Renací Para Formar Mí Harén

Elizabeth aprovecha el dinero que el duque le ha dado y sale junto a Nina y unos guardias de compras. Compra algunos vestidos, sombreros y guantes medianamente pasables. Pero su objetivo principal es buscar tiendas en venta o terrenos en lugares óptimos.

Justo encuentra un local con un enorme cartel de "se vende" por lo que decide entrar, deja que Nina espere fuera cuidando las cosas y ella entra junto a un guardia de confianza.

Al entrar al lugar nota de inmediato que había tenido tiempos mejores, pero con un poco de esfuerzo y dinero, se vería estupendamente. El lugar era de dos pisos, contaba con un pequeño escenario en un costado y algunas mesas y sillas desvencijadas.

El dueño del lugar se acercó algo dudoso hacia la joven, podía notar que se trataba de una noble por como vestía y el guardia que la escudaba.

-Buenos días, señorita ¿puedo hacer algo por usted? - preguntó un poco nervioso al ver el porte y mirada de aquella chica

-Buenos días, señor - saludo ella - he venido por el anuncio de venta de este local

-¡Oh! - se alegró de inmediato el dueño del local - ¿a su padre o hermano les interesa comprar?

-No, es a mí a quien le interesa comprar - respondió con seriedad Elizabeth, desencajando al dueño

-Disculpe señorita, no quiero faltarle el respeto, pero yo solo hago negocios con hombres, y además está usted muy joven para saber algo de negocios - se negó el dueño rotundamente, y ninguna palabra de Elizabeth lo hacía cambiar de opinión.

Salió de allí furiosa, como deseaba poder decirle unas cuantas cositas, pero sabía que en aquella época sería muy mal visto. Además, el machismo era el pan de cada día, por lo que le llevaría cierto tiempo cambiar aquello.

Salió tan furiosa de allí que se adelantó demasiado a los guardias, encontrándose con una escena desagradable ante la vista de cualquiera, bueno no, de cualquiera no, ya que la mayoría junto a ella pasaban de largo haciendo la vista gorda.

En un callejón, a simple vista, había tres hombres tratando de forzar a una joven que lloraba y pedía ayuda, ellos para callarla la golpeaban sin medirse siquiera. Aquella grotesca escena terminó de sacar de quicio a Elizabeth, que sin pensarlo dos veces corrió hacia ellos chocando con algunos transeúntes.

Llegó tan rápido que ninguno de los maleantes la noto de inmediato, y ella aprovechó eso para golpear a uno con un puño en su garganta, a otro le dio una patada con todas sus fuerzas en sus partes, pero el tercero se le adelantó y la golpeó en la cara de lleno, dejándole el oído con un fuerte zumbido. Iba a propinarle un derechazo cuando la chica que estaba ayudando la defendió, dándole una patada en sus partes.

Elizabeth tomó a la joven de la mano y fue hacia sus guardias, que al verla llegar con una mano marcada en el rostro y en las pintas que ambas chicas llegaban, se imaginaron lo peor y sin preguntar mucho, la escoltaron entre varios, rodeándolas en un círculo.

-¿dónde? - preguntó el guardia que la había acompañado al local ratos antes, se le podía ver la furia en la mirada y los puños blancos de tanto apretarlos.

-En el callejón de ahí, son tres - señaló Elizabeth agradecida

Rápidamente, las llevaron al ducado a ambas jovencitas, y al poco de llegar ellas, también llegó el guardia que se había quedado, pero volvía con los puños ensangrentados y con manchas de sangre en su ropa, pero no había indicios de que él estuviera lastimado. Le sonrió a su señorita para tranquilizarla.

-No volverán a molestar a nadie señorita - dijo tan solo, antes de marcharse a lavarse y cambiarse de ropa.

Elizabeth guió a la joven hasta su cuarto para mayor privacidad, pidiéndole a Nina que preparara la tina para que se pudiera lavar, cuando ambas se quedaron solas en la habitación, la joven rompió en llanto.

-Tranquila, ya estás a salvó - la consolaba Elizabeth abrazandola suavemente

-Muchas gracias, de verdad... Muchas gracias - agradecía una y otra vez aquella muchacha entre sollozos - de no haber sido por usted... - volvió a llorar más fuerte

-No pienses en eso, ahora estás bien - la tranquilizaba Elizabeth entendiendo el sentimiento - mejor dime, ¿cómo te llamas? - quiso cambiar de tema suavemente para que la chica se distrajera un poco

-Me… me llamo Harriet, Harriet Miller - se presentó entre moqueos ella

-Un gusto conocerte Harriet, yo soy Elizabeth Wilson - la saludó amablemente Elizabeth

La distrajo un poco con distintos temas de conversación, tenía que calmar a la jóven para saber a ciencia cierta quien era ella y como había llegado a esa situación, ya que se veía a leguas que era una joven noble y ellas por lo general no salen sin sus guardias y damas de compañía.

Pronto llega Nina anunciando que el agua ya está lista, por lo que lleva a Harriet para bañarse. Mientras tanto, ella aprovecha y busca algo de ropa para ella, y manda a pedir que le lleven algo de comer para dos y sustancioso.

Se había quedado pensando en todo aquello y lo horrible de aquella época... El maltrato indiscriminado hacia las mujeres, no tenían a nadie que las defendiera en situaciones así, y si ellas estaban apartadas de sus familiares, prácticamente estaban regaladas al mundo, dónde nadie las trata con decencia. Pasara lo que pasará, ella no haría la vista gorda a cosas así como los demás, ella trataría de hacer algo al respecto por todas aquellas jóvenes y no tan jóvenes que aún sufrían en abandono.

Harriet Miller