Esta parte de la historia se centra en la infancia de Nicky/Ferd, identidades de la nueva vida decapitan Victores en este nuevo mundo y los problemas ocasionados por su accidentado arribo.
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Reinjectself
Con su atención nuevamente sobre el paciente, Dorammi se acercó a este a fin de revisarlo y verificar su estado. Aunque el chico estaba ya fuera de peligro, la anciana Zanna sintió curiosidad por los métodos de aquella chica capaz de diferenciar el género de alguien solo por su olor.
— ¡Hola, pequeño! ¡Yo soy la doctora Dorammi, pero mis amigos me llaman Dommi! ¿Me regalarías algo de tu tiempo?
A pesar de la dulce y amable presentación por parte de Dorammi, el chico no reacciono. Su mirada vacía se mantenía sobre las llamas de la hoguera en medio de la estufa, sin reaccionar a ningún estímulo externo.
— Parece que está en shock. ¿Hablo el antes? ¿Saben su nombre o de dónde viene?
La anciana solo negó con la cabeza mientras pensaba— Creo que había algo… Seren estaba hablándole todo el tiempo así que no recuerdo con claridad, pero el chico parecía responder al estímulo de ciertas palabras.
— ¿Y que le decía con exactitud?
— No sé, puras majaderías… le hablaba con cariño, como si fuera su hermana mayor.
—hmmm
Dorammi pudo comprender algo de aquella conversación. Un niño que apenas si tenía diez años, había sido utilizado como blanco para los ataques de al menos 3 adultos diferentes, si tenía en cuenta los tipos de heridas presentes en su rostro. Entre la nobleza no era algo tan descabellado que llegase a suceder, era más frecuente de lo que ella quisiera admitir, pero eso no quitaba el hecho de que solo fuera un niño.
Tal vez aquella niña había logrado reconfortar un poco al infante para facilitar su examinación y tratamiento, pero ya que era solo una mocosa eso era todo lo que había logrado. Dorami estaba segura que como una adulta podía brindarle algo mejor, ella le podía proporcionar seguridad.
Tomando al chico entre sus brazos, se sentó en el lugar en que él se encontraba y en cambio lo sentó a él en sus piernas.
— Todo va a estar bien, pequeño. Ahora que nos hemos encontrado, esta hermana mayor no permitirá que nadie te haga daño.
— ¿hermana mayor?
El chico finalmente le dejo oír su voz, al parecer esas dos palabras en particular lograban tomar su atención.
— Si, yo soy la hermana mayor Dorammi. Dime Dommi si así prefieres. Y tu ¿Cuál es tu nombre? —La calidez de la sonrisa por parte de Dorammi, logro que la perdida y apagada mirada del niño recuperase algo de brillo.
— yo… Nic… No, yo no soy… Arman…. Tampoco era eso.
Viendo como el chico sufría intentando recordar su nombre, Dorammi intuyo que estaba sufriendo amnesia, eso probablemente a causa del trauma, ella volvió a abrazarlo para tranquilizarlo y luego lo llevo sobre la mesa para proceder a examinarlo.
— Si no recuerdas tu nombre, trata de no pensarlo mucho, ya lo recordaras después. Por ahora, ¿Hay algo que si puedas recordar? Cualquier cosa que se te ocurra.
— Habían unos sujetos malos… ellos querían mis tripas… También estaba el señor espíritu… el señor espíritu me protegió y ellos lo hirieron… el señor espíritu… ¿Dónde? ¿Dónde está? ¿Dónde está el señor espíritu? ¡Regrésenmelo!
El pequeño poco a poco perdió la calma y también el raciocinio, al punto que Dorammi se vio forzada a sedarlo para mantenerlo bajo control y que sus heridas no volvieran a abrirse. En ese punto ella sintió que probablemente también necesitaría un sedante, la información que había soltado el niño era amarga y difícil de procesar.
— ¿Ellos querían sus tripas? ¿Acaso estaba hablando de tráfico de órganos?
