terminada
Bella es hermosa.
Bella es inteligente.
Bella es sexy.
Bella es deseada.
Bella es amada.
Bella solo tiene que creerlo.
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Capítulo 5
Bella se miro en el espejo y frunció el ceño, no estaba muy segura de quedarse con el vestido que había elegido, pero ya era tarde así que no podía cambiarse, solo esperaba que su madre no empezara a molestarla.
Era sábado por la tarde e iba a casa de sus padres a una pequeña reunión que su madre había organizado para celebrar el cumpleaños de su papá.
Bella dejó salir un suspiro, tomó el bolso, el regalo para su padre, las llaves de su auto y salió del apartamento.
Al mal paso dale prisa, pensó.
Ella amaba a su padre y por supuesto que estaba feliz de que el cumplirá un año más de vida, pero su madre exageraba con esto, no era necesario hacer una reunión en donde invitara a todos sus amigos y amigas quién disfrutaban viéndola y cotilleando sobre su apariencia. odiaba esas mujeres, pero lo que más odiaba era que su madre fuera como ellas.
Estaciono el auto luego de pasar el portón de seguridad y salió de este, camino hacia la gran puerta de la casa y tocó el timbre, segundos después la puerta fue abierta por una de las empleadas del lugar.
- Hola señorita Bella. - saludo la mujer.
- Hola Margarita. ¿ Cómo ha estado? - cuestionó Bella sonriente y luego la abrazo.
Margarita había trabajado durante quince años en esa casa, primero como su niñera y después como ama de llaves, Bella le tenía un gran cariño.
- Bien mi niña. ¿ Cómo has estado tú ? - cuestionó la mujer acariciando el cabello de Bella.
- Bein Margarita, gracias. - respondió, la mujer la vio no muy convencida Bella ysupo que no le creyó, Margarita siempre sabía cuándo algo malo le pasaba, pero no dijo nada y sonrió.
- El señor y la señora están en el jardín, junto con los otros invitados. - informo la mujer.
Bella asintió - Gracias Margarita. - dijo y camino hacia el jardín, antes de cruzar el umbral de la puerta que daba al jardín inhalo y exhalo, luego colocó su sonrisa más falsa y camino hacia los invitados.
- Buenas tardes. - hablo y todos voltearon a verla.
- Buenas tardes
- respondieron todos en coro.
- ¡Hola cariño. - hablo su madre y se acercó a ella.
Melisa Anderson, su madre que a pesar de tener 48 años parecía 10 años menor, en su juventud su madre fue modelo, así que siempre se ha destacado por mantener una figura delgada y esbelta muy el contrario a ella que desde niña fue regordeta. Aún le daba escalofríos al recordar como a sus 10 años su madre la ponía a hacer dietas estrictas, en donde solo bebía agua y batidos naturales en todo el día por, supuesto esto lo hacía a escondidas de su padre quién se encontraba en ese entonces viajando por negocios. La única que le ayudaba a pasar esos días y poder comer algo distinto era Margarita quién ha escondida de su jefa le llevaba comida por las noches. Su madre no lo hacía por ser mala con ella, solo creía que la razón por la que Bella no bajaba de peso era porque comía demasiado, pero afortunadamente meses después le descubrieron el hipotiroidismo. Recordo con tristeza que cuando su padre descubrió lo que su madre hacía estuvieron apunto de divorciarse. En fin su madre era una mujer muy linda, era delgada y esbelta su color de piel y cabello rojo lo había heredado de ella, sus ojos negros tambien, y la verdad era lo único en lo que se parecían a su madre, pues según palabras de su padre el resto de ella era idéntica a su abuela materna.
- Hola mamá. ¿ Cómo estás? - saludo. - Papá. - dijo mirando al hombre, se acerco a él, y le extendió su regalo. - espero que te guste, ¡ feliz cumpleaños! - dijo y lo abrazo efusivamente. - Te amo. - susurro.
