BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE

Keira estaba frente al ventanal que daba a los jardines de la mansión que mostraban más allá de los límites de la casa. Cuando vio todo eso la primera vez, pensó que cuando la vieran sus padres, sentirán una gran pena por saber todo lo que había sufrido en su vida anterior a la llegada a esta mansión.

Que sería feliz a su lado por el resto de su vida, al lado de su familia, que se preocupaban por ella, que le darían amor y tranquilidad, que ya no tendría que preocuparse por estar sola en el mundo, por luchar cada día.

Pero solo fue un sueño, que ella mantuvo en su corazón tierno e ingenuo. Ahora que ha regresado y ve el mismo camino que había recorrido ya por segunda vez, sus ojos ya no están llenos de esperanza, sino de odio que puede destrozar a cualquiera de los que le hicieron daño en su vida pasada. No sabe aún por qué los engranajes del destino le han otorgado el favor de regresar a este tiempo.

Pero de lo que sí está segura es de que no va a jugar con ninguna de las oportunidades que se presenten, para poder lograr su objetivo. No importa el tiempo que tarde en conseguir su cometido; solo vivirá para lograr su venganza.

En esta vida hará lo que no pudo lograr en la otra: además de que ya no va a mendigar el amor de nadie, vivió con la esperanza de que la amaran, y eso nunca sucedió.

Lo único que sucedió fue que recibió humillación tras humillación.

—”Yo, Keira Perry, lograré mi venganza" —apretaba los puños mientras sus bellos ojos se llenaban de lágrimas, lágrimas de odio, impotencia y dolor.

Se vio en el espejo de cuerpo entero que se encontraba en el enorme vestidor. Vio la imagen de esa chica, que vestía un pantalón deslavado rasgado de tanto uso, al igual que su camisa vieja, y unos zapatos tenis con algunos agujeros, pero su ropa siempre está limpia, aún cuando fuera vieja.

Vio su cuerpo y se prometió que en esta vida no dejaría que lo profanara ningún hombre asqueroso. Como lo habían hecho esos bastados en el pasado, tenía que entrenar más para poder defenderse mejor.

Además de que estaba segura de que si no había cambiado la forma en que la habían recibido, no cambiarán las cosas que pasaron en aquel entonces, así que estaría preparada para el tiempo en que sabía qué sucederán ahora.

Además de estar preparada para cualquier contratiempo, que pueda cambiar en el tiempo.

Keira estaba pensando en sus cosas cuando tocaron a su puerta.

—”Señorita Keira, debería de bajar a cenar, ya todos están en el comedor”. Era Mary, que la llamaba para cenar.

—"Gracias, Mary, ahora bajo”. Sería divertido bajar para ver las caras de todos ahora que están molestas esas dos hijas y la madre.

Keira se dirigió al comedor, en la planta baja, para tomar la cena en compañía de su 'familia', pensando en la forma de divertirse para amargarles el momento si fuera posible.

—”Por fin la señorita se digna a hacernos el favor de acompañarnos a la mesa" —dijo de muy mala gana Grace Cox.

—”Para eso me llamaron, para insultarme, porque si es así, mejor me voy a mi recámara y ceno ahí, así no molesto a nadie con mi presencia" —respondió con firmeza Keira.

—”Grace, no puedes comportarte como una madre, ella es tu hija”. La reprendió Luke, no porque le importara Keira, sino porque pensaba que era un activo en la familia.

—”Hermanita, no te molestes, solo es un comentario simple de mami, siéntate y come, ¿quieres?”— Está melosa de Camy; era realmente insoportable. En el pasado siempre pensó Keira que era dulce, noble de corazón y muy amable; hasta el día de su muerte vio al desnudo su verdadero yo.

—”Si coman todos, se ve deliciosa esta comida”. Keira quería gritarles que se fueran al infierno, pero tenía que contenerse.

—”Keira, no sé cómo fue tu educación en los barrios donde te criaste, pero a partir de mañana te inscribirás en el mismo colegio al que asiste Camy, así que Mary se encara de tu inscripción y el papeleo, de los libros y el uniforme" —informó Luke Cox.

Este fue un golpe para la dignidad de Camy, nunca en sus más horribles pesadillas había imaginado que enviaran a la chica arrabalera al mismo prestigiado colegio que a ella, qué pensarían sus amigas de eso, incluso su novio, que pertenecía a una de las mejores familias de la ciudad, esto era inaudito. Primero le arrebató su habitación de diseño exclusivo, ahora asistió a su mismo colegio, donde solo iban niños de elite, ¿qué seguirá?

Keira, por su parte, estaba pensando en el cambio y giro en los acontecimientos. En su vida pasada en este tiempo ella era la sirvienta; no la enviaron al mismo colegio sino hasta pasado el tiempo, y eso porque querían comenzar a venderla. ¿Será que este padre basura quiere venderla lo antes posible?Bueno, que así sea, ella ya está preparada para eso; si quiere comenzar el juego, que vengan los jugadores a la pista.

—”Está bien, mañana me prepararé para asistir al colegio; hablaré con Mary, para que arregle todo" —Keira respondió sin levantar la cabeza de su plato.

—”Espero que seamos compañeras de clases, así podré ayudarte en todo, hermanita" —dijo Camy.

—”Y una mierda que quieres ayudarme, estoy segura de que estás ya planeando cómo molestarme" —pensó Keira mientras le mostraba una sonrisa sardónica a Camy. Seguro que será muy divertido el día de mañana.

—”Seguro que sería muy divertido estar en el mismo salón de clase; será una locura, compartir las tareas y los libros, cuadernos, lápices, amigas, todo eso que comparten las hermanas, verdad, Camy”. Keira sabía muy bien que Camy odia más que nadie que le tocarán su cosa, sobre todo que charlan con sus amigas; de hecho, nunca le perdonaría que por culpa de un rumor infundado en la escuela le hayan dañado la cara en el pasado, pero en esta vida lo pagaría muy cara esta mujer tonta.

Camy apretó los dientes hasta casi romperlos cuando escuchó todo lo que estaba diciendo Keira. Nunca pensó que respondería de esa manera, pero si piensa que podrá arrebatarle más cosas, está equivocada; tendrá que esperar a pagarlo con sangres.