Cuatro Estaciones Para Nuestro Amor

El lunes llegó y con ello las responsabilidades de todos los días, solo que está vez había algo diferente, está sería una semana decisiva en la vida de Sara.

Ella tomó un baño, su desayuno y se alistó para la escuela, no es que tuviera mucho de dónde escoger, así que tomo un pantalón negro, una blusa blanca y un saco color amarillo que combino con unos zapatos de medio tacón, ato una liga a su cabello y como de costumbre solo puso un poco de brillo a sus labios, salió con rumbo a la escuela y pensando en pasar por la tarde a aquel lugar donde había dejado sus libros para ver si alguien los había guardado, con estos pensamientos tomo el bus y llegó a la escuela, en la entrada la esperaba Maggi, la única amiga que había hecho en toda su vida, ella era muy diferente a Sara, para ella la vida era alegre vivía acompañada de sus padres y hermanos, su situación económica no era tan difícil además de ser sociable en exceso.

_ Sara! cómo estás amiga? Que tal tu fin de semana? Ni me digas, seguro te la pasaste esclavizada al trabajo ese mierda con tu jefe horrible y gritón! No sé cuando vas a dejarlo, es increíble que con tu capacidad estés aguantando a ese tipo! además por la miseria que te pa....

_ Maggi, respira! Si no me dejas responder siquiera una pregunta, como nos vamos a comunicar? Sara sonrió y Maggi se tranquilizó, era bastante común que Sara tuviera que detenerla para poder hablar.

_ Estuve bien aunque he perdido mis libros, podría usar los tuyos durante la clase?

_ Que paso que? No, eso es imposible, tú eres la persona más cuidadosa del mundo, sobre todo con tus cosas de la escuela, no te creo, dime dónde están tus libros, decía Maggi mientras le buscaba en la bolsa. De repente noto la venda en su mano y se escandalizó.

_ Sara! Que te pasó? quién se atrevió a lastimarte? Dime, qué en este momento lo busco y lo mató?

_ No es nada, fue un accidente, pero si no te calmas no te contaré nada! Dijo Sara mientras caminaba tranquilamente por el pasillo.

Maggi curiosa, no tuvo más remedio que calmarse y escuchar tranquila el relato de su amiga, sabía que si se atrevía a interrumpir, podría perderse el resto de la historia.

Al terminar Sara, Maggi tenía cara de enamorada, con las manos sobre las mejillas y suspirando por aquel caballero que no conoció, aventando suspiros al viento.

_ No lo puedo creer amiga! Conociste al amor de tu vida, le dijo bromeando a Sara.

_ Por favor Maggi, es un desconocido, no lo volveré a ver, como dices eso? Contesto Sara sonrojada.

_ Claro que lo volverás a ver! Te apuesto lo que quieras a que el tiene tus libros!

_ Eso sí me preocupa, necesito recuperarlos, al mencionar eso, se escuchó una voz atrás de ella que la saludaba.

_ Señorita Smith, buenos días, me recuerda? Yo estaba junto al señor Douglas el pasado viernes, dijo Damián sosteniendo sus libros en la mano.