Los demás en la habitación no se atrevieron siquiera a comentar el asunto. Ese era un tema tabú, no tanto por la clase de crímenes que implicaba, sino por quienes lo cometían. Para hacer algo tan complejo como el trasplante de un órgano se requería tener un gran dominio tanto en la medicina como en la magia. Una persona con talento en tan específicos campos, solo podría ser alguien de la alta nobleza. Apuntar a alguien así y tratar de implicarlo en un crimen como ese, solo supondría problemas para la parte con menor poder socio político.
Ya que no lograba nada con pensar en ello, Dorammi decidió dar vuelta a la página y pasar a lo otro que la estaba intrigando. Cuando el chico balbuceaba tratando de recordar su nombre, algo de lo que dijo le había sonado muy familiar, pero eso debía ser imposible. Aun así era incapaz de sacarlo de su mente y recostó al niño en la mesa para comenzar a revisar su cuerpo de punta a punta.
La joven médico reviso una y otra y otra vez, y cuando parecía que estaba por terminar volvía a comenzar sin poder hallar sentido alguno a las interrogantes en su cabeza. Tan concentrada estaba en ello que ni noto cuando Rolp se despedía, pues debía regresar a atender la clínica mientras su maestra no estaba y l anciano igual se marchaba a su trabajo en los campos. Fue la anciana doctora quien la trajo de vuelta a la realidad al poner una taza tibia contra su mejilla. La tasa contenía una infusión de hierbas que la vieja acababa de preparar.
— No soy quien para decirte algo sobre tu obsesión con un cuerpo ajeno, pero al menos procura cuidar bien tu propio cuerpo.
— AH… Si, disculpe mi imprudencia doctora Zanna.
La amabilidad de aquella chica ponía a la anciana completamente nerviosa. En el pasado ya había tenido algunos altercados con su madre, la doctora Lu, y aunque sus rostros eran muy idénticos, la personalidad de la chica era más fácil de manejar. Pero como médicos eso no era algo bueno.
— Entonces… ¿Has logrado averiguar algo? Para comenzar ¿Qué rayos se supone que estás buscando?
— hmmm…. —Ya que disfrutaba de la bebida que acababa de recibir, Dormami se tomó un buen momento antes de responder, notando mientras tanto la intensa mirada de aquella chica, Seren, que la contemplaba en silencio desde una esquina. Esa no era una mirada de alguien molesto porque su paciente había sido tomado por otra persona, era una mirada que pretendía robar cuanto conocimiento fuera posible de lo que estaba observando— Bueno, hay algo que me preocupa bastante… pero antes, Seren ¿Cierto?
L achica respondió respetuosamente a la invitación de su superior acercándose a la mesa.
— Así es, señorita. Soy Seren y soy la aprendiz de mi abuela.
— Ya veo, debo decir que hiciste un gran trabajo atendiendo las heridas de este chico, tienes un gran futuro por delante como médico.
— no… Eso no es así. A decir verdad era mi primera vez teniendo a mi propio paciente y cometí muchos errores. Yo misma me di cuenta de ello. Pero por algún motivo el cuerpo de ese chico era capaz de recibir y resistir cada uno de mis errores.
— ¿Es eso así?
La joven médico se quedó pensativa un largo rato con las palabras de la niña, comenzando a juguetear con un bisturí que tomo de su bolsillo, poniendo nerviosas a las otras dos damas presentes.
— ¡Oye, quieres compartirnos de una vez lo que tienes en mente! —Refunfuño la anciana temiendo que la joven tuviera ideas raras con ese bisturí y el cuerpo del pequeño.
— ¡Ah! ¡Bueno! ¿Cómo decirlo? No, sería más rápido si lo ven ustedes mismas. —Sus delicadas manos acariciaron el cuello del pequeño para retirar el largo cabello que lo cubría y con la suave luz que ahora entraba por la ventana, se pudo observar algunas marcas opacas sobre la piel del niño— Esto, si no estoy mal, es alguna especie de sello, no se ve bien porque fue usada magia para que el color coincidiera con su tono de piel, pero la sobreexposición mágica lo volvió visible. La cosa es… creo que algo está sellado en el cuerpo de este chico, algo que de algún modo puede afectar su cuerpo, podría ser… bueno eso ultimo solo es especulación mía. Pero el sello ha sido un poco dañado por sus heridas, entonces me preguntaba ¿Qué pasaría si daño un poco más el sello? Solo un ligero corte debería bastar.
