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En Las Garras Del Destino

En Las Garras Del Destino

Status: En proceso
Genre:Diferencia de edad / Triángulo amoroso / Traiciones y engaños / Mafia
Popularitas:62.6k
Nilai: 4.5
nombre de autor: Daemin

Anastasia Volkova, una joven de 24 años de una distinguida familia de la alta sociedad rusa vive en un mundo de lujos y privilegios. Su vida da un giro inesperado cuando la mala gestión empresarial de su padre lleva a la familia a tener grandes pérdidas. Desesperado y sin escrúpulos, su padre hace un trato con Nikolái Ivanov, el implacable jefe de la mafia de Moscú, entregando a su hija como garantía para saldar sus deudas.
Nikolái Ivanov es un hombre serio, frío y orgulloso, cuya vida gira en torno al poder y el control. Su hermano menor, Dmitri Ivanov, es su contraparte: detallista, relajado y más accesible. Juntos, gobiernan el submundo criminal de la ciudad con mano de hierro. Atrapada en este oscuro mundo, Anastasia se enfrenta a una realidad que nunca había imaginado.
A medida que se adapta a su nueva vida en la mansión de los Ivanov, Anastasia debe navegar entre la crueldad de Nikolái y la inesperada bondad de Dmitri.

NovelToon tiene autorización de Daemin para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 5; Todo tiene dueño.

[POV' Nikolai]

Moscú dormía con los ojos entreabiertos.

Para los civiles, la ciudad terminaba con las luces del centro. Pero el verdadero movimiento ocurría después de medianoche, en los márgenes, en las esquinas sin nombre, donde las cámaras no miraban.

Ahí era donde yo existía.

Encendí un cigarro frente al ventanal. Afuera, todo parecía en calma. Adentro, la reunión estaba por comenzar.

—Tienen cinco minutos —dije sin apartar la vista del humo.

Alexei ya estaba revisando el perímetro. Fiel como siempre. No necesitaba instrucciones.

Escuché las puertas abrirse detrás de mí. El eco de pasos seguros. Dos. Tres personas.

No dije nada. No los recibía con abrazos. Ni con discursos.

Este no era un negocio de emociones.

Me giré solo cuando la sala estuvo completa. Todos se levantaron. Inclinaron apenas la cabeza. Sabían el protocolo.

En la mesa ovalada, cada asiento tenía nombre. Y rango.

Estaban los Líderes de cada división del negocio: Sergei, encargado de las rutas de armas hacia Georgia. Bogdan, responsable de los clubes y hoteles fachada. Y Kiril, que coordinaba las entregas farmacéuticas desde el centro médico Volchya. Todos ellos con sus manos limpias… y sus espaldas manchadas de lo que fuera necesario.

Tomé mi lugar en la cabecera.

—Hablen.

Bogdan fue el primero.

—Los envíos desde Turquía están fluyendo. El contacto en Izmir se mantiene firme, pero quieren aumentar la tarifa por seguridad.

—¿La mercancía llega limpia?

—Casi toda. Perdimos uno de los contenedores. Aduana interceptó, pero no han conectado con nosotros.

Lo anoté mentalmente. No necesitaba escándalos.

—Encárgate de hacerlos desaparecer —dije con frialdad.

—¿Los de la aduana?

—No. Los que hablaron de más.

Sergei intervino.

—La ruta sur está operativa, pero los hombres de Valery se están metiendo demasiado cerca del límite. Intentan probar hasta dónde pueden llegar.

Suspiré.

Siempre hay un imbécil que olvida quién manda.

—Mándales un recordatorio. Uno que no se olvide fácil.

—¿Con sangre?

—Con silencio.

Nadie habló.

Así funcionaba mi mundo.

No gritábamos. No amenazábamos. Solo marcábamos límites. Y los hacíamos cumplir.

—¿Y el centro médico?

Kiril aclaró la garganta.

—Todo bajo control. La nueva incorporación está funcionando. Inteligente. Discreta. Y obediente.

Me detuve un segundo.

—Eso no significa que puedan confiarse.

Kiril asintió.

—Lo sé.

No dije su nombre.

No hacía falta.

----

Después de la reunión, baje al nivel inferior de la mansión. Una zona restringida para casi todos. Solo mis hombres más cercanos sabían que ese sector existía. Entre ellos… estaba Alexei.

Al llegar al pasillo final, escuché el gruñido grave. Firme. Reconocible.

—Veo que te adelantaste —murmuré con una media sonrisa.

El Rottweiler salió de entre las sombras. Su paso era firme, pausado. No necesitaba correa. No necesitaba nada.

Se detuvo frente a mí.

—Titan —le dije con voz baja.

El perro levantó el mentón. Majestuoso. Leal.

Era más que una mascota. Era parte del código. De la historia. De mi vida.

