¿Qué pasa cuando un personaje de novela antigua transmigra al mundo moderno? Esta es la divertida historia de una villana adaptándose al progreso. Es como invitar un neandertal a casa
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La chica del espejo
Rosa observaba a su hija desconcertada. Allí sobre la cama estaba sentada. Ella como madre tenía una sensación rara. Estaba feliz porque a pesar del horror que debió vivir en ese infierno allá abajo, sepultada bajo toneladas de escombros, Dios se la había devuelto viva. No obstante, no sabía cómo explicarlo, pero tenía la convicción de que de alguna manera su pequeño tesoro era diferente, como si ya no fuera ella misma.
Su Dalia, o había perdido la memoria, o se había vuelto definitivamente loca. Había tomado el control remoto, diciéndole que le explicara cómo funcionaba esa barita mágica. Luego cuando ya sabía dominar los botones, empezó a cambiar canales como una posesa. Decía las cosas más inverosímiles como por ejemplo: ¿cómo hacía la gente pequeña para entrar en el cuadro? Quería revisar el cuadro mágico para ver si ella también podía entrar con ellos allí. La madre no sabía qué pensar. No obstante lo que más desconcertó a Rosa fue que su hija fijó un canal donde daban una película de época, en francés sin subtítulos y la chica se quedó viéndola como si el mundo dependiera de ello.
- ¿Hija no quieres ver otra cosa? Esa película está en otro idioma y no trae subtítulos. No vas a entender nada.
- ¿Por qué, si esas personas hablan correctamente? Señora maga le agradezco que me enseñara a usar la varita mágica, pero ahora quiero estar sola, por favor puede retirarse.
Rosa se quedó petrificada. ¿Esta hija suya hablaba en serio? Se había quedado callada, analizando qué era lo mejor para responderle, pero cuando fue a decirle algo en respuesta se encontró a su hija inmersa en la trama de la película. Era como si de verdad estuviera entendiendo lo que allí se decía y lo peor, Dalia se había olvidado de su presencia. Le dolía ver a su niña actuando de esta forma tan rara.
Su Dalia siempre había sido una chica dulce y atenta. Era muy estudiosa. Ese año se graduaba en la Universidad de Arquitectura. Cuando ocurrió el desastre estaba trabajaba en el edificio realizando la pasantía. Estaba feliz, porque había sido aceptada en esa compañía. Su preciosa hija hablaba de un apartamento que había rentado por un año entero a partir del mes próximo, con el dinero ahorrado de las mesadas que su padre le había dado por años y que ella nunca quiso tocar hasta ahora. Ella y una amiga iban a buscar trabajos de medio tiempo en las vacaciones cortas, antes de graduarse. Y ahora todo era un caos.
Rosa sacudió su cabeza no, no podía dejarse abatir por pensamientos negativos. Su niña se iba a poner bien. Dalia estaba concentrada en la trama histórica. Ella no se atrevía a interrumpirla, por lo que permaneció en silencio. Media hora después acabó la película y Dalia comentó:
- Esa gente se parece a la mía. Ese Reino de La Galia no lo conozco. Ningún instructor lo mencionó, pero tengo que decirle a mi padre que debe tener cuidado con esa gente y a Rafael no voy a dejarlo acercarse a esas mujeres, son chicas atrevidas. ¿Señora maga cuándo me puedo ir a mi casa? Seguro que todos están preocupados... - La chica de pronto empezó a llorar se había acordado que ella ahora estaba muerta y cayó en la cuenta de que no iba a volver a ver a sus seres queridos.
- ¿Dalia cariño qué te pasa cuéntale a mamá?
- No aléjese. No me toque.- Rosa se sorprendió por la reacción de su hija. Se había alejado lo más que el suero le permitió de ella y se abrazaba las rodillas y la miraba con la cara bañada en lágrimas.
- Está bien cariño, no me acerco mira voy a quedarme aquí. - El silencio cayó como una lápida pesada en la habitación. Rosa tratando de entender y la joven vigilando temerosa a esa rara mujer, con aquella ropa tan extraña. La mujer volvió a hablar.
- Mira por qué no te bañas. Puede que después te sientas mejor. Ven te ayudo con el suero para que vayas sin problemas.
- ¿El suero, qué es el suero?
Rosa no podía creer esto, su preocupación aumentaba por segundos, pero sin dejar de traslucir nada explicó con calma.
- El suero es lo que tienes en la mano.
- Ah esta soga transparente y rara. ¿Si me porto bien usted me la quita?
- Yo, puedo preguntarle a la enfermera si puede hacerlo. ¿Ahora qué dices de ese baño?
- Sí me gustaría, puede preparármelo y luego me ayuda.
- Está bien, vamos entonces.
- ¿Pero ya está listo el baño? A mí me gusta el baño con pétalos de rosa y con el agua bien tibia.
Rosa para ese entonces ya no prestaba atención a los disparates de su hija. Se concentró en ayudarla a poner de pie. Mientras tocó el timbre y una enfermera se presentó al instante.
- Señorita, mi hija desea que se le retire el suero. ¿Es posible eso?
- Voy a consultarlo, enseguida vuelvo.- la enfermera salió y Rosa terminó de ayudar a parar a Dalia quien se miraba extrañada las ropas que traía puesta.
- Esta ropa es horrible señora maga. Ni los plebeyos usan algo tan pobre. ¿Puede darme otra ropa por favor?
- Ahora cuando regrese la enfermera le pedimos un juego de pijamas. La verdad tienes razón, esa bata no te favorece.
