Mi prometido, el príncipe heredero del imperio Noah era un buen candidato para mi y mi familia, no me importaba mucho el puesto de emperatriz, solo añoraba estar a su lado.
Pero, ¿Porqué ama a una mujer que no soy yo? A pesar de hacer todo por quitarla de mi camino ella persiste y cada vez noto como se alejan más de mí.
Las respuestas vinieron a mi un día que un libro dorado llegó a la mansión como un regalo para mí.
Era una novela, pero lo que les diferenciaba de las demás fue que aquellos personajes los conocía a la perfección.
Narrado desde el punto de vista de los protagonistas, yo Madeline, era la mujer que se interponía en su amor.
El obstáculo amoroso.
¿Lo que narraba este libro era el futuro? Al ponerlo a prueba pude cerciorarme, la historia era de verdad nuestras vidas.
Por eso me cercioraré que mi vida no sea en vano y comenzaré mi nuevo camino.
NovelToon tiene autorización de Pau Gallardo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
04 - Una propuesta inesperada.
Cuando las lágrimas por fin dejaron de salir, me esperé unos minutos para relajarme.
No iba a ser lindo que saliera con los ojos hinchados y rojos por haber llorado, en todo el rato Aaron no dijo absolutamente nada.
Hasta que era hora de irme, me puse de pie y caminé hacia la puerta.
El ambiente del salón era bastante incomodo y pesado, era tan denso que incluso un tercero podría sentirlo.
—Si tanto quieres casarte con la familia Barlovento, puedes enviar una carta de compromiso al ducado. —Digo resignada, era lo normal en un compromiso. —Deberías de apresurarte, mi padre debe de estar ansioso por venderme.
Una mujer que ya rompió su compromiso no servía, menos si su ex prometido era alguien de tan alto rango como el príncipe heredero.
No dije nada más, y no esperé una respuesta. Simplemente salí del salón siendo acompañada por Hugo y me fui a mi residencia.
Al llegar el duque estaba afuera, al parecer acababa de despedir a algunos invitados que tuvo en ese día. No era normal que el duque estuviera en la capital, así que los nobles aprovechaban estos días para fortalecer o entablar una mejor relación con el duque.
El duque me miró, como siempre me dirigió una mirada sin emociones.
—La carta de cancelación de compromiso ya fue enviada al palacio imperial y esta siendo revisada en este momento por el emperador. —Dijo, tendió la mano y recibí un par de hojas. Al verlos por encima pude ver que eran perfiles de presentación de varios nobles. —Te estoy dando la libertad de que decidas tu nuevo compañero, toma el tiempo que desees.
No me dijo más y comenzó su camino hacia dentro de la mansión, las criadas llegaron a atenderme y me quitaron las hojas de la mano mientras era guiada hacia mi habitación. Ya en ella me distraje mientras me preparaba para lavarme, no tenía apetito así que me negué a cenar esa noche y cuando por fin el sol se ocultó y un par de velas iluminaban mi habitación, miré los documentos.
Sonreí, porque estaba en lo correcto cuando le dije al duque Maximilian que mi familia no tardaba en venderme.
Todos eran documentos donde me presentaban a posibles candidatos para ser mi marido, tanto jóvenes nobles emergentes, como viejos viudos.
De entre todas las opciones, de verdad mi mejor opción era aceptar el contrato con el duque Maximilian.
Negue.
Me prometí a mi misma, jamás volver a ser la marioneta de nadie más.
Y eso incluía a mi familia.
¿Cuál era la mejor opción como princesa para evitar el matrimonio?
¿Debería actuar como una loca psicópata?
No estaba tan equivocada, si actuaba como una mujer que había perdido la razón lo mas probable es que mi propia familia trate de eliminarme.
¿Entonces debería de actuar como una villana?
Aunque ese camino, de verdad me llevará a la muerte.
Lo mire por donde lo mire, de verdad que no tengo muchas opciones.
Miré de nuevo las propuestas de matrimonio y una en especifico llamó mi atención.
¿Que estaba haciendo el perfil del segundo príncipe en la lista de pretendientes?
***
Cuando envié una carta para encontrarme con el segundo príncipe de este imperio, no esperaba una respuesta tan rápido.
No era algo que me dejara sorprendida por completo, desde un inicio la familia imperial estaba interesados en mí, así que aunque sea la esposa del segundo príncipe ellos aún me tendrán bajo su ala.
Era una reunión informal donde solo me encontraría con el segundo príncipe, sin necesidad de estar bajo presión.
Tal cual me lo esperaba, las miradas que todos los sirvientes me dirigían eran tan obvias.
Por lo cual no me sorprendió cuando me encontré frente a mi ex prometido, quien estaba siendo acompañado por Rosé. Dereck por el contrario me miraba aún molesto, ¿Desde cuando me miraba de esta forma? No lo había notado antes.
—¿Qué crees que estás haciendo aquí? ¿Quién te dejó pasar? —Me cuestiona el príncipe con notable desagrado. Bufé con una sonrisa.
Ya era bastante obvio que no me quería cerca de él, pero eso no significaba que seguiria atrás de su atención, sufiente tenía con saber que él jamás sintió lo mismo que yo.
—Hoy no vengo de visita, soy una invitada de su alteza el segundo príncipe. Voy a encontrarme con él para almorzar juntos. —En realidad no sabía si la invitación era para comer, pero asumiendo la hora de nuestro encuentro supuse que sería así.
Mis ojos se encontraron momentáneamente con el primer príncipe.
Sin poderlo evitar, mi mirada se fijó en la joven Rosé. Su cabello castaño que caía lacio hasta su cintura y sus hermosos ojos azules que reflejaban una inocencia tan bonita.
Era una lástima que una señorita esté bajo los feos rumores de ser la otra. Pero si al final llegaba a ser una emperatriz amada por todos, supongo que estos rumores no son nada.
—¿Estas tratando de buscar pelea? —De nuevo este idiota trata de esconder a la señorita detrás de él. Por el contrario a lo que se me espera de mi persona no reacciono violenta y mejor giro mi cara.
—Ten poco más de cuidado con tus palabras, probablemente nos convertiremos en familia pronto.
No esperé a una respuesta de su parte y de inmediato comencé mi camino hacia el lugar donde me iba a encontrar con el segundo príncipe.
Pude oír como me llamaba desde mis espaldas, pero decidí ignorarlo.
Era una inofensiva broma.