Mariana se casó hace un año. Todo era maravilloso en su vida hasta hace un mes, donde todo cambió y no sabe el porque.
Justo cuando pensó que podrían superar lo malo, lo encuentra engañandola. Ahora sí, con el corazón lastimado, tendrá que salir a delante sin ese hombre por el que dejo todo atrás. Tendrá que saber afrontar lo que le deparará el destino para ella y para su pequeño.
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22
Capítulo 22
Cinco años después...
En el aeropuerto internacional de Los Ángeles, hace tan solo unos veinte minutos, bajo de uno de los vuelos provenientes de Italia, una mujer acompañada de un niño de tan solo cinco años de edad y una señora quien hasta el día de hoy era la encargada de cuidar al pequeño cuando su madre estaba en el trabajo.
Esta mujer obviamente era Mariana Chávez, quien venía acompañada de su querido hijo Luciano Chávez y su fiel ayudante y niñera de su intrépido hijo, Rosa.
Para Mariana volver a su país no era tarea sencilla, había atrasado mucho su regreso. Pero algo le decía que ya era momento. Si bien a su exesposo, Dante Salvatierra, hace mucho que lo había dejado de amar, todavía recordaba la manera tan horrible en que la trato a ella y a su hijo, quien todavía no había nacido. Incluso este, se atrevió a firmar un documento donde negaba su propia paternidad.
En estos años, el pobre de Luciano había sufrido mucho, por no tener un papá a su lado. Sus compañeros en el jardín de infantes llegaron a burlarse de él por solo tener una mamá. Por supuesto que él no se dejó, se defendió muy bien de esos pequeños patanes; sin embargo, la directora de ese jardín le echaba la culpa a él, diciendo que Luciano había empezado la pelea.
Cuando llego Mariana, escucho todo lo que la directora decía sobre su hijo sin decir nada, luego escucho a los padres de los otros niños decir cosas hirientes de Luciano, como que su hijo era un salvaje. Conteniendo toda su furia, se agachó y miro a su hijo a los ojos, para luego poder decirle.
-Hijo, sabes que con mamá al lado tuyo, no tienes que tener miedo. Dime, ¿qué fue lo que en verdad paso?
Allí mismo, delante de todos esos adultos quienes hablaban mal de él y sus malos compañeros, él se quebró y lloro en brazos de su madre. Luego, cuando pudo formar palabra, le contó que fue lo que había pasado.
Mariana se levantó del suelo después de escucharlo y mirando a todos a la cara les dijo.
-Me avergüenza saber que mande a mi hijo a esta clase de colegio, con niños mal educados, que tienen padres tan perversos como para insultar a un pobre niño de solo cuatro años. Un lugar, donde su directora es una persona tan poco profesional, que prefiere, estar del lado de familias convencionales y apoyarlos en una situación como esta. Es tanto mi desagrado a esta institución y a la gente que forma parte de ella, que desde este momento, mi hijo ya no formara más parte de aquí.
La directora, solo sonrió y le dijo.
-Tan poco es que necesitemos tanto, de su simple cuota señora.
Mariana, ya completamente enojada, por la desfachatez de esa señora, le dio el tiro de gracia.
-Espero que piense lo mismo el dueño de este lugar, cuando le diga hoy mismo que voy a retirar mis donaciones a la institución. Que por si no lo sabía, soy la persona que este año, puso la mitad del dinero.
Esta revelación dejó nerviosa a la directora y sabía que si eso era cierto estaría en serios problemas, por lo que quiso disculparse con Mariana; sin embargo, a ella poco le importaban las palabras de esa señora. Solo tomo la mano de su hijo y salió de allí.
Al otro día empezó a buscar un buen colegio para Luciano, en donde estuvo sin problemas hasta que ella decidió volver a su país.
Si bien Luciano solo había preguntado una vez por su padre biológico, luego de ver a su mamá en estado de shock después de esa pregunta, le dijo que no era importante, que solo tenía curiosidad de porque él no tenía un papá como sus compañeros de clases.
Mariana, con unas lágrimas bajando por sus ojos, le dijo que el sí tenía un padre, pero que su padre, no había sido muy bueno con ella y ellos se habían separado, pero le dijo que si en un futuro él quería conocer a su padre, ella se lo permitiría solo que ahora no.
Después de esa conversación, Mariana se fue a su habitación y lloro en su cama. Esa vista desgarradora fue la que tuvo su hijo, cuando fue a verla. Al encontrarla así se hizo su propio juramento de nunca volver a mencionar a su padre biológico, no quería ver a su mamá así otra vez.
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Volviendo a la escena del aeropuerto, una vez que consiguieron todas las maletas de la cinta de equipaje, iban a ir saliendo, pero de pronto Luciano tuvo unas enormes ganas de ir al baño, por lo que paro su andar. Mariana, al darse cuenta de eso, también se detiene y lo mira.
-¿Qué sucede hijo?
-Mami, tengo que ir al baño.
Dijo, Luciano, muy apenado con la situación en la que se encontraba.
Mariana vio hacia todos lados buscando el cartel que indicaba el lugar de los sanitarios. En cuanto logro verlo guio a su hijo y a Rosa hacia ese lugar. Cuando llegaron se disponía a dejar a Rosa afuera y acompañar a su hijo adentro, pero él la detuvo de inmediato al ver sus intenciones.
-Mami, soy un niño grande. Puedo ir yo solo al baño, no necesito de tu ayuda.
Mariana, lo miro un poco dudosa antes de preguntar.
-¿Estás seguro?
-Sí, mamá.
-Esta bien, mi niño grande. Ve tú solo entonces.
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