La Protegida Del Alfa

**Capítulo 9: La Alianza de la Luna**

La luna llena aún brillaba intensamente sobre el claro donde se había librado la feroz batalla. Valeria, Jonathan y Alex se encontraban en un momento de triunfo, pero también de reflexión. La victoria sobre Mateus no solo había solidificado sus lazos como manada, sino que había cambiado la percepción de aquellos que los rodeaban.

“¿Puedes creerlo? Somos más fuertes de lo que pensábamos”, dijo Jonathan, mirando a su hermana con orgullo. “Nunca imaginé que podríamos enfrentarnos a Mateus y salir victoriosos”.

“Fue impresionante, Valeria”, agregó Alex, su voz llena de admiración. “Tu transformación fue poderosa. Nunca había visto a alguien canalizar su ira de esa manera y salir adelante”.

Valeria sintió una mezcla de orgullo y humildad. “No podría haberlo hecho sin ustedes. La fuerza que sentí al tenerlos a mi lado fue increíble. No solo luchamos juntos, sino que lo hicimos como una verdadera manada”.

Mientras hablaban, un grupo de lobos comenzó a acercarse, y Valeria sintió un escalofrío recorrer su espalda. Eran los miembros de la manada de Searon, liderados por un lobo de pelaje oscuro que se destacaba entre el resto: era Mateus, pero ahora con una actitud diferente.

“¿Qué quieren?” preguntó Jonathan, adoptando una postura protectora al lado de Valeria y Alex. “No hemos terminado aquí”.

Mateus se acercó lentamente, su mirada ya no era desafiante. “Vengo en son de paz”, dijo, su voz resonando con un tono más suave. “He estado reflexionando sobre lo ocurrido. Nunca pensé que una cría como tú, Valeria, podría ser tan formidable”.

“¿Qué quieres decir con eso?” preguntó Valeria, sintiendo desconfianza en su interior.

“Quiero decir que has demostrado ser digna de respeto”, respondió Mateus, su mirada fija en ella. “Y no solo eso. La forma en que luchaste por tu manada me hizo darme cuenta de que hay algo especial en ti. He decidido que mereces un lugar entre nosotros”.

“¿Qué estás sugiriendo?” preguntó Alex, frunciendo el ceño. “¿Quieres que Valeria se una a tu manada después de lo que pasó?”

“No”, dijo Mateus, levantando una pata en señal de paz. “Quiero que Valeria sea reconocida como una alfa lunar. Una piel de lobo de la Diosa de la Luna. Junto a tu manada, su fuerza puede ser un gran beneficio para todos nosotros”.

Valeria se sintió sorprendida ante la propuesta. “¿Estás hablando en serio? ¿Por qué querrías que me uniera a ustedes después de todo lo que ha pasado?”

“Porque he visto lo que eres capaz de hacer. Y porque, en este mundo, necesitamos más que solo rivalidades. Necesitamos unificación. La Diosa de la Luna nos ha otorgado a todos un papel que debemos cumplir, y creo que tú eres parte de eso”, respondió Mateus, con sinceridad en su voz.

Jonathan se volvió hacia Valeria, buscando su opinión. “¿Qué piensas? Esto podría ser una oportunidad para fortalecer nuestras alianzas y abrir nuevas posibilidades”.

Valeria sintió cómo su corazón latía con fuerza. “No estoy segura. ¿Podemos confiar en ellos? ¿Qué garantía tenemos de que no nos traicionarán?”

“Te prometo que no traicionaré tu confianza”, dijo Mateus, acercándose un poco más. “Reconozco tu fortaleza y quiero que sepas que, como alfa lunar, serás respetada. Juntos podríamos enfrentar a los verdaderos enemigos que amenazan nuestras tierras”.

“¿Y qué hay de tu manada? ¿Aceptarán esta decisión?” preguntó Alex, aún cauteloso.

“Hay quienes estarán en desacuerdo, pero tengo la autoridad para hacer esto. He visto que la unión de nuestras manadas podría ser la clave para la supervivencia en este mundo cambiante”, respondió Mateus, su mirada firme.

Valeria sintió la presión del momento. “Está bien, estoy dispuesta a intentarlo. Pero necesitaré que todos en tu manada me respeten y acepten mi liderazgo, tanto como lo hacen los de mi manada”.

“Eso es justo lo que esperaba escuchar”, dijo Mateus, sonriendo por primera vez. “Juntos, podemos crear una manada más fuerte. La Diosa de la Luna estará con nosotros”.

Jonathan, sintiendo la fuerza de la decisión, se volvió hacia su hermana. “Valeria, creo que esto es lo correcto. Nos hemos enfrentado a tanto, y la unión puede ser nuestra mayor fortaleza”.

“Si estamos de acuerdo, entonces acepto”, dijo Valeria, sintiendo cómo su corazón palpitaba con emoción. “Quiero ser parte de algo más grande”.

Mateus asintió, satisfecho. “Entonces, bienvenidos a la nueva alianza de nuestras manadas. Desde este día en adelante, los lazos que formemos estarán bajo la protección de la Diosa de la Luna”.

Los lobos de la manada de Searon comenzaron a aullar, uniendo sus voces en una celebración de la nueva unión. Valeria se unió a ellos, sintiendo cómo la energía de la luna la envolvía, dándole fuerza y poder.

“¡Por la alianza de la luna!” aulló, y sus compañeros se unieron a ella.

A medida que las celebraciones continuaban, Valeria sintió que su vínculo con Jonathan y Alex se fortalecía aún más. “Esto es solo el comienzo”, dijo Valeria, sonriendo a sus hermanos. “Juntos, haremos historia”.

“Sí, y no habrá nada que nos detenga”, respondió Jonathan, su mirada llena de determinación.

“Estamos en esto juntos, sin importar lo que venga”, agregó Alex, mirando a los dos con orgullo.

La noche avanzaba, y las estrellas brillaban sobre ellos, como testigos de la nueva alianza que se había forjado. Valeria, Jonathan y Alex estaban listos para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino, apoyados por una manada unida y por la bendición de la Diosa de la Luna.

Mientras el eco de los aullidos resonaba en el bosque, Valeria comprendió que su viaje apenas comenzaba. La lucha, las victorias y las uniones estaban destinadas a llevarlos a un futuro que nunca habrían imaginado. Con un profundo sentido de propósito, se unió a su nueva manada, lista para enfrentar lo que el destino les deparara.

“¡Por la Diosa de la Luna y por nuestras manadas!” aulló Valeria, y la respuesta fue un rugido unificado que resonó en el corazón del bosque.

La noche era joven, y la luna llena iluminaba el camino hacia un futuro lleno de posibilidades. Valeria sintió que estaba en el lugar correcto, rodeada de aquellos que la aceptaban y la respetaban. Juntos, eran más fuertes, y juntos enfrentarían cualquier desafío que se presentara en su camino.