La enfermera volvió a entrar con un carrito con los implementos necesarios para retirar la introvenosa.
- Venga, siéntese aquí, voy a retirarle el suero.
La joven obediente se sentó. Estaba fascinada con las cosas que trajo la señora aquella. Todo brillaba era como el espejo pulido de bronce que su padre le había regalado el último cumpleaños, pero esto era más lindo y era plateado. Ella observaba como hipnotizada. La enfermera le cogió la mano y con habilidad retiró la bránula y desinfectó el área con el antiséptico. Recogió los desechos y se retiró con el carrito como mismo había venido. La chica permaneció callada y quieta todo ese tiempo. Estaba impresionada, pero no se atrevió a abrir la boca no fuera a hacer que le dejaran amarrada.
Se miró las manos con extrañeza. Habían sucedido tantas cosas que ella no se dio cuenta, pero ahora se miraba las manos. Estas manos no eran las suyas. Se tocó las uñas. Eran tan largas y eran rojas. Miró las manos de la maga y sus uñas eran azules y la plebeya que le quitó la soga las tenía rosadas, esto era raro, pero no preguntó porque sus uñas rojas eran las más bonitas de las tres y eso la complacía. Se concentró nuevamente en los dedos de su mano eran finos y bonitos, pero estaban cargados de anillos. Ella no tenía ninguno en su otra vida. Una sospecha empezó a florecer en su alma. Un presentimiento de que algo extraordinario le estaba pasando. Dios la había vuelto rica, los anillos bonitos como estos los tenían solo la realeza y los Obispos. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la maga.
- Vamos Dalia. Ahora te puedes bañar sin preocupaciones, te ayudo a llegar no vaya a ser que te dé un mareo. Ven. - Ella se dejó arrastrar, la maga abrió una puerta y ella se quedó desconcertada, pero dónde estaba la tina con agua. Aquella mujer no estaba bien de la cabeza.
- Señora maga con todo respeto a mí no me gusta que jueguen conmigo. Usted me ha mentido, dijo que el baño está listo y aquí ni siquiera hay agua.
- ¿Pero qué dices cariño? Mira. - Rosa fue y giró la llave y de la ducha comenzó a caer agua y Dalia abrió la boca impresionada.
- Discúlpeme señora maga usted es increíble. Tiene que enseñarme esa magia. Hace lluvia a voluntad. Esto es asombroso.- metía la mano como niña traviesa.
Rosa ya no sabía si echarse a reír o a llorar con aquellas locuras de su hija. En cambio le preguntó.
- ¿Crees que puedes bañarte sola en lo que te busco un cambio de ropa? Pero antes dime si el agua está a la temperatura que te gusta.
La muchacha se acercó rápido y puso su mano. La calidez era perfecta.
- Está bien así. Su magia es impresionante. Hace agua tibia también.
- Sí, si como no. Voy por esa ropa. Aquí tienes el jabón. Antes de irme te traigo el champú y el acondicionador, para que puedas lavarte la cabeza.- le puso la pastilla de jabón en las manos y entró a la otra habitación a buscar los productos. Dalia miraba con atención el jabón. Aquello era algo que nunca había visto. Se lo acercó a la nariz. Cómo era posible que oliera a rosas. ¿Ahora el problema estaba en para qué se usaba esa cosa? La maga regresó con tres objetos raros. La curiosidad fue más grande que su prudencia y por primera vez en su vida no le dio pena mostrar su ignorancia.
- Oiga señora maga, le agradezco los regalos, pero qué es todo esto y como se utiliza?
Rosa se quedó en shock 🫨. No, aquello tenía que ser broma. Si esto era algún tipo de amnesia, seguro que era de las más raras en el manual de medicina. Se armó de paciencia y como a una niña de cinco años le mostró cómo se abrían y cerraban los pomos, le demostró para qué y cómo utilizar el jabón. El problema fue después, no había Dios humano que sacara a la muchacha de la ducha. Para cuando logró convencerla y sacarla de la ducha, el baño estaba perdido en agua y espuma hasta el techo.
- Ah, se siente tan rico. Esto es fabuloso. Tengo que conseguir mucho de esos jabones y de lo otro. Huelo como las flores de primavera, esto es maravilloso. - Rosa con paciencia infinita, esa que solo poseen las madres le dijo:
- Ven vamos a envolverte en esta toalla y te voy a dejar sentada en la taza para que hagas tus necesidades. Aquí tienes el papel higiénico, para que te limpies cuando des del cuerpo. Lo desenrollas así, para usarlo. - hizo la mímica de una persona limpiando sus impurezas y continuó diciendo:- Botas el mismo en este cesto y aprietas este botón para que descargue la taza. Mientras yo voy a buscarte un cambio de ropa. Espérame aquí y no salgas en toalla del baño. Se buena, mamá se va a apurar ya vuelvo.
Cuando la mujer se fue, Dalia hizo todo tal y como le explicó. Aquello se convirtió en un juego para ella, descargó varias veces hasta que aburrida buscó otro entretenimiento y entonces fue que lo vio. El espejo era inmenso y en esa imagen que le devolvía estaba todo el horror de su situación 😱. Agitó la mano. Pues sí esa era ella, solo que no era ella. El rostro era el de otra persona. La chica que le devolvía la mirada a través del espejo era una desconocida.
de raros como su amiga que a pesar
de todo va por su meta de acostarse con Mario le gusta
los villanos será que ella se lo quede lo amarre?