Mackenzie Bailey joven hermosa descendiente de una aristocrata familia, es maltrada y humillada por sus hermanos y cuñada, hasta casi llevarla a la muerte, despreciada por su fisico, tratada como el petito feo, la han quebrado de mil y una formas hasta dejarla rota, lograra unir sus pedazos y obtener venganza.
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Cap 23: Graduación
Había transcurrido dos semanas desde que Cristina y Cristal regresaron a Londres.
Cristal presentó los últimos exámenes la semana posterior a su regreso y ya tenía una semana de vacaciones en casa.
La convivencia no era del todo buena con su hermano, quien parecía sumergido en un mar de sentimientos y pensamientos, se la vivía en el estudio o su habitación revisando los documentos de los casos en que estaba trabajando.
Ya era abogado, su tesis salió de maravilla y prontamente sería su graduación al igual que la de Cristal.
Cristina volvía a su rutina de trabajo, solo que esta vez sacaba el tiempo para compartir con Mariano y Cristal, aunque fuese en horarios diferentes, también llamaba diariamente a Mackenzie y conversaba con ella.
Adolfo por su parte se mantenía muy ocupado por todos los asuntos que debía resolver.
Aun así la seguridad de su amada Mackenzie era su prioridad y pedía un reporte cada 3 horas.
Brenda estaba trabajando como abogada en un pequeño buffed, vivía sola y tranquila, llevaba una vida como cualquier mortal, pero no bajaría la guardia.
Ahora la vigilaba dos hombres en lugar de tres, el otro formaba parte de la seguridad de Mackenzie.
Quien tenía más guardaespaldas que el presidente de esa nación.
No supo protegerla en otro tiempo pero eso jamas volveria a pasar.
Se sentía orgulloso de los logros de su pequeña, quien cada día demostrar ser la mejor de esa familia, aunque el brillo de su mirada ya no estaba presente.
Mariano ahora era serio, frío, distante y algo prepotente, sin dudas lo de Brenda lo había afectado mucho y se reprochaba no habérselo dicho muchos antes, pero el solo debía estrellarse, los padres son orientadores, pero deben dejar a sus hijos equivocarse y aprender de sus errores, aunque les duela.
Cristal cada día demostraba su cambio, salía a trotar diariamente, leía mucho y en las noches jugaba un par de partidas de ajedrez con su padre.
Seguía en terapias con Susana, quien se convirtió en su mejor amiga.
El estar fuera del internado era una tentación y no podía evitar mirar con lujuria a los trabajadores de la casa, pero sacaba fuerzas de donde no tenía para controlar sus impulsos.
Susana le hablaba de dominio propio de la capacidad que cada ser humano tiene de controlarse a sí mismo.
En compañía de Susana fue por su vestido de graduación, y uso todo su autocontrol para concentrarse en los vestidos y no en el sexi vendedor.
Susana sonrió había pasado la prueba y estaba segura de que Cristal pronto estaría curada.
Comieron un helado luego y Susana le comento que las sesiones serían cada vez menos.
Eso entristeció a Cristal.
Al notarlo Susana le dijo que eso no significaba que dejarían de verse, ella también la consideraba una amiga.
Mariano buscó su traje de graduación y al ver a su hermana en el centro comercial y sin guardaespaldas se molestó y se acercó a ellas.
Cristal tus guardaespaldas le pregunto serio mirando mal a Susana.
Están cerca, pero no tanto para incomodarme órdenes de papa, levanto los hombros sin importancia.
Algo podría pasarte, dijo serio señalando a dos chicos que la miraban codiciosamente.
Esos tontos no podrían ni acercarse hermano, pero gracias por preocuparte le sonrió.
Susana permaneció en silencio evaluando la actitud de Mariano, veía tanta tristeza en sus ojos al referirse a su hermana, como si algo le hiciera sentir culpable.
Señor Bailey Cristal está muy bien cuidada, además no permitiría que la lastimaran, hablo Susana soltando un suspiro pesado, Mariano causaba algo extraño en ella.
Quien eres tú, y quien pidió tu opinión le dijo cortante.
Susana arqueo una ceja, lo que tiene de guapo lo tiene de idiota pensó.
Mi nombre es Susana y soy la psicóloga de Cristal le dijo molesta mirandolo fijamente.
Con que derecho le hablas asi, Cristal estaba molesta por su grosería.
Lo lamento se disculpó, vete a casa Cristal luego de decir eso se retiró.
Lo lamento Susana, mi hermano no la está pasando bien, Cristal estaba avergonzada.
No te disculpes él fue grosero, tú no tienes la culpa.
Terminaron el helado y se fueron.
Susana se quedó intrigada, Mariano era todo un enigma, uno que ella le encantaría descifrar, veía tantas cosas en esos lindos ojos café.
Que haces pensando tanto en él, se reprendió mentalmente al llegar a su casa.
Se sentó en la sala y se quitó sus zapatos.
Mariano se sintió terrible luego de ver lo grosero que fue, pero se sentía tan decepcionado de las mujeres, si Brenda no hubiera aparecido en su vida, el seguiría siendo bueno.
Se tomó un vaso de whisky hasta el fondo y lanzó el vaso contra la pared volviendolo pedazos.
El ruido llamó la atención de los empleados de la mansión quienes se preocuparon.
Salió al ver la cara de Marta se disculpó, tomo su chaqueta y las llaves de su moto y se marchó.
Tenía meses de no conducirla, eso preocupo a Adolfo, solo significaba que Mariano correría nuevamente, pero no fue así.
Mariano condujo hasta un lugar apartado y se sentó a mirar a la nada, en ese lugar se permitió gritar y desahogar un poco el dolor contenido.
Estuvo hasta que cayó la noche, subió a la motocicleta y regreso a casa.
Al llegar, Cristina lo abrazo y Adolfo lo miro serio.
El sabía que no fue a las carreras, pero se le perdió a los guardaespaldas y eso le molesto.
Esa noche no ceno, solo se quitó la ropa, tomo una ducha y se acostó desnudo.
A su mente vino esos ojos azules que lo miraban con gran enojo y con esa imagen se durmió
Días después fue la graduación de Cristal, recibió su título de secundaria en un salón hermosamente decorado, fue la segunda en pasar, todos los graduandos eran chicas, pues era un internado de señoritas.
Dos días después fue la graduación de Mariano, quien fue el segundo mejor en promedio, Felipe fue el tercero.
Mariano estuvo serio, pero sentía un poco de alegría al ver a sus padres orgullosos.
Luego fue la fiesta en un salón de eventos, Cristal no había tenido una, solo una cena pequeña, por eso ese día también celebrarían su graduación ella lucia hermosa en ese vestido rosa claro.
Por supuesto su mejor amiga no podía faltar y eso dejaría más perturbado a Mariano quien no ha dejado de pensar en esos furiosos ojos azules.