Definitivamente esas eran unas ideas algo peligrosas— ¡No puedes! —La regaño Seren al ponerse en medio de los dos, pretendiendo usar su propio cuerpo como escudo.
Por su parte, la anciana parecía tener algo de interés en las ideas de Dorammi, pero ella era mejor ocultando su curiosidad. Tan solo se acercó para que sus viejos ojos pudieran contemplar mejor lo señalado por la médico más joven logrando reconocer aquellas marcas.
— ¡Reinjectself! —Exclamo con asombro la vieja.
— ¿Qué?
— ¿Descubriste algo? ¿Qué piensas? ¿Crees que debería?
— Mocosa, este sello no es para contener nada en el cuerpo del chico, en realidad se usa para proteger su mente… Mierda, esto va a ser muy problemático. Su reacción de antes y su falta de recuerdos deben significar que la corrosión fue muy profunda. Si lo dejamos mucho tiempo así, el daño será simplemente irreparable.
— ¡Oye, espera un momento, doctora Zanna! ¿Puede explicarnos un poco de que está hablando? ¿Qué es eso de Reinjectself?
La anciana Zanna se reservó su respuesta mientras buscaba de un lado a otro en su casa. Finalmente en una esquina encontró un viejo cetro de madera con aros de plata incrustados y algunas gemas mágicas colgando en estos.
Ella regreso junto al chico y aplico algunos círculos mágicos que completaron las marcas rotas en su cuello para que al final estas se desvanecieran camuflándose en su piel.
— Reincjectself… por donde debería empezar. Cuerpo, mente y espíritu. Se supone que esos 3 componentes constituyen a cada ser viviente. Cuando morimos el cuerpo regresa a la tierra, pero ¿Entonces qué sucede con los otros dos?
— ¿No se mueren con el cuerpo? —Pregunto Dorammi un poco desatendida del tema.
— Seguro hay un lugar donde deba ir a descomponerse, tal como lo hace el cuerpo. —dijo un poco más imaginativa Seren. Pero esa respuesta infantil hizo sonreír a su abuela.
— ¡Exacto! ¿Dónde, cómo o porque? Hay muchas preguntas alrededor de ese misterio, pero lo cierto es que sucede. Tal como el cuerpo físico, la mente y el espíritu también se descomponen. El problema es que no todo acaba allí. Cuando el cuerpo de un ser vivo se descompone, e incluso durante el mismo proceso de descomposición, sus nutrientes de vida son aprovechados por otros seres vivos, es decir la muerte no fue el final de la vida, la vida simplemente se abrió paso y el cuerpo que se pensaba muerto, en realidad ahora forma parte de nuevas vidas. Si la mente y el espíritu realmente van a descomponerse en algún lugar, el final del proceso no debería ser muy diferente. Fragmentos de esa mente y fragmentos de ese espíritu probablemente hagan parte de nuevas vidas.
Las dos chicas estaban completamente atrapadas en lo que la anciana les contaba, aquel teorema seguramente debería revolucionar la medicina mágica, si existía algo como eso ¿Por qué no era algo de conocimiento común para los médicos? No, si algo como eso fuera de conocimiento común, probablemente muchas personas de gran poder intentarían inmortalizarse a través de sus espíritus, pero si algo llegara a salir mal en el proceso, los resultados podrían ser algo catastróficos para la vida en general. Dicho todo eso…
— ¿Qué tiene que ver eso con el sello en el pequeño? Y esa… Reinjectself.
— Pues verán, hay ocasiones en que ocurre alguna especie de fallo y fragmentos muy grandes de alguna mente y espíritu que no se han descompuesto por completo llegan a entrar en una nueva vida. En un principio eso no debería ser problema, ya que una vida que apenas se está formando no debería ser capaz de albergar la información de ese fragmento de mente, pero por algún motivo desconocido esa información aún queda grabada en esa vida… La mayoría de los casos pasan desapercibidos, como simplemente sueños extraños o recuerdos de hacer algo que en realidad nunca hiciste. Pero en los casos más graves, tras algún evento traumático todos esos recuerdos regresan de golpe creando conflicto con los recuerdos de la vida presente.
