Dulce Venganza

Daniel subió a su auto y se encaminó hacia el departamento de Michel. Habían pasado 45 minutos, cuando llegó al departamento de Michel. Estacionó y bajo del auto, entro al edificio donde tomo el ascensor hasta el quinto piso. Camino hasta la puerta de Michel y al tocar el timbre, ella le abrió vistiendo un sensual camisón y salto en a sus brazos dándole un beso apasionado. Ese beso terminó en el sofá de la sala del lujoso departamento.

- Creo que últimamente no tienes tiempo para mí. - le dijo Michel haciendo puchero.

- Amor, sabes que trabajo, Pero vine enseguida que llamaste.

- Está bien, Pero está noche serás solo para mí.

Al terminar de decir eso, se le fue encima con otro beso apasionado, y entre caricias y besos disfrutaron de su lujuria.

El sol se alzaba en el horizonte, anunciando un nuevo día lleno de promesas y desafíos. Luna se encontraba frente al espejo, ajustando los últimos detalles de su atuendo. Llevaba una blusa blanca impecable y una falda lápiz negra que resaltaba su esbelta figura . Sus ojos reflejaban una mezcla de nerviosismo y emoción.

Con una última mirada al espejo, tomó su bolso y salió de la casa. Tomo un taxis y al llegar al edificio del Grupo EF, casualmente también llegaba Eloísa. La vio y la saludo con un cálido abrazo.

- Bienvenida mi querida niña. Vas a estar genial, Luna. Confío en ti - dijo la señora Eloísa.

- Gracias, Eloísa. Significa mucho para mí tener tu apoyo - respondió Luna, abrazándola con cariño.

Caminaron juntas hasta la oficina de la Señora Eloísa, en ese trayecto Luna aprovecho para cada segundo para respirar profundamente y calmar sus nervios.

Bajaron del ascensor y se dirigieron al escritorio de la secretaria de la Señora Eloísa.

- Buenos días, Ana - salido Eloísa a la joven secretaria. - Ella es Luna, empieza hoy como ayudante de diseñador.

- Buenos días Señora Eloísa, buenos días señorita Luna. - saludo cordialmente Ana - Es un placer conocerla, déjeme acompañarla a la oficina del Señor Gómez, el jefe de departamento de diseño.

- Muchas gracias Ana, siempre tan servicial y competente - le dijo Eloísa a Ana y luego se volteo hacia Luna - Ve con Ana. Te deseo mucho éxito.

Las dos se sonrieron, y luego Luna siguió a Ana por un pasillo amplio y luminoso. Hasta que llegaron hasta una puerta de cristal con el letrero "Departamento de Diseño". Al entrar, se encontró un espacio lleno de luz natural, con mesas de trabajo. Varias personas estaban concentradas en sus tareas, Pero al verla, algunos levantaron la vista y sonrieron.

- Buenos días a todos. Ella es Luna, nuestra nueva ayudante de diseñador - anuncio Ana.

Un hombre alto y de aspecto amable se acercó a ellas. Su cabello oscuro, ojos verdes, de tes blanca. Le dió una cálida sonrisa.

- Hola, Luna. Soy Javier Gómez, el jefe del departamento. Es un placer tenerte con nosotros - dijo Javier, estrechandole la mano.

- El placer es mío, señor Gómez. Estoy muy agradecida por esta oportunidad - respondió Luna, intentando mantener la calma.

- Llámame Javier, por favor. Vamos te mostraré tu espacio de trabajo y te presentaré al equipo - dijo Javier, guiandola hacia una mesa cercana.

Luna se instaló en su escritorio, un espacio acogedor y bien equipado. Mientras organizaba sus cosas, Javier le presento a sus compañeros: Marta, Laura y Esteban, los 3 diseñadores talentosos.

- Nos estamos preparando para una pasarela muy importante dentro de 3 meses, y tú ayuda será muy valiosa - dijo Javier, entregándole una carpeta con información sobre la pasarela - Marta te pondra al dia con los detalles.

Marta, una mujer de sonrisa cálida y energía contagiosa, se sentó junto a Luna y comenzó a explicarle en qué estaban trabajando.

A medida que el día avanzaba, Luna se sumergió en su trabajo, absorbiendo cada detalle y aportando sus propias ideas. Sus compañeros la recibieron con amabilidad y la hicieron sentir parte del equipo desde el primer momento. Javier se acercaba de vez en cuando para asegurarse de que todo iba bien, ofreciéndole consejos y sugerencias.

Al final del día, Luna se sintió agotada Pero satisfecha. Había superado sus nervios iniciales y se había lanzado de lleno a su nueva tarea. Mientras recogía sus cosas, Javier se acercó.

- Hiciste un excelente trabajo hoy, Luna. Estoy seguro que serás una gran adición al equipo - dijo con una sonrisa aprobadora.

- Gracias Javier. Estoy emocionada por lo que viene - respondió Luna, sintiendo una ola de confianza.

Al salir de la oficina, el sol ya comenzaba a ponerse, tiendo el cielo de colores cálidos. Luna iba camino hacia su casa con una sonrisa en el rostro, sintiendo que había dado un gran paso hacia el futuro. Estaba lista para enfrentar cualquier desafío y demostrar su talento.