El Otro Lado (Reinjetself)
Temprano en la mañana la noticia había llegado, alertando a todos los guardabosques de turno, La familia de Kraen, se habían convertido en rebeldes y apostatas. Todos estaban conmocionados, ya que cada uno en el linaje Kraen eran fieles sirvientes de los espíritus del bosque desde la antigüedad. Ninguna otra familia se había mostrado tan devota como ellos.
¿Por qué ellos harían algo como eso? Torona tenía una idea, pero no se atrevió a decir nada, en su lugar se ofreció a sí misma como voluntaria para encabezar el escuadrón que debía ir a detenerlos, o eliminarlos si se llegaba a dar el caso.
Ya que se trataba de una guerrera formidable y heroína en decenas de guerras durante los cientos de años que había vivido, nadie tuvo objeción alguna a su solicitud.
Las tropas a su cargo atravesaron rápidamente el bosque, adelantándose a otros grupos con la misma misión, parecían tener un gran afán por eliminar a los traidores y ese probablemente era el caso de la mayoría de los integrantes del escuadrón, sin embargo no lo era para la propia Torona, quien en realidad quería ser la primera en confirmar lo que realmente estaba pasando con los Kraen. Después de todo aquellos a quienes podía llamar sus amigos, aquellos que cientos de años atrás la habían aceptado como parte de su familia, eran parte de la familia Kraen.
Cuando la posición del objetivo fue confirmada, Torana comenzó a temer lo peor. Se trataba de un pequeño claro en medio del gran bosque Flugrat, en el cual había un altar dedicado a la comunicación con los espíritus. El lugar perfecto para realizar un ritual profano.
Ya que Ur Kraen, el menor en la línea de sucesión de la familia Kraen había contraído una extraña enfermedad que rápidamente le drenaba su mana, así como su vida, el jefe actual de la familia, quien además era su padre, desespero en la búsqueda infructífera por alguna medicina con la cual salvar a su hijo.
Tras los vanos esfuerzos, solo quedaba otro camino a tomar, uno que la mayoría de los elfos no se atrevería siquiera a pensar. Ese era el ritual profano.
El ritual profano no siempre había sido conocido por ese nombre, en los primeros siglos de la luz que vio nacer a los elfos, a aquel ritual se le conocía como el ritual del descenso espiritual. A través de este algunos elegidos de entre las grandes familias, invitaban a los espíritus para que morasen dentro de sus cuerpos, conformando un nuevo y poderoso ser.
A aquellos que lograban el ritual por completo se les conocía como elfos de la luz e incluso si el ritual no lograba completarse con éxito había un gran prestigio solo el haber hecho parte de ello. Pero todo eso cambio, cuando los antiguos clanes se dieron cuenta que la luz no era la única naturaleza de los espíritus y que el descenso espiritual, podía llamar a espíritus de toda clase de naturaleza… incluso espíritus malignos.
En un principio esto no afecto las prácticas del ritual, pero en cuanto más y más espíritus malignos siguieron descendiendo a tomar sus cuerpos, dando nacimiento a aquellos a quienes llamaron demonios, la práctica de aquel ritual fue prohibida y su nombre se cambió al de ritual profano.
La sombra producida por el follaje impidiendo que la luz del sol tocara directamente la piel de los elfos del bosque finalmente se disipo, habían llegado al pequeño terreno llano y la visión de Ur Kraen acostado sobre el altar, mientras que 4 miembros de su familia recitaban canticos en lenguas antiguas, confirmo los peores temores de Torona.
La hermosa elfa tenía la idea de si este fuera el caso, en el que estaba ocurriendo justo lo que ella se temía, al llegar antes que los demás tendría la oportunidad de hacer entrar en razón a la familia Kraen y convencerlos de regresar en paz. Sin embargo sus esperanzas se hicieron pedazos tan solo llegar. El ritual ya había llegado hasta el punto, en que un gran espíritu flotaba sobre el cielo, disponiéndose a entrar en el cuerpo de Ur Kraen.
Aunque un centenar de elfos intentaron detener el ritual, la mayoría allí eran amigos, parejas, aliados que habían enfrentado juntos la muerte. Ir con todo en una batalla con intención de matar les resulto simplemente imposible.
Ya fuera de forma consciente o inconsciente, se estaban conteniendo y al final aquel espíritu descendió a morar el cuerpo de Ur Kraen. Como resultado de aquella fusión el cuerpo del elfo en el altar tuvo un cambio algo inusual, trastornándose su dorado cabello en uno plateado y su piel de papel oscureció a un tono terroso con atisbos de chocolate.
No era solo Ur Kraen quien había sufrido aquellos cambios, cada miembro de la familia Kraen allí presentes e incluso unos cuando elfos que no eran de esa familia, pero se habían hecho participes del ritual también tenían la misma transformación. Ellos se habían convertido en elfos oscuros.
