Emma con 18 años llega a trabajar a la empresa Lamborghini, cuyo dueño es Osvaldo un CEO prepotente, que no cree en el amor. Los años pasan y ella se vuelve una profesional, que por cosas de la vida, se vuelve su secretaria, las cuales se convierten en sus amantes. ¿Ella aceptara ser su amante?.
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Quitar el estrés
Estas semanas Osvaldo había estado trabajando, hasta más no poder, se sentía cansando con un estrés insoportable, lo bueno es que Emma había sido eficiente en su trabajo y había podido quitarle una gran parte de la carga laboral.
Por fin tenía tiempo y su única forma de quitar el estrés que encontraba era estando con una mujer.
Todo este tiempo trabajando, ella parecía una hormiga, no sabía que tenía tanta fuerza, para hacer todo lo que hace.
Muchas veces ella se quedó, incluso más horas de la que tenía que trabajar, para poder terminar su trabajo, al momento de salir utilizar su elevador y siempre le preguntaba a su chofer, si había visto a su secretaria salir, él siempre decía que no la había visto, hizo algunas preguntas y le dijeron que ella no utilizo el elevador presidencial, sino que se va con todos, no tiene carro, así que utiliza la metrovía.
Era la primera vez que conocí a alguien así, tan sencillo y trabajadora, en ningún momento ha llegado a coquetearle o ha insinuar se le.
Mientras el carro pasaba por la ciudad el sol estaba a punto de caer en el horizonte, se podría ver en qué va a ser un maravilloso atardecer, miró su reloj y eran las seis de tarde, supuso que Emma ya estaba en el hotel, él había tenido que arreglar unos papeles y se demoró en salir, no entendía por qué sentía un poco de nervios, por llegar.
Cómo él había supuesto, Emma ya se encontraba en el hotel, había decidido salir normal con todos, pero en vez de ir a su departamento, llegó a un centro comercial y compró una ropa interior muy sexy.
Ella había estado trabajando duro estas semanas, también estaba cansada y estresada, ya se había matriculado para la universidad y había tenido clases intensivas.
Cómo no esperaba nada ese día, como los otros días, incluso pensó que él no estaría interesado en ella, por lo tanto ese día cargaba una ropa interior diferente, nada conjugada, al no poder llegar a su hogar decidió comprar una ropa interior nueva .
En la habitación, ella se encontraba dando vueltas, no esperaba amor y adoración, por parte de él, lo único que espera es que no sea brusco, porque muchas veces le habían dicho que era doloroso la primera vez, sino la preparaban bien, su rumi le había explicado todo lo que iba a pasar y como él no tiene pelos en la lengua, le había dicho desde la A hasta la Z, tambien había visto videos para poder complacerlo a él, pero siento esta su primera vez, su rumi le aconsejó que dejara que él hiciera todo.
Nadie sabía del contrato, por eso a su rumi que era gay, le había comentado que conoció a una persona y estaba dispuesta a llegar a segunda base, él se quedó contento por ella, desde que la conoce, no le ha conocido a nadie, solo espera que ella disfrute mucho.
Osvaldo iba subiendo en el ascensor, pensando que por fin iba a liberar el estrés, pero algo dentro de él se sentía muy nervioso, no podía negar que era la primera vez que iba a estar con una virgen, pero nada más, no había sentimientos de amor ni pasión, incluso ni deseo, solo quería sacar el estrés.
Su padre siempre le había dicho que la vírgenes son un peligro, por eso no debía meterse con una.
Al entrar a la habitación se sorprendió, Emma estaba bebiendo un par de copas de champagne, cuando ella llegó, se bañó hizo su rutina de hidratación a la piel, se quito el maquillaje, lo poco que tenía, se puso la pequeña lencería, y como no llegar Osvaldo y los nervios le estaban haciendo estragos, prefería tomar un poco de champaña, ella no es de tomar ninguna gota de alcohol, pero no podía negar que estaba nerviosa y tal vez esto se los quitaba un poco.
Él al entrar, su cuerpo se desconectó de su cerebro, la vio sentada en un sillón con las piernas cruzadas, bebiendo una copa de champán, fue la imagen más sexy y deseosa que había visto en su vida, unas piernas largas bien firmadas, la bata que tenía estaba semi abierta, que dejaba ver, la diminuta ropa interior de encaje que tenía puesta, su hermosa cabellera que caiga en cascada sobre sus hombros haciendo unas hermosas ondas, ya no solo su cuerpo y su cerebro se desconectó también algo entre sus piernas tenía vida propia.
Lencería de Emma
Emma al verlo se asustó un poco, no lo había sentido, ni se había percatado que había entrado, pero lo que más la asustó, es ver sus ojos verdes, inyectados de lujuria y de deseo.
Mientras ella lo miraba, Osvaldo también se fijó en su mirada y pudo notar que en sus ojos había duda, sorpresa, pero no había nada de deseo ni de pasión en ellos.
Esto lo regresó a la realidad y comenzó a repetir como mantra, solo es para quitar el estrés, solo para quitar el estrés, solo para quitar el estrés.