Él y la pantera negra fueron entrenados desde jóvenes. Dmitri y yo los criamos como una extensión de nosotros mismos. Mientras nosotros aprendíamos a disparar, ellos aprendían a acechar. Mientras nosotros nos curtíamos en el poder, ellos lo olían, lo obedecían… y lo protegían.

Titan se quedó a mi lado mientras abría la puerta del patio trasero.

Ahí, entre la penumbra, descansaba ella.

La pantera.

Su andar era líquido, su mirada dorada.

—Nox —susurré.

Se levantó lentamente y caminó hacia nosotros con elegancia salvaje.

Dmitri la adoraba. Decía que era la única criatura capaz de entenderlo sin palabras.

Y probablemente tenía razón.

Ambos animales habían regresado a la mansión después de años. Antes estaban en otra propiedad, más apartada, más segura. Ahora… los necesitábamos cerca. No por protección.

Sino por lo que representaban.

Poder. Control. Instinto.

Todo lo que un Ivanov debía tener

Me senté en el sofá del salón privado. Titan se acostó a mis pies. Nox, como siempre, se perdió entre las sombras, pero nunca se alejaba del todo.

Tomé una copa de vodka, encendí otro cigarro, y dejé que el silencio me acompañara.

Ningún enemigo real golpea la puerta.

Siempre llegan por la espalda.

Y por eso, en este mundo, uno solo sigue vivo si nunca baja la guardia… ni siquiera cuando todo parece en calma.

...----------------...

No había nadie en el pasillo.

Y eso ya era raro.

La mansión Ivanov siempre tenía pasos en algún lado, murmullos, o el sonido de puertas cerrándose con precisión quirúrgica. Pero esa noche, solo tenía silencio.

Silencio y una incomodidad que no sabía de dónde venía.

Me puse un abrigo encima del camisón y salí. El jardín estaba en silencio. El tipo de silencio que no molesta, pero tampoco relaja. Caminé despacio, bordeando los setos, respirando un poco de aire que no viniera de techos altos y madera pulida.

Escuché algo.

Un ruido bajo, pero firme. Pasos.

Me detuve.

Y entonces lo vi.

Era un perro. Negro. Enorme. Me observaba desde la sombra, sin moverse. No ladraba, no retrocedía. Solo me miraba.

—Hola... —murmuré, sin acercarme—. No te había visto antes.

—Eso es porque Titan no sale si no quiere.

La voz venía detrás de mí. Me giré rápido.

Dmitri estaba apoyado en una columna, una copa en una mano y una sonrisa torcida en la cara. Sin chaqueta, con la camisa abierta hasta el pecho y la mirada fija en mí, como si llevara rato ahí.

—¿Titan? —pregunté.

—El Rottweiler. Es de Nikolái. Aunque prácticamente crecimos con él.

Bajó por los escalones, tranquilo, como si nada pudiera apurarlo.

—¿Siempre ha estado aquí?

—No. Lo trajimos hace unos días. Estaba en otra de nuestras casas. Más alejada.

Titan se acercó un poco a mí, sin mostrar los dientes ni gruñir.

—¿Puedo tocarlo?

—Si se te acerca, sí. Si no, mejor espera.

Me quedé quieta. El perro me olfateó la mano. No hizo nada más. Solo se sentó. Firme. Tranquilo. Como si me estuviera estudiando.

—Te aceptó. No está mal —comentó Dmitri.

Me encogí de hombros.

—Los animales no mienten.

Él sonrió.

—Eso mismo decía mi madre.

Lo miré, sorprendida. No esperaba que soltara algo tan personal.

—¿Y tú? ¿Tienes alguno?

—Sí —respondió, mirando hacia el fondo del jardín—. Pero no es un perro.

Lo vi antes de que lo nombrara.

Una figura negra. Ágil. Silenciosa. Caminando como si el mundo le perteneciera.

—¿Eso es…?

—Nox. Una pantera.

La bestia se detuvo cerca, sin hacer ruido. No se acercó. Solo se quedó observando. Sus ojos brillaban bajo la poca luz.

—¿Desde cuándo tienen… una pantera?

—Desde que éramos adolescentes. Fue un regalo de un contacto de papá. Solo se deja tocar por mí. Y a veces, por Nikolái.

—¿No es peligrosa?

—Lo somos todos.

Lo dijo como si hablara de la lluvia. Con calma. Como si fuera normal tener animales salvajes caminando libres en el jardín.

—¿Siempre han vivido así? —pregunté.

—¿Así cómo?

—Con tanta… calma entre cosas que podrían matarte.

Él se rió. Esta vez, sin burla.

—Uno se acostumbra. Y cuando no, aprende a fingir.

Nox se esfumó entre los árboles. Titan seguía a mi lado, inmóvil.

—¿Qué haces despierta? —preguntó Dmitri—. Esta parte de la casa no es para cualquiera.

—No podía dormir. No vine a buscar a nadie.

—Lo sé. Pero esta casa escucha todo. Y no le gusta que alguien camine sin permiso.

Lo dijo en serio. Y aunque no sonó como una amenaza… me puso tensa.