— Pero si solo son recuerdos, eso no debería ser realmente un problema ¿Cierto? —
— ¿Solo recuerdos? Eso es demasiado inocente mi niña. Digamos si por ejemplo el fragmento de mente proviene de alguien que fue un asesino serial y la actual persona es un sacerdote protector de la vida ¿Cómo crees que se sentirá esa persona con los vividos recuerdos de él mismo matando a sangre fría a gente inocente? Bueno eso es un poco exagerado, pero igual los conflictos de identidad siempre estarán en alguien que padezca Reinjectself. Los casos más graves han enloquecido completamente. Por eso se protege sus mentes con algún sello que evite que la mente no descompuesta entre de golpe.
Aunque la información era un poco complicada de procesar, las dos jóvenes se lo pensaban seriamente, desde una perspectiva en la que probablemente les serviría para aplicarlo en sus oficios en el futuro. Pero para Dorammi, aquello solo le rascaba más posibilidades a la duda que continuaba carcomiéndole la cabeza.
— Doctora Zanna, cuando ese reinjectself sucede ¿Es posible que el cuerpo físico sufra algún tipo de transformación?
— ¿Transformación? ¿Qué tipo de transformación tienes en mente?
— No sé, como por ejemplo si era un fragmento de la mente de un elfo entrando en un cuerpo humano, de pronto le crecerían sus orejas, o si era un Beastskin, le crecerían garras y cola. O tal vez… Si antes era un chico y entro a un cuerpo de chica, le crecería eso allá abajo…
— ¡No, no, no! ¡Eso debería ser imposible! —La anciana negó de forma inmediata sin querer dejar lugar a dudas, pero entonces ella misma dudo— A menos que… Si desde un principio el cuerpo ya tenía la capacidad de cambiar.
— ¿A qué se refiere abuela? ¿Hay cuerpos capaces de cambiar?
— Bueno, en el reino Daroma habían esas doncellas reales, sus madres eran humanas que fueron fecundadas por slimes. Las chicas nacieron con algunas cualidades de esos slimes y para suplir las perversiones del príncipe de Daroma, solían cambiar su género… ¡Maldición, Seren! ¡Aun eres muy joven para escuchar ese tipo de cosas!
Todo dicho cualquier cosa que hubieran pensado ellas solo eran meras especulaciones y el único que podía confirmarlo realmente era aquel chico.
Dorammi procedió a despertarlo suministrando un medicamento que contrarrestaba los efectos del que le había dado antes para dormirlo. Esta vez el chicho lucia más animado, con una mirada brillante y soñadora, aunque todavía parecía estar algo confundido.
Él miro cuidadosamente a las tres mientras bajaba de la mesa, su ceño se frunció un poco cuando su vista estaba sobre la anciana enseguida se pudo notar un cambio de actitud cuando enfocaba su atención sobre las dos señoritas.
— Y bien ¿Cuál de ustedes se va a casar conmigo?
Su cambio de actitud fu algo choquean te, antes era un niño muy tímido al cual era difícil sacarle algunas palabras, pero ahora tenía una actitud lanzada y desvergonzada. Era como si fuera dos personas completamente diferentes.
— Creo que le afecto la medicina que le diste —sugirió Seren.
— ¡De ningún modo! ¡Debe ser su enfermedad, estoy segura! —Negó asustada Dorammi.
—Ustedes dos, ya cálmense. —La anciana tomo con su mano al chico por las mejillas y a pesar de que este se quejaba e intentaba liberarse, simplemente maniobro su rostro para mirarlo bien desde diferentes ángulos— Estoy segura que esta es su personalidad habitual, lo de antes probablemente fue producto de sus dos psiques chocando mientras lidiaba con los acontecimientos recientes… en resumen se encontraba en un estado de depresión critica.
