-Todo esto se ha gastado esa mujer, pero como gasta tanto dinero, no, esto no lo voy a pagar, llevárselo a tu señor, yo solo me encargo de los gastos de la casa, no de los de ella, ya ni yo me compro tantas cosas, ja ahora resulta, es más voy a la joyería me estoy viendo lenta, pero hoy no puedo iré mañana.

Susan tenía una fiesta de té en su casa, el tiempo pasa rápido y llevan más de seis meses casados, John ha notado el cambio en la casa, en la sala siempre hay flores, incluso en su oficina.

Cuando le llevan los gastos de su amante casi se desmaya, debe hablar con ella, comprado con lo de Susan es demasiado, tendrá que hablar con Susan de esto.

-Donde está mi esposa?

-Tiene visitas, están en el jardín.

Él va a ver qué tanto hacen, de lejos la ve que está muy alegre, sus amigas y otras damas disfrutan de la fiesta, hace mucho que no veía a muchas mujeres ahí, Susan en realidad si es muy sociable, él no ha logrado hacer amigos, ella es la que le da vida a esta casa.

Al acercarse más escucha que su conversación es sobre la próxima boda, la novia aprovecha para entregar las invitaciones.

-Vaya esta boda no puedo perdérmela, lo más seguro es que vendrán mis suegros.

-Susan estás bien, hay rumores que dicen que tú esposo sigue viendo a esa mujer.

-En serio, dejen que digan lo que quieran, no seré ni la primera ni la última, no se preocupe por mí.

-Esa mujer es mala, si él y está casado debió irse.

-Yo solo espero que ustedes encuentren a alguien que si las respete y las ame.

-Susan nos vas a hacer llorar, eso pocas parejas lo logran, con que sea joven nos conformamos.

-Como el duque Dunkan.

-Si como él, se rumora que la afortunada es del ducado Andrew, también el duque Bruno sigue soltero, dicen que sus ojos rojos son hermosos.

-Ana que cosas dices, esos hombres no nos voltearían a ver, sus esposas serán alguien de más estatus.

-El joven príncipe también es guapo, él ya tiene prometida, es nuestra Duquesa Aina, es muy bonita, será una excelente emperatriz.

Las mujeres reían y se la pasaban bien, solo las palabras de Susan le afectaron, él sabe que ella no lo ama, pero ella quiere a alguien que la ame, espera que ese momento llegue.

John se retira y en la noche va con Susan.

-Que pasa?

-Nada, estoy cansado, mis padres mandaron una carta, llegan la primera semana.

-Es por la boda de Ester? Se casa en dos meses.

-Si, también por qué mi padre ha hecho los trámites para darme el título.

-En serio, eso es bueno ** Un año más y seré libre**

-Si, mi madre quiere viajar, después de la boda, se irán en un barco, al otro continente.

-Y veo, por cierto sobre la boda, podemos ir a juego.

-Hee.

-Por favor, es porque tú madre me escribió y dice que espera que nos llevemos bien, si vamos a juego no sospechará.

-Bien, encarga la ropa.

-Gracias, también tenemos un baile en casa del barón Garza.

-Si lo había olvidado, está bien.

Ambos llevan sus agendas por separado, solo asisten a fiestas cuando es muy necesario.