La bruja del caos a despertado, y ella podría traer la salvación o la destrucción del mundo, ¿que camino elegirá?, todo dependerá de lo que ella crea valga la humanidad. Pero, para desatar todo su poder necesita liberar por completo al dragón de la oscuridad, así que, para romper el sello que lo mantiene en su prisión, es necesaria la energía de un guardián de dragón, y en el mundo, solo existen 2, y el único cuya energía es más poderosa, es la del príncipe Calix, el guardián del dragón blanco, ¿podrá la bruja de caos conseguir su energía para liberar todo su poder?
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Capitulo 24. ¿sincerarse?
Ravenna no esperaba que el príncipe hiciera algo así, y esto, la hizo perder la concentración que la presión de la liana afloja y desaparece. Aun así, el rubio continúa con el beso sin dejar de abrazarla, Ravenna se resiste un poco, pero, al final, termina por corresponder, siguiendo el ritmo del beso, la presión aumenta, los labios se abren con ansias y las lenguas se encuentran en una danza apasionada.
Las manos se Calix se deslizan por la espalda de Ravenna y aferran a la nuca, tirando suavemente del cabello, mientras sus cuerpos se presionan entre sí. Un calor recorre el cuerpo de ambos, las manos de Ravenna sobre el pecho de Calix aprietan la ropa del rubio. Ambos se estaban dejando llevar por esa atracción del momento, hasta, que el aire hace falta y se separan con las respiraciones agitadas, Calix observa la marca de mordida que dejo en el hombro de la chica, así que, aparta un poco más la ropa para dejar un beso y después lamer la zona, causando que Ravenna se sobresalte ante el cosquilleo que ha sentido.
Calix oculta su rostro entre el cuello de la bruja.— carajo...
Tras decir esto, aun abrazando a la chica, giro, dejando a Ravenna bajo suyo, la cual se muestra sorprendida, pero no molesta, ella también estaba un poco confundida por lo que estaba pasando, mientras que Calix la observa fijamente a los ojos, y Ravenna siente un escalofrío recorrer su cuerpo al mirar fijamente ese par de ojos dorados.
–si no me detienes ahora, lo tomaré como una señal y no habrá vuelta atrás.— murmura el rubio.
—creo que ya no la hay desde esa noche...— responde Ravenna.
Tras escuchar esta respuesta, Calix se inclina nuevamente, dejando un par de besos en el hombro y cuello de la chica, mientras que ella sentía un cosquilleo recorrer su cuerpo ante el roce de sus labios, pero, empuja a Calix para girar nuevamente, recibiendo ella un rasguño en la espalda por parte de una de las bestias de la calamidad.
Calix reacciona notando la presencia de la bestia y a Ravenna la tiene aun en sus brazos encima suyo, aunque, esta se queja por el dolor del rasguña, así que se reincorpora sentándose y levanta la mano haciendo que varias lianas espinosas salgan de la tierra atrapando a la criatura a la cual tira para presionarla contra el suelo.
—aun no aprenden que a la bruja del caos nunca podrán ganarle.— reclama molesta.
Calix puede ver las heridas en la espalda de la chica, pero, otras dos bestias salen de entre la niebla, así que se pone de pie usando los pétalos afilados para atacar a las dos bestias. Esto para distraerlas, mientras el crea un sello bajo sus pies, y de este comienzan a salir más pétalos.
En el palacio de Celes, algunas damas paseaban por el jardín de las rosas, cuando repentinamente un sello apareció arriba del jardín y un fuerte viento comenzó a atraer las rosas hacía el sello, mientras las damas gritan y corren aterradas.
Calix al tener aún mas pétalos, crea un remolino alrededor de las bestias y este se va encogiendo atrapandolas hasta aplastarlos por completo, ante esto, salpica la sangre y restos de las bestias, así que, protege a Ravenna y así mismo con un escudo creado de energía.
—nada mal, Rozi.— comenta la bruja.
Ravenna también había acabado con la bestia con la que estaba peleando.
–y eso, que aun no estoy al nivel de mi madre.— porque, a diferencia suya, su madre no necesita de tantas rosas, ya que, con dos o una, su magia crea réplicas de estas para que sean más, y pueda crear un ataque más letal.
Calix se quita la chaqueta y la estira sobre el suelo, haciendo que los pétalos se agrupen sobre la tela. El rubio envuelve todo y lo levanta, no puede desperdiciar esas rosas.
