PATRITHA

**Capítulo 22: El Corazón de la Cueva**

Patrick, Samantha y Ariana caminaron con cautela, adentrándose cada vez más en la oscura cueva. El silencio se había vuelto más denso, interrumpido solo por el eco de sus pasos sobre las frías rocas. A medida que avanzaban, la energía que emanaba de las profundidades de la cueva parecía aumentar, como si una presencia poderosa los vigilara desde lo más profundo.

El aire era cada vez más frío, y la oscuridad envolvía sus alrededores, excepto por un leve resplandor que comenzaba a vislumbrarse en la distancia. Ariana fue la primera en notarlo. "¿Qué es esa luz? No tiene sentido que haya algo brillante aquí abajo."

Samantha, siempre precavida, tensó su mano sobre la empuñadura de su daga, sus ojos demoníacos centelleando en la oscuridad. "Es muy extraño… pero lo descubriremos pronto."

Cuando finalmente llegaron al fondo de la cueva, lo que vieron los dejó sin palabras. Frente a ellos, un enorme espacio subterráneo se abría ante sus ojos, iluminado por una multitud de gemas y rocas brillantes que cubrían las paredes y el suelo. Las piedras irradiaban una luz suave y mágica, proyectando reflejos de colores por todo el lugar. Era como si hubieran entrado en un mundo completamente diferente.

"Esto… es increíble," murmuró Ariana, sus ojos abiertos de par en par. "Nunca había visto algo así."

Patrick se acercó a una de las paredes, tocando con cuidado una de las gemas brillantes. "Son naturales," dijo, fascinado. "Parece que este lugar esconde mucho más de lo que imaginamos."

Samantha, aunque también asombrada, no podía evitar sentir una cierta incomodidad. "Es hermoso, pero no puedo evitar pensar que esto está aquí por una razón. ¿Qué está protegiendo este lugar?"

Patrick asintió, compartiendo su preocupación. "Este tipo de energía no aparece por casualidad. Y si está relacionada con los ataques del dragón, hay algo más profundo aquí."

Ariana, aún sorprendida por el brillo de las gemas, se acercó al centro del lugar, donde una enorme roca, más grande que cualquiera de las otras, emitía una luz particularmente intensa. "¿Creen que esta roca tenga algo que ver con lo que estamos buscando?" preguntó, sus dedos acariciando suavemente su superficie.

Samantha dio un paso adelante, observando de cerca la roca. "Podría ser el núcleo de este lugar. Si hay alguna conexión con el dragón, es probable que esté aquí."

De repente, un leve temblor sacudió el suelo bajo sus pies, y el resplandor de las gemas pareció intensificarse por un instante, como si respondieran a su presencia. Patrick se puso en alerta, empuñando su espada. "¿Lo sienten? Algo se está moviendo."

Antes de que pudieran reaccionar, el aire en la cueva cambió drásticamente. El suave resplandor de las gemas comenzó a volverse más intenso, y un rugido profundo resonó en la distancia, como si algo gigantesco despertara desde las profundidades de la tierra.

"Eso… eso no puede ser bueno," susurró Ariana, retrocediendo lentamente.

Samantha, con los ojos llenos de determinación, desenvainó su daga, y la energía roja oscura que siempre la acompañaba comenzó a fluir por sus manos. "Prepárense. Algo está aquí, y no creo que le guste nuestra presencia."

Patrick asintió y se posicionó junto a Samantha. "Vamos a tener que enfrentar lo que sea que está protegiendo este lugar. No tenemos otra opción."

El resplandor de las gemas continuó intensificándose mientras el rugido se hacía más fuerte, y los tres sabían que lo que venía sería una prueba difícil. Algo en esa cueva era mucho más poderoso de lo que imaginaban, y no se irían de allí sin descubrir los secretos que escondía ese misterioso y brillante lugar.