Bueno, incluso así, si no habían terminado como demonios o como poseídos, aquel ritual podía considerarse como un éxito. Torona suspiro con alivio al saber que sus preciados amigos estaban a salvo de aquel peligro, recuperando la compostura al instante, recordando que las cosas allí no habían hecho más que empezar. Incluso si el ritual había sido exitoso, este no dejaba de ser algo que se había prohibido por sus ancestros.
Una ardua batalla hasta atraparlos o eliminarlos si se resistían, eso era lo que debía seguir, pero Torona era incapaz de ordenar a sus subordinados que atacaran a sus propios amigos, en su lugar levanto su mano para hacer una señal, ordenando a todos detenerse y esperar.
— ¡Señorita Torona, el objetivo está en frente y los superamos 5 a 1! ¿Por qué esperar? ¡De la orden y atacaremos!
Su segundo al mando en esta ocasión era un joven elfo que a duras penas sobrepasaba su primer siglo de vida, todo lo que tenía en su cabeza era tener la oportunidad de probarse a sí mismo en combate dejando de lado cualquier circunstancia.
Ese tipo de comportamiento era común en los elfos más jóvenes y era deber de los mayores frenarlos apropiadamente para evitar que pudieran hacerse daño. Por suerte Torona tenía la excusa perfecta para retenerlo no solo a él, sino a cualquiera de sus subordinados presentes.
— ¿Acaso eres estúpido? Justo ahora un espíritu tan poderoso que pudo transformar no solo a Ur Kraen, sino también a más de 20 elfos con él, es lo que estas llamando objetivo. Si quieres tirar tu vida de la forma más estúpida posible, adelante, pero no me pidas que arrastre al reto junto a ti.
No había necesidad que Torona levantase su voz para que los demás la escucharan, con el fino oído de los elfos, sus palabras llegaron a cada uno de los presentes en un radio de 500 metros, logrando persuadir a cualquiera de ellos de intentar atacar, incluso si no pertenecían al mismo escuadrón. Después de todo, sus palabras estaban llenas de razón.
El recién transformado Ur se puso en pie y camino alrededor, luciendo un poco desorientado, parecía que intentaba reconocer los alrededores, o explorarlos con la mirada… como si nunca antes hubiera estado allí. Eso le trajo a Torana un viejo recuerdo de sí misma y una leve sospecha.
Probablemente quien estaba allí de pie ahora mismo no era Ur, en cambio se trataba del espíritu que acababa de descender a morar en su cuerpo.
…
Una segunda luz brillo en el aire y descendió justo a un lado de Ur y entonces…
— ¡Maldita perra, no te lo voy a entregar tan fácilmente!
Todas alrededor estaban completamente aterrados, aquella ira con la que pronunciaba esas palabras que ninguno lograba entender, era como si intentara convocar magia muy antigua. Algunos incluso se encontraron a sí mismos mirando hacia el cielo, esperando ver algo que bajara, como una lluvia de fuego o un gran meteorito.
Nada de eso ocurrió por supuesto.
Vásquez noto la incomodidad del momento e intuyo que si se quedaba allí por mucho tiempo la situación podría llegar a tornarse peligrosa. Más al notar que las personas que coincidían con sus características físicas eran pocas en comparación con la mayoría que los rodeaban.
— Seño Ur…
Uno de los elfos oscuros acerco a Vásquez, parecía querer decirle algo, pero no se atrevía. Aun así ella sabía de qué se trataba.
— Entiendo. Marchémonos ahora que podemos.
Aunque ella les hablase en un idioma que desconocían, de algún modo comprendieron su intención. No entendían sus palabras, pero lo que quería transmitirles llego a sus mente, consecuentemente todos se dispusieron a marcharse de allí.
Aunque esperaban encontrar oposición por parte de los elfos del bosque, de manera sorpresiva, eso no sucedió y en su lugar se hicieron a un lado, dejándoles vía libre para que se marcharan. Ellos no pensaban dejar pasar dicha oportunidad. Eran perfectamente conscientes de lo mal que estaban sus acciones. Salir de allí y buscar un nuevo lugar para vivir, era un obsequio del cielo y lo mejor tanto para ellos como para los que dejaban atrás.
Cuando finalmente estuvieron lo suficientemente lejos como para pensar que no serían seguidos hasta allí, sus piernas que se tambalean por el esfuerzo de correr con todas sus fuerzas durante horas, finalmente se detuvieron y se derribaron, cayendo sobre sus traseros.
Un acto estúpido, fue lo que paso primero por la mente de Vásquez. Ella misma sentía el agotamiento de ese cuerpo que no había pasado por los rigurosos entrenamientos militares que tenía su propio cuerpo… su cuerpo que ya no volvería a tener.