—volvamos dentro.— se da media vuelta caminando de regreso a la cueva.— necesitamos ocultar nuestro mana, es posible que la calamidad nos encuentre debido a eso.
—creo que puedo hacer algo. Haré que los espectros aparezcan en otro lado, llevando la misma esencia de nuestro mana, cuando la calamidad los encuentre, ellos desapareceran y saldrán en otro lado.— explica Ravenna.
Ella saca un par de cristales de su bolso, y le pide al rubio que llene ese cristal con su mana, mientras que ella hace lo mismo. Calix hace lo que la ella le pide y le regresa el cristal, así que, Ravenna regresa fuera de la cueva para empezar con su trampa.
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La noche llego, Calix estaba sentado contra la pared de la cueva y se cubría con su capa, para tratar de dormir un poco, Ravenna por su parte, hizo que sus espectros le trajeran hierva seca, la acomodo y la cubrió con una manta, para poder acostarse y no estar directamente en el suelo, se cubrió con una sábana para tratar de conciliar el sueño.
Mientras la noche avanza, la temperatura comenzaba a bajar, en especial dentro de esa cueva. Ravenna se despierta, y dirige su mirada donde Calix descansaba, pero este ya no se encuentra en ese lugar, así que observa a su alrededor, notando al chico de pie frente a las columnas.
—no debería acercarse tanto.— le advierte Ravenna.
Calix voltea hacía la chica.— antes lo toque, así que ahora no pasa nada, mientras no lo toque.— levanta ambas manos.
—mejor regrese a dormir, no sabe cuando volverá a tener esa oportunidad una vez que tengamos que enfrentarnos a la calamidad.— contesta Ravenna.
Calix recuerda las escenas de su sueño, en especial la parte donde aquel rey tuvo que sacrificarse, y si eso era necesario para encerrar de nuevo a la calamidad, entonces, tendrán que elegir un sacrificio. El chico aprieta las manos con cierta frustración.
—no puedo dormir, es incómodo y hace demasiado frío.— la capa no es suficiente para calmar el frío, pues no es especial para ese tipo de clima.
Ravenna se queda mirando su cama improvisada, y deja escapar un leve suspiró.
—puede venir aquí.— señala el espacio a su lado.— tengo una sábana extra.
Al menos ella si fue prevenida. Calix se sorprende por el ofrecimiento, pero, no lo rechaza, así que, se acerca y sienta a lado de la chica, mientras esta le pasa la sábana, hecho esto, ella se acuesta dándole la espalda al príncipe y se cubre con su sábana. Calix solo muestra una leve sonrisa, y se acomoda tratando de no invadir el espacio personal de la bruja.
—sobre lo de esta mañana...— habla Calix.
—¿que?, ¿quiere seguir?— pregunta con un tono burlón.
—no es eso...es solo qué...con lo que esta pasando, quizás sea mejor no seguir, no sabemos si saldremos vivos ambos.— responde Calix. Y lo que menos quisiera, es dejar a la joven sola si algo le llegara a pasar durante la batalla.
Ravenna se reincorpora para sentarse, mirando al chico que aun permanece recostado.
—no se usted, pero yo planeo salir viva y continuar con mi limpieza, si no sobrevive, es porque realmente era débil.— comenta con cierta molestia.
Calix levanta la vista hacía la chica, y la jala del brazo para atraerla a él abrazándola contra su pecho. Ravenna se sorprende en especial al sentir que el príncipe acaricia su cabello.
—hay algo que debo decirle...cuando toque el pilar, me mostró un sueño...o más bien era una visión al pasado...
Calix le cuenta sobre el ritual y el sacrificio que se debe de hacer para abrir el vacío, y sin ese sacrificio, no se puede completar. También le cuenta como es que la calamidad pudo liberarse de su prisión, esto hace que Ravenna se aparte mirando con sorpresa al chico.
—entonces...¿esta diciendo que serás el sacrificio?, tú no pareces tan puro de corazón.— responde Ravenna.
—creo que, el querer salvar a mi familia, es suficiente, no necesito ser un santo...además jamás sacrificaría a nadie más.— asegura.
—puede haber otra solución...y si fue por mi mana que la calamidad se libero, entonces, soy quien tiene solucionar eso.— expresa Ravenna con seguridad.
Calix levanta la mano para acariciar el rostro de la chica, tal parece que no es tan mala como quiere hacerse ver, ya que estaría dispuesta a sacrificarse ella. Calix deja un ver leve sonrisa y la sostiene de la nuca para atraerla, dejando un beso en su frente, lo que toma por sorpresa a la chica.
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