— ¿Pero entonces porque parece estar tan bien ahora mismo?
— Ya restaure su sello, ahora mismo solo es como cualquier otro niño de 10 años. Además —La anciana extendió nuevamente su báculo sobre el chico y recito un antiguo hechizo. Ahora el brazo derecho que hasta ahora permanecía entablillado, obra de Seren, se había sanado— Seria problemático que un niño tan inquieto vaya por ahí con algo tan delicado, seguro malogra el trabajo luego.
Dorammi y Seren aún no estaban del todo conformes con la explicación de la anciana. Incluso si las dos psiques en el chico ya no se confrontaban, no era suficiente para que llegara a animarse así, cuando aún debía tener en mente los recientes acontecimientos en los que resulto tan gravemente herido. Aunque la Vieja Zanna insistía en que ya debía estar bien, abandonando la habitación, ellas aun rodearon al chico llenas de curiosidad.
— Oye ¿Sabes quiénes somos?
— Tú eres una doctora. —Respondió el chico con plena confianza en sus palabras— Y ella… ¿Probablemente tu asistente?
Aunque hablaba como si supiera lo que estaba diciendo, no parecía como si realmente las hubiera conocido antes. Probablemente en su mente era la primera vez que hablaba con ellas.
— ¿Qué te hace pensar que soy una doctora y ella mi asistente? —Dorammmi no pudo ocultar su decepción, pero aun quería saber más.
— Por tu cara… tu cara luce como la de una doctora.
— ¿A si? Y que aspecto se supone que debe tener una doctora según tu…
— ¿Eh? ¡No, no, no! ¡Te equivocas! No es como que hable de un aspecto en general, si fuera por tu belleza, seguro serias una princesa. De lo que yo hablo es que tienes el mismo rostro de una doctora que conozco… Aunque no entiendo porque no puedo recordar su nombre ahora mismo. Estoy segura que deberíamos ser buenas amigas.
Dorammi llego a perderse por un momento en el elogio del chico. Si bien ella estaba acostumbrada a recibir ese tipo de elogios, ella ameritaba eso a ser la hija de la doctora Lu, era normal que muchos hombres intentaran relacionarse con ella para sacar provecho. Pero justo ahora la espontaneidad y sinceridad del pequeño la habían tomado por sorpresa. Seguramente se habría quedado hundida en sus propios pensamientos por horas de no ser por Seren que intentaba que reaccionara.
— Oye, ese niño creo que conoce la doctora Lu. Además, ¿No se está refiriendo a sí mismo como una chica?
Por estar distraída con algo tan tonto, Dorammi no había notado lo realmente importante las palabras del chico básicamente habían confirmado lo que hasta ese momento solo era una sospecha para ella… Aunque también cabía la posibilidad de que solo se hubiera equivocado.
— Oye, dijiste que tú y mi ma… y la doctora Lu son amigas ¿Cierto? ¿Con eso quieres decir que eres una chica?
— ¿Quiero decir? ¡Por supuesto que lo soy! —Respondió el chico sacando pecho— ¡Pero eso no importa, ustedes dos han visto mi cuerpo de doncella al desnudo y por eso tendrán que tomar responsabilidad! ¡No importa si también son chicas!
— Tu… ¿Estás seguro de lo que dices? ¿Acaso te has visto a ti mismo en algún momento?
Aunque estaba perfectamente seguro de lo que decía, el chico sintió curiosidad por las palabras de la doctora y comenzó a revisarse a sí mismo. Fuera de las cicatrices de las muchas heridas en su cuerpo, no parecía haber nada fuera de lugar, o al menos eso creía hasta que al revisar en su entrepierna encontró algo que no solía estar allí.
— que… ¿Qué es esto? ¿Tengo pichula? Si… tengo una… ¡Viva! ¡Tengo pichula!
Las dos jovencitas estaban bastante desconcertadas ante la alegre reacción del chico, ante algo que debería ser normal para cualquier chico. Por otro lado eso también podría tomarse como la confirmación a las sospechas de Dorammi, aunque en ese caso ¿Lo normal no seria que estuviera asustado en lugar de feliz?