Debido al calor de aquel momento no había tenido momento para procesar su situación. Pero al parar a descansar, la información comenzó a venir de golpe a su cabeza.
Ella ahora mismo se había vuelto un hombre, aunque realmente no se sentía como tal. Su cuerpo aunque delgado, era bastante fuerte y algo elástico si se atrevía a adivinar por su eficiencia al correr, es solo que su resistencia era bastante baja si se comparaba con su condición original.
A su alrededor, poco más de 20 elfos oscuros, todos con aspectos jóvenes entre los 18 y los 29 años de edad… al menos eso le decía su vista.
Todos ellos eran un montón de inexpertos, se atrevía a pensar al ver como se habían tirado al suelo a descansar, dejando que sus cuerpos se enfriaran cuando se encontraban en medio de un gran bosque, donde el peligro los acechaba a cada instante.
Si algo los fuera a atacar en ese momento, sus músculos no responderían apropiadamente y serian presas fáciles.
“¿Debería dejarlos atrás? No parece que me vayan a ser muy útiles”.
Aunque solo fue un pensamiento que pasaba por su mente, la mirada atemorizada de todos ellos cayó sobre Vásquez, al igual que antes, podían percibir su intención. Esto era algo que nunca habían sentido antes y era fácil percatarse de lo que se trataba, era el producto de aquel ritual profano.
— Señor Ur… no, gran espíritu. Los mayores de nuestra familia temieron que una situación como esta podría darse por eso eligieron entre los jóvenes, aquellos con mayor talento y potencial. Puede que ahora mismo no parezcamos la gran cosa para usted, pero si nos entrena y nos amolda a su voluntad, estoy seguro que seremos de gran utilidad.
Las sinceras palabras del joven elfo con armadura de cuero cubriendo casi todo su cuerpo, parecían haber sido solo gritadas al aire, pues su interlocutor no tuvo reacción alguna… segundos después parecía pensarlo seriamente y luego solo daba la sensación de estarla pasando muy mal…
En realidad Vásquez la estaba pasando mal, pero eso se debía a que no había dedicado suficiente tiempo en estudiar la lengua que usaban las personas de este lado y le costaba trabajo ajustar los significados de las palabras que le decían para entender lo que querían comunicarle.
— ¿Sufriendo por el idioma?
— Un poco…
— Yo era igual que tú al inicio… Debo decir, estoy sorprendida, pensar que reanudarán el proyecto V después de todo este tiempo.
— ¿Proyecto V? No entiendo que es lo que…
Vásquez se maldijo a si misma mentalmente al darse cuenta que las continuas quejas de los compañeros que habían querido imponerle en la unidad 51, sobre como comenzaba a distraerse muy fácilmente, estaban completamente fundamentadas.
Justo en ese momento se encontraba hablando con alguien en su propio idioma y había permitido que ese alguien se acercara demasiado a su posición.
Instintivamente su mano derecha se apresuró al borde de su cadera en busca de un arma, pero esta no estaba allí.
— Oye, tranquilo. No he venido a pelear.
Aunque aquellas palabras sonaban como si la otra persona estuviera justo al lado de Vásquez, ella no pudo encontrarla, esto era un efecto del gran oído de los elfos. En realidad quien le hablaba estaba guardando su distancia, sabiendo que acercarse descuidadamente sería peligroso.
— Mi nombre es Alicia Franz… al menos solía serlo. Por estos lados me conoces como Torona. Ya que mi labor en la Tierra no era algo que se pudiera considerar como “útil”, fui enviada aquí junto con otros 11 que lograron pasar sin que su cerebro terminara achicharrado… el proyecto V, así lo llamaban los del gobierno… el caso es que eso fue hace más de 500 años. *suspiro* Mira, deberías poder escuchar un arroyo por tu izquierda. Si te apetece hablar, te espero allí en media hora.
Aunque todos habían escuchado aquellas palabras, Vásquez era la única que las había entendido. Sin embargo cuando ella pensó en la posibilidad de ir al arroyo a buscar a la mujer que le había hablado, todos sintieron esa intensión y se dispusieron a seguirla temiendo ser dejados atrás.
Al notarlo y temiendo no poder tener una charla adecuada y tranquila con esa persona la teniente forzó su mente a encontrar algunas palabras en aquel lenguaje para asumir el mando que suponía que ellos le estaban dando.
— Campamento aquí… ¡sean útiles!
Tales palabras dejaron a los elfos oscuros conmocionados, si bien ellos fueron quienes a través de sus acciones permitieron que aquel espíritu pudiera descender y morar en el cuerpo de Ur, eso era algo que habían hecho por su propio capricho y el hecho de que este espíritu los escuchara y ahora estuviera allí, permitiendo de este modo prolongar la vida del ahora elfo oscuro, podía significar el pago suficiente a su egoísta deseo.
