Nerea, luego de terminar con una relación por más de diez años, se ve en la obligación de buscar otro prometido antes de que su familia se entere que ya no se va a casar.
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Capítulo 15.
Así sin más el fin de semana había pasado volando y aunque aún seguía acomodando ropa y zapatos. Decidí dejar eso para otro momento, tenía que descansar para poder enfocarme en el proyecto hotelero. Debíamos ganar a como diera lugar, estaba apostando todo a Dylan y luego de mi encuentro con su primo, era obvio que luego de eso si Dylan no ganaba iba a tener que irme.
La mañana llegó y como todas las mañana salí a correr, había un parque cerca lo había visto el día anterior. Luego de estirar comencé a dar unas vueltas y pronto note que alguien corría a mi lado, al voltear y ver a Dylan, me saque los audífonos y mirándolo dije.
— Buen día...
— Buen día...
Ninguno podíamos hablar bien, producto de la falta de aire así que seguimos con nuestra rutina y cuando terminamos volvimos trotando al edificio.
– He notado que también te ejercitas bastante. — Volteé a mirarlo mientras estiraba mis piernas y él agregó — Aquí a un par de calles hay un gimnasio también.
— Sí... perfecto, en la tarde podrías dejarme allí. Voy a inscribirme entonces. Hace unas semanas que dejé de ir y siento mi cuerpo menos tonificado.
Veo como me observa y dice.
— Yo te veo muy bien.
Sonrió por sus palabras y en cuanto el ascensor se abre, cambiando el tema digo.
— En veinte minutos salgo.
— Tranquila, hay tiempo.
Sin más me encaminé hacia mi departamento y luego de bañarme, tome un traje qué me había enviado mi hermana la primavera pasada.
Me sentía algo exagerada usando ese estilo de ropa, pero intentando parecer segura salí al recibir el mensaje de Dylan diciendo que estaba esperando abajo camine lo más segura que podía. Había decidió dejar mi cabello suelto y esta vez opté por un maquillaje un poco más cargado de lo normal.
Cuando Dylan me vio sus ojos no se despegaron de mí ni un segundo, no podía explicar lo que me hacía sentir su mirada, a diferencia de las demás era como si él pudiera ver a través de mí. Baje mi rostro al llegar, pero él se acercó y levantado mi barbilla dijo.
— No bajes la cabeza, te ves hermosa. ¿Vamos?
Mi rostro se prendió fuego y al ver que él sonrió por eso conteste.
— No te burles, logras ponerme nerviosa.
Veo como abre mi puerta y mirando en todas direcciones digo.
— Aquí nadie nos ve...
— No lo hago por eso. Vamos.
No dije nada más y luego de subir a su auto nos dirigimos a la empresa.
Estaba nerviosa, pero luego volvimos a hablar de trabajo y aunque aún seguía nerviosa, el hablar de los avances que habían logrado los trabajadores me emocionaba. Cuando llegamos al estacionamiento, Dylan bajo y abriendo mi puerta tomo mi mano y no la soltó más. Todo el mundo miraba en nuestra dirección, me sentía muy apenada, no sabía qué hacer, pero pronto escuché como Dylan susurró.
— Acostúmbrate, a partir de hoy ingresaremos así, no estás haciendo nada malo, se supone que somos una pareja y además te ves preciosa, camina con seguridad. Yo no voy a soltarte la mano.
Al decirle aquello sonreí y mirándolo seguí mi camino.
Intentaba no prestar atención, pero las miradas y habladurías eran muy evidentes. Cuando llegamos al ascensor varios empleados se subieron junto a nosotros y Dylan mirándome de frente acomodo mi cabello detrás de mi oreja y preguntó.
– ¿Qué planes tienes para esta noche?
Su voz se escuchaba algo más profunda, mis ojos se dirigieron a los suyo y al ver como me miraba dije.
— Ninguno...
— Bien, no hagas ninguno, tengo planes para nosotros.
