"Ser una cobarde en el amor, ¿te puede costar tu propio corazón? Freya seguirá huyendo de sí misma."
Tendrá que decidir entre el amor o la pasión
Descubre lo que sucederá 🤓
Esta historia es solo amor entre chicas
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Capítulo 7: flores sabor fresa
Mi cuerpo se estremeció por los besos en mi cuello. Esas dos mujeres competían por mi atención. Las dos me seducían con sus ojos; en ellos, me podía perder fácilmente. Mis manos se deslizaban por los muslos de cada una, haciéndolas estremecerse.
A pesar de que Charlotte la consideraba como mi hermana, en los principios de la universidad pasábamos el rato constantemente. Nos limitamos a nuestro amoríos para no arruinar nuestra amistad. En cambio, ahora, por alguna extraña razón, se volvió posesiva conmigo.
Delice sus pijamas de las dos, dando a reducir sus hermosas pieles. Las dos eran tan suaves al tacto y blancas como la nieve, tan distintas, sin embargo, igual de hermosas. Ella procedieron a desabrochar mi pijama, besando todo mi cuerpo, mordiendo mis hombros hasta mi espalda. Mis sentidos se agudizaban con cada beso que me daban.
Mis labios se cruzaron con los pezones de Min-ju, que chupé como si fuera una paleta de sabor a fresa. Su perfume a cítricos era tan adictivo. Me tomó unos segundos hasta que Charlotte jaló de mí para poner mi cara en su escote. Su olor a rosas era igual de delicioso. Mi boca absorbió cada uno de sus pezones.
Estas dos me jalaban de mí cada segundo, por lo cual les propuse:
—Mientras yo hago algo, ustedes acaricien entre sí.
Lo dije en voz firme, era una forma en que ellas se conocieran mejor, eso pensó mi mente que era una solución.
Puede ser que el alcohol las había dejado tan aturdidas que no se negaron. Se besaron entre ellas de manera tan apasionante, sus caricias eran cada vez notable que entraban en calor.
Me deslicé besando el cuerpo de Charlotte, una mujer con unas caderas que me dejaban ciega. Sus muslos tan gruesos gritaban que los besara. Besé cada parte de ello hasta llegar a su entrepiernas, que se sentía tan húmeda que al tacto de mi lengua se estremecía entre gemidos constantes. No le tomó muchos minutos en venir. Eran tan dulces. Su cuerpo me llamaba. Mis dedos se deslizaron hacia dentro. Mis dedos se mojaron a la primera. Sentía la calidez adentro. Ella no pudo resistir a gritar de placer, se mordía los labios.
-mas rapido faye - su voz agitaba me susurraba
Su voz dulce me en volvía entre los deseos, recordando los viejos tiempo en que la pasábamos juntas, después de nuestra separación no la había visto con nadie mas, su cuerpo decía la verdad no había vuelto estar con alguien más.
Eso hacía que mi cuerpo le quisiera mostrar lo que se sentía en esos viejos tiempos, mis dedos se movieron en una manera que ella disfrutará, haciendo ruido de lo mojada que se encontrar, puede sentir como mis dedos se humedecian, ella se estaba viendo consta mente.
—Sigo yo, por favor, fraye —la voz de Min-ju me llamaba en mi oído.
Eso me hacía despertar aun mas mis deseos. Mis dedos se deslizaron a su parte íntima, haciéndola sentir entre mis dedos. Nuestros cuerpos sudorosos se tocaron por un tiempo hasta que caímos rendidas hasta nuestro impulso. Nuestro cansancio hizo que durmiéramos plácidamente.
Lo último que vi antes de dormir fueron a estas mujeres, una al lado de la otra. El reloj marcaba las 3 am. Esa noche me dejé llevar. ¿Qué sucedería cuando estas dos se encontraran con esta escena a la mañana siguiente?