El Dolor De Una Partida

A la mañana siguiente Adhara y Alejandro llegaron a la funeraria donde sería velado por unas horas el cuerpo de Don José, porque su peticion en vida fue que lo cremaran y que sus cenizas fueran esparcidas en el mismo lago donde había conocido a su amada esposa y donde también fueron esparcidas sus cenizas, pues quería reunirse con ella después de la muerte.

En el lugar había muchísima gente, entre amigos, trabajadores y reporteros. Al bajar del auto, Alejandro sostiene firmemente la mano de Adhara haciendola sentir que no esta sola, por lo que Adhara le da un leve apretón en forma de gracias.

Ni bien habían entrado a la sala cuando una mujer que llevaba un vestido negro ajustado que dejaba ver sus curvas, de cabello oscuro, tacones altos y labios rojos, se acercó rápidamente a ellos y abrazo a Alejandro muy cariñosamente.

-Lo siento mucho cariño! Le dijo la mujer a Alejandro, Adhara por su parte soltó inmediatamente la mano de Alejandro y siguió su camino, pues la mujer no se dirigió a ella en ningún momento y lo último que quería era un show de mujer celosa en el funeral de su padre.

Adhara se acercó al ataúd de su padre con lágrimas en sus ojos, mirándolo por última vez, hasta donde llegaron muchas personas a darle el pésame, entre ellos algunos hombres que no disimulaban el morbo al mirar a la bella joven, por supuesto que Alejandro lo notaba, razón por la cual permaneció cerca de la joven a pesar de que esa otra mujer se le había pegado como garrapata.

-Adhara por favor tome un poco de agua y siéntese por un momento, hace mucho está ahí de pie- le dijo Alejandro.

-creo que usted debería estar más atento a su novia y no a mí, porque lo que menos quiero es una escena de celos- le dijo Adhara a Alejandro, luego de esto se dirigió a un asiento y bebió el vaso con agua que Alejandro la había entregado, el joven permaneció en silencio preguntándose "acaso ella pensaba que él tenía algo con aquella mujer"

Silvia Smith era una joven de 24 años, hija del segundo hombre más rico de la ciudad, que siempre fue la competencia en los negocios el señor Rivero, Aunque ellos tenían una relación cordial, para nadie era un secreto que Rafael Smith quería ser el número uno, por lo que entreno desde niña a su hija para que fuera igual de fuerte en los negocios que él, incluso usaba la belleza de su hija para concretar negocios difíciles. Silvia era ambiciosa competitiva y bastante caprichosa, no sentía respeto por los demás que no fueran de su clase.

mediante fueron pasando las horas, las personas se iban marchando, no quedaba mucho personal, Silvia se acercó a Alejandro para despedirse dándole un gran beso en su mejilla.

-Nos vemos mañana querido.

-Chao Silvia, muchas gracias por venir.

-De nada cariño, sabes lo importante que eres para mí- luego de esas palabras Silvia se marchó.

-Adhara ya llego el momento de llevar el cuerpo de su padre al crematorio- la joven se levantó y miró el rostro de su padre por última vez, lo que fue muy duro para ella.

Tiempo después le entregaron a Adhara un pequeño cofre que contenía las cenizas de su padre, el cual ella sostuvo con fuerza durante todo el camino de regreso a la mansión, al llegar Adhara coloco el cofre con mucho cuidado sobre una mesita y se dirigió a Alejandro.

-joven muchas gracias por todo, no le quito más su tiempo, ya puede volver a su vida yo estaré bien- al terminar estas palabras dio media vuelta y empezó a subir las escaleras, cuando de un momento a otro su cuerpo colapso y sufrió un desmayo, estando a punto de caer los brazos de Alejandro la sujetaron y la llevo hasta su habitación.

-Joven, la señorita está bien, el desmayo fue por agotamiento debido a toda la carga emocional de los últimos días, con el medicamento que le aplique dormirá por unas horas.

-Muchas gracias doctor, lo acompañó a la salida.

-por favor este pendiente de la señorita, saldré por un momento y cualquier cosa me informa, este es mi número- dijo Alejandro a la empleada.

- Como usted diga joven- Alejandro fue hasta su casa, se metió a la ducha y se recostó en su cama envuelto en una toalla en su cintura, por el cansancio se quedó dormido casi al instante.

Horas más tarde el sonido de celular lo despertó.

-Bueno!

-joven, le hablo desde la mansión Rivero, es que la joven está encerrada en su habitación y no responde a mis llamados.

-Voy inmediatamente- Alejandro salió a toda velocidad, al llegar a la casa se dirigió directamente a la habitación de Adhara abriendo la puerta de un golpe, pero no vio a nadie solo escucho la regadera abierta y sin pensarlo entro al baño. Alejandro quedó paralizado frente a lo que sus ojos observaban. La joven estaba tomando un refrescante baño, su cuerpo completamente desnudo, sus curvas perfectamente diseñadas, sus senos de muy buen tamaño redondos, rosados y apetitosos, su cabello mojado llegaba hasta donde comenzaba su esculpido trasero el cual era del tamaño y la forma perfecta que lo invitaba a la locura.

-¡Sal de aquí, pervertido!- Grito Adhara con todas sus fuerzas, sacando a Alejandro de su parálisis corporal, quien salió casi corriendo.

Tiempo después Adhara bajo, encontrando a Alejandro sentado en la sala por lo que llamó a su empleada y a los dos les dijo...

-No me voy a suicidar, no soy de mente tan débil para hacer algo como eso, así que sea la primera y última vez que alguien entra de esa manera a mi habitación.

-si señorita, disculpe- dijo la empleada para luego retirarse.

- Y usted joven, ¿se divirtió mirando lo que no debía? ¿No le dije que podía volver a su vida normal? ¿Qué hace de nuevo aquí? - pregunto Adhara a Alejandro entre cerrando los ojos.

...-Creo que llegó la hora de presentarme! Mucho gusto soy Alejandro Miller, su esposo

Alejandro ...

Silvia

Jose Rivero

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Príncipes y princesas, esta es mi primera novela, espero les guste, no olviden dejar sus comentarios de que les parece, agradezco el apoyo. Besos a millón.

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