—¿Me vas a mandar de regreso?

—No. Me gusta cuando alguien rompe una regla sin saberlo. Es más honesto.

Se acercó un poco más. No lo suficiente como para incomodarme… pero lo justo para hacerse notar.

—¿Te estás adaptando?

—Depende del día.

—¿Y hoy?

—Hoy solo quiero estar tranquila.

Asintió, sin quitarme la vista.

—Eso es raro en esta casa. La tranquilidad dura poco.

Me crucé de brazos, sin responder.

Dmitri se quedó un segundo más en silencio. Luego se giró hacia Titan.

—Vamos.

El perro se levantó de inmediato. Nox apareció entre los árboles como si hubiera entendido también.

Antes de irse, Dmitri me lanzó una última mirada.

—Si Titan te aceptó, no lo eches a perder. Hay humanos que no han llegado tan lejos.

Y desapareció en la oscuridad.

"¿Quieres saber qué se siente pertenecer al diablo? Ella lo está descubriendo noche tras noche."

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Graciela Merino
no puede serŕr tanto tiempo leyendo y no lo termina así no vale ..ponte las pilas escritora
Vanessa GC
me encanta su redacción, su manejo entre suspenso y acción, como hace contrastes entre las emociones, felicitaciones por darnos a quienes te leemos una satisfacción en la espera de cada capítulo
zora72009@hotmail.com
500tas estrellas!!!
zora72009@hotmail.com
tengo los nervios de punta
Mariana Muñoz
pucha escritora quedé con las ganas de seguir leyendo la novela
Adalgisa Mendoza de leon
𝑘𝑜𝑙𝑦𝑎 𝑛𝑜 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑎𝑠 𝑙𝑎 𝑓𝑒, 𝑡𝑢 𝑎𝑛𝑎𝑠𝑡𝑎𝑠𝑖𝑎 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟á 𝑐𝑜𝑛 𝑚𝑎𝑠 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑧𝑎 𝑦 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑡𝑒 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎𝑟𝑎 𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑖𝑟 𝑎 𝑒𝑠𝑒 𝑏𝑎𝑠𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 maranta
Nora Cuevas
excelente 👌🏼 novela, sube más capítulos x fa
Dolo Pavon
claro que lo he disfrutado Mucho!!!🥰🥰
Dolo Pavon
pobre kolya /Frown/ con lo que se ha encontrado después de seis meses /Grievance/
Dolo Pavon
porfi daemin, pronto juntos y sin amnesia /Pray/ aunque Ana no le hable y que le haga de rogar jajajajaja
Adalgisa Mendoza de leon
𝑡𝑒𝑛𝑔𝑜 𝑚𝑖𝑒𝑑𝑜𝑜𝑜𝑜𝑜𝑜 autoraaaaaaa/Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Skull//Skull//Skull//Skull//Whimper//Whimper//Whimper//Whimper//Whimper/
Adalgisa Mendoza de leon: 𝑠𝑖 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑏𝑒𝑠𝑜𝑜𝑜 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑎𝑚𝑎𝑟𝑔𝑎𝑑𝑜 𝑘𝑜𝑙𝑦𝑎 𝑦 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑝𝑒𝑟𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎 🥰🥰🥰🥰🔥🔥🔥🔥
total 2 replies
Adalgisa Mendoza de leon
𝑚𝑒 𝑑𝑢𝑒𝑙𝑒 𝑒𝑙 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧ó𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑛𝑖𝑘𝑜𝑙𝑎𝑖,𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑎𝑛𝑎𝑠𝑡𝑎𝑠𝑖𝑎 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑝𝑒𝑟𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑦 𝑛𝑜 𝑠𝑒𝑎 𝑢𝑛 𝑎𝑟𝑚𝑎 𝑒𝑛 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠 /Smug//Smug//Smug//Smug//Grimace//Grimace//Grimace/
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
ahora es que se viene lo bueno.. 😎😎😱😱😵‍💫😵‍💫
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
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😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
hasta que por fin te fueron a rescatar Anastasia.!!!!! lastima que no reconoces a tu kolya 🥺🥺🥺
Beatriz Salazar
dinero bendito dinero y maldito también 🤔🤔🤔
Dolo Pavon
gracias autora por tu tiempo y por deleitarnos con tan fantástica obra que podría ser el guión de una gran película en la pantalla grande. Deseando la actualización /Pray/ mil gracias 🥰🥰
Esther Grace: tus palabras me animan a continuar 🥰🥹 gracias hermosa
total 1 replies
Dolo Pavon
ooohhh que maldad la de maranta, ya quiero que recuerde Ana
Dolo Pavon
que no le dure la amnesia mucho tiempo /Pray//Brokenheart/
Dolo Pavon
hayyyy sigo sin poder parpadear 🤣🤣🤣 que emocionante 😝
Esther Grace: 🤣🤣me alegro que te esté gustando. aunque ando atrasada con la actualización 🥹
total 1 replies
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