- Y yo a ti mi pequeña. - dijo acariciando su cabello. - ¿Cómo has estado mi niña? - - le cuestiono al romper el abrazo.
- Muy bien papá, ¿y tú, como te has sentido? - cuestionó Bella sonriendo, su padre la miro unos instantes no muy convencido de la respuesta de Bella, él la conocía y aunque Bella sonreía esa sonrisa no le llegaba a su ojos. Bella desvío la mirada, su padre era otra persona a la que no podía engañar. Arthur Anderson nada se le escapaba
- Yo estoy bien hija, un poco cansado, pero ya sabes, achaques de la edad.
Su padre era un hombre de 59 años, de tez clara, cabello antes rubio, ahora totalmente blanco, sus ojos eran de color café, era alto 1.80, su rostro estaba adornado por arrugas. Se veía un poco cansado, no entendía porque su madre hacia estas reuniones, ella sabía que su padre no debía esforzarse tanto. hacia un año había sufrido de una isquemia cerebral, había estado bastante grave, pero gracias a Dios sobrevivo, aunque su movilidad quedó bastante afectada, con terapias ha logrado recuperar bastante, pero aún así debía cuidar de no hacer tantos esfuerzo.
- ¿ Y dónde está Lincon hija? ¿ Por qué no vino contigo? - cuestionó su madre. Bella miro a su padre que también esperaba la respuesta.
- Terminamos. - respondió ella evitando la mirada de su madre.
- ¿ Pero por qué? ¿Qué hiciste ahora Bella? - le cuestiono Melisa, Bella la miro molesta.
- ¿ Y por qué supones que yo hice algo malo? - pregunto irritada
- Bueno no sé, él era encantador y tú siempre has sido un poco descuidada. - respondió su madre.
- Claro, siempre es mi culpa. - musito Bella.
- Melisa. - hablo su padre mirando a la mujer. - No saques conclusiones a la ligera. - comento el hombre severamente. - ¿ Estás bien cariño? - cuestiono el hombre mirando a la chica con auténtica preocupación en sus ojos.
- Sí papi estoy bien. - respondió y sonrío.
- Entonces yo estoy bien. - respondió el hombre ella sonrío con amor, por eso amaba a su padre, el la comprendía. Miro a su madre, quién rodó los ojos y se marchó del lado de ellos. - ¿Y cuéntame cariño Cómo va la agencia? - pregunto su papá.
- ¡Ah pues papá va genial Te cuento hace poco cerramos un trato con una empresa de...... - comenzó a contarle sobre las novedades de su empresa, su padre la escuchaba atentamente.
Varios minutos después llegó la última persona a quien ella quisiera ver.
- ¡Hola a todos! - exclamó.
- Tiffany querida, que bueno que pudiste venir. - exclamó Melisa acercándose a la chica y abrazándola.
- Te dije tía que iba a ser lo posible por venir, jamás me perdería el cumpleaños de mi tío favorito. - dijo la chica, rompió el abrazo con su tía, sonrió y miro a Bella junto a su padre, luego camino hacia ellos.
- Hola tío. - saludo. - !Feliz cumple, ten toma tu regalo, te lo compre con todo el amor del mundo! - dijo dándole un abrazo.
- Gracias Tiffany. - comento el hombre.
- Hola prima querida, ¿ cómo has estado? - cuestionó.
- Bien. - respondió Bella.
- Tiffany, ¿Y dónde esta ese chico con el que estabas saliendo? ¿Cómo era que se llamaba? - cuestionó Melisa al lado de esta.
- Richard, pero no tía, ya no salgo con él. - respondió.
- ¿En serio y que paso cariño que te hizo? - cuestionó la mujer, Bella rodó los ojos. ¿De verdad? A ella la culpo por haber terminado con Lincon.
- No me hizo nada tía, es solo que no era lo suficiente bueno para mí. - respondió está echándose el cabello hacia un lado.
- Okay, ¿Y ya sabes que Bella termino con Lincon? - cuestionó la mujer.
