Fiorella es una adolecente italiana de 17 años, qué es víctima de la trata de blancas, ella es raptada de Italia y llevada a Rusia, pará ser prostituida, en un club con atención sexual a hombres ricos, mafiosos, policías corruptos y empresarios poderosos.
Esté club nocturno pertenece a Vladimir Kuznetsov, un hombre despreciable que sé dedica a raptar y prostituir a mujeres, pero en particular a muchachas jóvenes.
Y es en ése lugar dónde ella conocerá a Burian, un mafioso ruso, qué al verla queda enloquecido por ella.
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CAPÍTULO 5
TÍTULO: BESTIA SIN SENTIMIENTOS.
BURIAN--- baila para mí, y mientras lo haces quítate la ropa.--- ordenó acostándome en la cama.
FIORELLA--- ¿ qué ?
BURIAN--- qué bailes pará mí, y quítate la ropa mientras lo haces.
FIORELLA.
Al estar dentro de la habitación el tipo sé acostó en la cama y me pidió qué bailará y me desnudara.
¿Qué? pregunté horrorizada, y mí rostro ardía, juraría qué me puse roja, pero no soy yo quien debería tener vergüenza, ése debería ser él, no comprendo cómo no siente vergüenza, maldito viejo verde.
Pero al ver su rostro sereno cambiar por uno molesto la segunda vez qué me repitió la misma frase, comencé a bailar,
Baile lo más sensual qué pude, novia mis caderas lentamente mientras quitaba la ropa qué cubría mí parte superior, y dando los últimos movimientos quité la parte inferior de la ropa qué me quedaba.
Al estar sólo en ropa interior me quedé parada, mí cuerpo sé paralizó por completo, las tiras qué tenía puestas no cubrían nada, estaba prácticamente desnuda, y el no dejaba de mirarme cómo sí quisiera devorarme.
BURIAN--- ven aquí.
Al escuchar esas dos palabras me asusté aún más, y si mí cuerpo no se movía ahora mucho menos.
BURIAN.
Estoy con la italiana en la habitación, antes de comenzar, quiero jugar un poco, le digo qué baile y quité su ropa, pero ella parece no entender lo qué quiero, y me encabrono, ella lo notó y comenzó a bailar, su delgaldo cuerpo fue quedando desnudo, las tiras de la lencería adornaban su figura excitandome.
Sentí una gran molestia en mi pentatlón, la erección qué tenía me causaba cierto dolor, ya estaba demasiado erecto.
Le dije qué viniera a la cama, pero desobedeció mi orden logrando enojarme, tenía pensado contener mi impulso animal, pero qué mierda, ya me sacó de quicio.
Me levanté y fui hacia ella, la tomé del brazo y la arrojé a la cama, me tiré sobre ella, su lencería dejaba todo su cuerpo a mi disposición y tomé lo qué había pagado.
Con mi pierna ejerci presión entré las de ella y quedé en medio\, quité el pantalón y el bóxer qué me estorbaban y al tener el m*****o libre la embesti.
FIORELLA--- duele, duele, suéltame maldito asqueroso.
Suéltame, suéltame, suéltame.
BURIAN--- pagué por ti\, eres mía.--- dije y sostuve sus brazos y le di una embestida más\, era un poco difícil\, no lograba entrar por completo\, su intimidad quedaba muy ajustada\, ella siguió gritando e insultándome\, pero no me detuve\, luego de varias embestidas su interior se ajustó a mi tamaño\, mis fuertes rugidos sonaban uno tras otro\, su intimidad apretaba mí m*****o\, incrementando la excitación de mi cuerpo\, el cuál sé movía involuntariamente con más rapidez\, ( lo estaba gozando)\, mis caderas chocaban con su cuerpo\, todo mi ser comenzó a dar espasmo\, estaba por llegar al límite\, coloqué mí rostro en su cuello\, dejé varios besos y bajé a sus pechos\, introduje uno de ellos en mi boca y lo mordí\, logrando que diera un gemido agitado\, ella intentó cerrar las piernas\, pero lo único qué logró fue volverme aún más loco.
Mírame a los ojos.--- dije y giro dejándome ver sus ojos hinchados y húmedos por las lágrimas qué caían de ellos.
Di las últimas embestidas y llegué, mí pecho latía con fuerza, casi no podía respirar, abandoné su cuerpo y caí a su lado, la italiana cerró las piernas y sé colocó en posición fetal, ignoré su comportamiento, pero me jodio cómo la madre.
¿Quién mierda cree que es?
Ella no tiene derecho a rechazarme, pagué por ella, sólo tomé lo qué me pertenecía.
Me acosté de costado y me cubrí con las sábanas de ceda.
Duerme un rato, pienso seguir, pagué $ un cuarto de millón por ti, tienes qué complacerme--- dije y sólo escuche un profundo silencio.
oh ustedes de verdad piensan que un hombre puede aguantar 4 rauon en una noche.
tomando la pastillita azul...
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