Sentí como se empezó a inclinar y colocando su cara cerca de mi oreja dijo apenas inaudible para los demás.
– Respira, debemos hacerles creer que somos una pareja ¿no es así?
Sonreí por lo equívocado que estaba conmigo y subiendo mis manos a su cuello, haciendo lo mismo que él, mordí suavemente su oreja y al ver que no se esperaba eso sonreí y conteste.
— No intentes jugar conmigo, soy tímida, no tonta. — lamí mis labios al alejarme y al ver como su mirada se oscureció temí por mí, pero pronto el ascensor abrió sus puertas y al ver como todos salian prácticamente corriendo, yo iba a hacer lo mismo, pero Dylan tomo mi muñeca y metiéndome de nuevo hacia adentro espero a que las puertas se cerraran y arrinconándome contra la fría pared del ascensor dijo.
— No te conviene jugar este juego.
— Yo no estoy jugando, eres tú quien no para de provocarme. Tal vez sea algo tímida, pero aún sigo siendo una mujer.
Veo como coloca una mano contra la pared y con la otra toma mi barbilla para levantar mi rostro.
— Dijimos sin sentimiento, ¿lo recuerdas?
— Ni mentiras...
Veo como se acerca peligrosamente y sin cortar el contacto visual se apodera de mis labios. Este beso había sido mucho más ardiente que el primero, nuestras lenguas danzaban y sus manos pronto bajaron para tomarme de la cintura. Dylan devoraba mis labios sin quererlos soltar, pero antes de quedarnos sin aire el ascensor se volvió a abrir y al ver que el CEO, junto con su padre el señor Mario estaban detrás de la puerta, me separé rápidamente de Dylan y nuevamente con mi rostro completamente rojo saludé.
— Buenos días...
Veo como Dylan me miró con una sonrisa en su rostro y saludando a su padre y a su abuelo tomo mi mano y me saco del ascensor para llevarme a su oficina.
— Adiós...
Solo pude decir al ver que Dylan me arrastraba por los pasillos. Al llegar a su oficina cerró la puerta detrás de nosotros y volviéndome a acorralar contra la pared dijo.
— Te propongo esto... Podemos ser exclusivos el tiempo que dure este trato, pero nada más. Tú sabes que no me quiero casar y tú... bueno aún no superas lo que te paso. Ninguno está preparado para una relación ahora, pero una amistad con derechos no estaría mal.
– ¿Amistad con derechos?
— Sí... en verdad no sabes lo que es. — Veo como me mira y negando, este dice— Bueno es cuando un hombre y una mujer que son amigos...
Reí al ver como intentaba explicarlo y cambiando de posición. Lo atajé hacia mí y dije.
— No soy tan ingenua como aparento. — sin que se lo esperará lo besé y ambos volvimos a besarnos hasta quedar sin aire, cuando estamos por separarnos mordí suavemente sus labios y limpiando mi labial de su boca dije.— Bien, exclusividad, sin mentiras, ni sentimientos. ¿Podrás manejar todo eso?
Veo como aun sin soltar mi cintura, seguía mirándome fijamente y contestó.
— ¿Podrás tú?
— Créeme lo que menos quiero es tener otra relación.
— Muy bien, entonces... ¿Tienes planes para esta noche?
— Sí...— Veo como me mira y agregó – Un loco en el ascensor me invito a salir.
Dylan sonríe y dándome un corto beso agrega.
— Bien, te veo más tarde.
Asiento y salgo de su oficina intentado no ser vista, pero mis esfuerzos eran en vano, todo el mundo nos había visto. Intentando disimular mi vergüenza, caminé hasta llegar al ascenso, pero de pronto Dylan me alcanzo y entregándome unos documentos dijo.
— Cariño, te olvidas tus carpetas. – Tome los documentos y Dylan me acercó nuevamente a él para darle un último beso frente a todos.
Vi como el muy cínico sonrió al verme actuar nuevamente tímida y sin perder más tiempo me subí al ascensor para ir a mi oficina...