- ¡No! ¡De verdad prima ! No sabes cuánto lo siento. - exclamo sorprendida,Bella quería matarla, ¿Como alguien podía ser tan hipócrita? - ¿Y por qué terminaron? ¿Qué paso? - cuestionó.
- Si cariño, dime, ¿Qué paso? - cuestionó su madre, Bella desvío la mirada, su padre se había alejado un poco, ahora hablaba con un viejo amigo.
- Lo encontré en su apartamento revolcándose con una zorra. - dijo, su madre ahogo un grito mientras que Tiffany la miro enojada.
- ! Qué horror! - exclamó su madre. - ¿Quién lo diría, tan decente que parecía! - comento. - Aunque hija tienes que admitir que tal vez tú tengas la culpa un poco.
- ¿Disculpa? - dijo mirando a su madre indignada. -
- Sí cariño, si bajaras un poco más de peso tal vez... -
- No digas nada más - la interrumpió Bella. - Es increíble, yo no estoy así porque quiero y lo sabes, además eso no justifica una infidelidad. - refutó Bella queriendo aguantar las lágrimas. ¿Cómo era posible que su madre aún le hablara así?
- Tía, no digas esas cosas, Bella tiene razón, una infidelidad no tiene escusas, no te preocupes Bella, yo sé que vas a encontrar un buen tipo que te ame tal cual como eres. - dijo y sonrió.
- Tienes razón Tiffany, lo siento cariño, mi comentario estuvo fuera de lugar, discúlpame hija.
Bella asintió.
- Y Tiffany tu tan linda como siempre. - alago la mujer a su sobrina.
Bella no aguantaba más, quería decirle a su madre que esa maldita no era más que una hipócrita, pero no quería armar un escándalo en la fiesta de su padre, así que respiró hondo.
- Sí mamá Tiffany siempre tan linda y buena - comento mirando a la aludida quien sonreia cómo la mosquita muerta que era.
............
Horas después Bella llego a su edificio cansada, estaciono el auto y bajo de este, tomo el ascensor y justo cuando las puertas de este se iban a cerrar alguien interpuso su mano, Bella levanto la mirada de su celular y vio a su vecino.
- Buenas noches. - saludo este entrando al lugar
- H.. Hola. - respondió ella.
El hombre hundió el botón que llevaba a su piso, miro a Bella y sonrió.
- ¿Cómo has estado? - le pregunto.
- Bien. - respondió esta.
- ¿Has seguido mis indicaciones? - cuestionó, Bella lo miro sin comprender. - Chocolate, helado. - le recordó. Bella abrió la boca comprendiendo.
- No. - respondió. El la miro con reproches - Pero hoy comí algo de pastel. - recordó.
- Muy bien. - dijo Robert. - Se que te cuidas para no sobri más de peso y eso está bien, pero no debes de exagerar, necesitamos un equilibrio en lo que comemos, ni mucho, ni poco. - explicó y Bella asintió.
El ascensor abrió sus puertas y Rober se hizo aún lado. - Adelante. - dijo.
- Gracias. - musito ella y salió del lugar, luego la siguió. Bella estaba enfrente de su apartamento cuando el paso por su lado.
- Doctor. - lo llamo.
El se detuvo y la miro. - Llámame Robert. - comento, ella asintió.
- Robert, gracias por lo que hizo. - comento, Ariana le había contado todo y ella no había tenido la delicadeza de agradecerle.
- No hay nada que agradecer. - dijo y sonrió. - Si necesitas algo, no se, hablar con alguien, soy bueno escuchando.
Bella sonrió y asintió.
- Lo tendré en cuenta. - dijo mirándolo a los ojos.
- Buenas noches, Bella.
- Buenas noches Robert.
Bella dió la vuelta, abrió la puerta y entro a su apartamento, pero se dió cuenta que aún sonreía.
Robert camino los paso hacia la puerta de su hogar, la abrió y entro.
- Espero que no haya interpretado mal mis palabras, aunque su sonrisa fue sincera, por cierto, tiene una linda sonrisa.