Ahora que estaban a mano, no había razón alguna para que el espíritu se mantuviera a su lado, si la voluntad de Ur Kraen no era lo suficientemente fuerte, el resultado no podía ser otro que separar sus caminos. Así es como se desarrollaría normalmente el escenario, pero ahora el gran espíritu les daba una oportunidad para demostrar su valía.
— ¡Entendido!
Todos corearon y se pusieron de inmediato a trabajar, permitiendo que Vásquez pudiera ir a sus anchas a buscar a aquella persona de antes.
Junto al arrollo un par de piedras labradas servían como asiento y sobre una de ellas estaba sentada Torona. Los restos de roca alrededor indicaban que el labrado en las piedras era algo reciente, probablemente había sido hecho en el tiempo que le tomo a la teniente decidirse y llegar hasta allí.
En medio de las dos piedras, una pequeña fogata rostizaba con sus brazas la tierna carne de un conejo, o algo que parecía serlo.
— Toma asiento y come —Sugirió la elfa del bosque— estas charlas son mejores cuando tienes el estómago lleno ¿No?
Vásquez observo la carne, que por cierto lucia muy deliciosa y su aroma invitaba a morder. Pero por tentadora que pareciera, abriendo el apetito de la teniente, una leve incomodidad le hacía pensar que no era buena idea comer aquella carne.
— No hay nada de qué preocuparse —Al notar la preocupación del elfo oscuro que observaba la carne en las brasas y luego su rostro, Torona aclaro tomando el corte de uno de los muslos— Yo misma hice los adecuados rituales y procedimientos a la vida de este pequeño ser que nos brinda su cuerpo como sustento.
Vásquez no entendió del todo lo que quería decir esa chica con todo eso, pero al menos lo que fuera que la estaba incomodando desapareció así como llego y pudo tomar el muslo restante sin sentir remordimiento alguno.
— Como lo pensaba, no fue realmente ese cuerpo el que te recibió como anfitrión. De otro modo la moral local no tendría por qué afectarte… y tampoco tendrías problemas con el lenguaje nativo ya que te sería fácil acceder a este a través de los recuerdos de ese cuerpo.
— ¿Podrías dejarte de rodeos y decirme de una vez quien eres y que es lo que quieres?
Para Torona no era nada extraño que el recién llegado no pudiera confiar en ella, después de todo, ni siquiera entre los miembros de su propio grupo llegaron a confiar entre ellos mismos en aquel entonces.
— Bueno, ya te he dicho mi nombre ¿Qué tal si tú te presentas también?
— ¿Y de verdad crees que me iba a creer algo como eso? La general Olmos ha enviado 21 embarques contando el actual en el que llegue, pero aunque sea un poco mayor no es como si hubiera podido vivir tanto como para enviar su primer embarque hace 500 años. Incluso las teorías del primer contacto son de hace 300 años, eso te pondría a ti en un embarque anterior a que los monstruos comenzaran a atacar la Tierra. Tu historia no tiene sentido por donde quieras mirarla.
— ¡Espera, espera! ¿General Olmos? ¿Los monstruos atacan la Tierra? ¿De qué demonios estás hablando? ¿Qué ha ocurrido durante todo este tiempo?
Torona en parecía estar sinceramente impresionada por las palabras de Vásquez. Algo en todo esto no cuadraba del todo y según los instintos de la teniente, los cuales al enfrentarse al peligro como plato diario, estaban muy afinados, la historia de Torona no era lo que estaba mal en aquel cuadro.
— ¡Soy la teniente Raphaela Vásquez! —Procedió a presentarse— Unidad 51 de la brigada 601° de las fuerzas especiales…
Después de su presentación la teniente procedió a explicarle la situación a Torona, acerca de cómo en la actualidad la Tierra sufría continuos ataques de criaturas monstruosas y la humanidad siendo arrinconada a unas pocas ciudades amuralladas mientras esperaba su extinción.
De ningún modo las reacciones de asombro y preocupación por parte de Torona eran fingidas, mucho menos aquella de satisfacción al enterarse que los gobiernos mundiales habían caído y que ahora todo recaía en los hombros de las fuerzas militares. Pero, si realmente era sincera, si había estado viviendo en este lugar durante los últimos 500 años entonces ¿Lo que les había informado la general olmos era mentira? Y ¿Qué era exactamente eso del proyecto V?
(Nota Autor: Holas, si lees esta historia por primera vez y sientes que algo no cuadra, tal vez sea porque el verdadero inicio se encuentra en la historia del mismo titulo, con subtitulo preludio. puedes encontrarlo en mi perfil. Gracias, saludos)
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