Irma y Maribel dos hermana que llevan seis años sin verse.
Ambas con una vida distinta. Irma es la modeló y diseñadora estrella de una empresa de modas.
Maribel es alguien que trata de sacar a flote la empresa de su madre.
El novio de Irma le rompe el corazón. En un principio ella piensa en alejarse de él pero después de viajar a París para reunirse con su madre se le ocurre una idea.
Una idea que incluye a su hermana gemela.
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No sigas gastando lágrimas
Al día siguiente vimos a mi madre. Ella se puso muy feliz cuando Irma entró a la habitación.
— Irma. Mi amor, mi princesa. Estás hermosa. — La abrazó muy contenta, me sentí un poco celosa. Pero no la ha visto en mucho tiempo. Dejaré que la consienta.
— Gracias mamá. Usted también se ve hermosa. — Al menos con mi madre si es amable.
— Mis dos princesas. Me da mucha felicidad tenerlas a las dos. — Ahora también a mí me abrazó.
— Madre, ¿porque no me dijiste de tu enfermedad?. — Ahora si parecía una pregunta y no un reproche. Debió preguntarmelo así.
— No quería preocuparte.
— Mamá por favor no me ocultes cosas. La amo, lamento mucho mi ausencia, pero el trabajo...
— No te disculpes cariño. El doctor me prohibió viajar. Promete que vendrás de vez en cuando.
— Te lo prometo. — Me daba gusto ver a madre feliz. Así es cómo quisiera verla siempre.
...Días después....
— ¿Entonces sigues soltera?. — Preguntó Irma con burla.
— Maribel no está interesada en los muchachos. — Mi madre cómo siempre dando información que no debe.
— Eso es muy extraño, no recuerdo que alguna vez le haya gustado un chico en la secundaria. — Si me gustó pero no te enteraste.
— Creó que mi hermana es lesbiana. — Jajaja, ¿Yo?, ¿lesbiana? El hecho de que estoy ocupadisima y no tengo tiempo ni para salir no significa que no me gusten los hombres.
— ¿Lo eres?. — Irma levantó una ceja mientras me miraba con curiosidad.
*Mejor no la sacó de su ignorancia.*
— Saben ya no quiero ocultarlo, quiero salir del closet, soy lesbiana. Me gustan las mujeres. Mamá esperó que no tengas prejuicios respecto a mis gustos.
A mí hermana y a mi madre se les cayeron los tenedores de las mano.
— ¿De verdad lo eres?. — Irma no dejaba de verme.
— Maribel sólo está bromeando. — Mi madre no sé lo creía. O tal vez no lo quería creer. Me conoce muy bien, estoy segura de que no creyó mi mentira.
— Madre me iré mañana, tengo miedo de estar cerca de mi hermana. ¿Que tal si se enamora de mí?.
— No seas payasa, no me voy a enamorar de ti, somos hermanas y para colmo gemelas. — Si no fuera mi gemela le diría que es muy fea.
Irma recibió un mensaje y su cara palideció más que cuándo le solté que soy lesbiana.
— ¿Qué pasá?. — Pregunté preocupada. Sentí que estaba mal.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y apretó su teléfono con tanta fuerza que pensé lo rompería.
— Hija, ¿que te pasa?. — Mi madre la miró con preocupación.
— Necesito estar sola. — Entró a su recámara y yo me quedé preocupada. ¿De quién era el mensaje?, ¿porque reaccionó así.
Toqué la puerta de su habitación.
— Mamá estoy bien, sólo necesito descansar.
— Soy Maribel.
— No necesito que te burles de mí, vete por favor.
Entré a la habitación.
— Dame el celular. — Era una orden, no una petición.
— No te metas en mi vida. — Me miró enojada.
— Te dije que me des el celular. — Se lo arrebaté de las manos y ví una foto de un chico y una chica teniendo intimidad. Lo que más me indignó fue el mensaje.
"Danilo lo hace delicioso. Entiendo porqué te duele perderlo. Sorry, está delicia sólo será para mí, 🤣🤣🤣."
— ¿Estás llorando por esté idiota? . — Pregunté incrédula.
— Claro que no. Estoy llorando por la chica. — Su sarcasmo era más que obvio.
— Esté imbécil no merece tus lágrimas.
— Habemos personas que sí tenemos sentimientos.
— También tengo sentimientos.
— Aparté de mamá no quieres a nadie. Ni siquiera a mi.
*Sí te quiero*. Lo dije mentalmente, no sé porqué no puedo hacerlo en voz alta.
— Déjame sola.
— No sigas gastando lágrimas en alguien que no lo vale. — Salí de la habitación y cerré la puerta. Tal vez debí responderle ese mensajes con algo muy malo. Pero cómo bien lo dijo ella. Es su vida. No la mía.