Laura renace como personaje de una novela que leyó.. y decide a cambiar su destino.
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
24) Dulce Prisión
25)Secretos de una poción
26) La venganza de Leia
27) Recuerdos de mi futuro
** Todas novelas independientes **
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Invitación
Al dia siguiente Nora recibio una invitacion formal para asistir a un almuerzo en los jardines del palacio, organizado por el rey. al principio pensó en rechazarla, pero luego entendió que era parte de su papel y aceptó. se vistió con un vestido color crema sencillo, sin joyas, y dejó su cabello suelto, como solia hacerlo antes de despertar en aquel mundo..
el lugar estaba lleno de nobles, con trajes elegantes y sonrisas ensayadas. las mesas estaban decoradas con flores frescas y copas brillantes. el sol se filtraba entre las hojas de los rosales, dándole al ambiente un aire casi irreal..
cuando Nora llegó, varias miradas se giraron hacia ella. algunos cuchicheaban, otros la saludaban con cortesia. pronto, comenzaron a acercarse, curiosos por conocer a la prometida del principe maldito..
—es más amable de lo que dicen —murmuró una dama joven con un abanico en la mano.
—y muy inteligente, habla como si hubiera leido toda la biblioteca del palacio —añadió otro con tono sorprendido.
—quizás los rumores sobre el ducado aldridge fueron inventos —dijo un tercero, bajando la voz.
Nora sonreia con serenidad, respondiendo a cada saludo con educación y una gracia natural que desarmaba a los presentes. hablaba de libros, de la historia de Deira, incluso de magia sin presumir, con una calma que despertaba simpatia y curiosidad.. el conocimiento de la novela la volvia conocedora de muchos temas, por lo que se mostraba como una de las señoritas mas interesantes del ultimo tiempo..
pero en el extremo opuesto del jardin, sentado junto al rey, estaba el principe Jahir. su expresión era tan fria que helaba el aire a su alrededor. nadie se atrevia a mirarlo directamente, y menos aún a dirigirle la palabra.
el contraste entre ambos era evidente.. mientras Nora irradiaba una luz tranquila, Jahir parecia una sombra contenida, una tormenta a punto de estallar.
ella lo notó, claro que si. podia sentir su mirada, aunque él fingiera desinterés. sabia que la observaba, evaluando cada gesto, cada palabra, buscando la razón de por qué no temia estar alli..
cuando el rey levantó su copa para brindar, todos lo imitaron. Nora también, y en ese momento sus ojos se cruzaron con los de Jahir, solo un segundo, pero fue suficiente. esa sensación extraña, esa presión invisible que ya habia sentido antes, volvió a recorrerla. su magia reaccionó, como si el aire entre ambos estuviera cargado de algo que no entendia.
ella disimuló, bajando la copa lentamente, sonriendo como si nada..
[no importa si me odia, pensó. no vine a complacerlo, vine a vivir.]
entre los asistentes, una figura se levantó de su asiento con la calma de quien está acostumbrada a ser el centro de atención. era la duquesa Marwen, la mujer más influyente de la corte, considerada la voz femenina del reino desde que la reina habia muerto años atrás. su sola presencia bastaba para que todos guardaran silencio..
sus pasos resonaron suaves sobre las piedras del jardin mientras se acercaba a Nora. tenia el porte de alguien que habia visto reyes nacer y caer, y sus ojos, afilados como cuchillas, se detuvieron en ella con un brillo calculador..
—asi que tú eres la prometida del principe —dijo con una sonrisa casi imperceptible—. dime, lady Nora aldridge, ¿le encuentras algún error al jardin real? —su tono sonaba amable, pero todos sabian que la pregunta era una trampa..
el murmullo del viento entre las hojas fue lo único que se escuchó. los nobles contuvieron el aliento.. algunos sonrieron esperando el tropiezo, otros bajaron la vista temiendo presenciar una humillación.
Nora, sin embargo, mantuvo la compostura. giró lentamente para observar el jardin a su alrededor, los rosales, las fuentes, los senderos de piedra, las flores en plena floración. después de unos segundos, volvió la mirada hacia la duquesa con una leve sonrisa.
Nora: seria una imprudencia de mi parte buscar errores en algo tan cuidadosamente cultivado, duquesa.. aunque, si me lo permite, diria que lo más hermoso de este jardin es que cambia con las estaciones… como el reino. saber cuándo podar o dejar crecer una flor también es un arte, y veo que aqui ese arte se domina perfectamente..
un silencio se extendió entre los presentes. la respuesta era impecable.. educada, elegante, imposible de refutar. la duquesa entrecerró los ojos, sorprendida por la inteligencia de aquella joven que, según los rumores, era arrogante, impulsiva e incapaz de comportarse.
el rey soltó una risa baja, satisfecho.
Rey: excelente observación, lady Nora. tienes el ojo de alguien que entiende más de lo que dice..
varias damas asintieron entre murmullos de admiración, y los cortesanos comenzaron a mirarla con respeto genuino.
solo el principe Jahir permaneció inmóvil. desde su lugar, la observaba con esa mezcla de desconfianza y fastidio que crecia cada dia más. la vio sonreir con calma, responder con gracia, ganarse la simpatia de todos, y eso lo irritó aún más.
apretó el puño bajo la mesa, ocultándolo con el mantel.
[no puede ser tan perfecta, nadie lo es.]
Nora, sin embargo, lo notó. no su furia, sino la sombra de algo más detrás de ella. y aunque fingió no mirarlo, una parte de su mente se preguntó si bajo esa armadura fria del principe maldito no habia algo más que solo odio.
Cuando el almuerzo terminó, los invitados comenzaron a retirarse entre risas suaves y murmullos admirados por la inteligencia de la joven Aldridge. el rey fue el último en marcharse, acompañado por sus consejeros. solo quedaron en el jardin Nora, mirando una fuente cubierta de flores blancas, y el principe Jahir, que se acercó con pasos firmes y mirada fria.
Principe: asi que eso es lo que haces.. fingir amabilidad para ganarte a todos.
Nora alzó la vista, tranquila.
Nora: ¿fingir? solo respondi con educación. no esperaba que eso te molestara, alteza.
Principe: me molesta ver cómo intentas lucirte.. todos los ojos puestos en ti, la prometida perfecta, la noble de sonrisa amable… ¿esperas que crean que eres distinta a lo que cuentan de ti? eres una interesada, lo único que buscas es el puesto de princesa heredera.
ella lo observó en silencio unos segundos. luego dejó escapar un suspiro leve, cansado.
Nora: si eso piensas, termina el compromiso. hazlo..
el principe frunció el ceño.
Principe: no es tan simple. el consejo y mi padre solo buscan casarme.
Nora: entonces dile que no. dile que no quieres casarte conmigo.. no me importa, principe Jahir. si buscara casarme, te aseguro que tendria opciones… y ciertamente no te elegiria a ti.
su voz fue suave, sin rastro de burla, y quizá por eso dolió más..
Jahir la miró fijamente, como si quisiera descubrir qué clase de juego era ese. esperaba verla temblar, justificarse, defender su posición… pero no. Nora solo lo observaba con la misma tranquilidad que lo desquiciaba.
Principe: tienes demasiada confianza para alguien que no entiende dónde está parada —dijo finalmente.
Nora: tal vez.. pero prefiero caer de pie que vivir arrodillada.
esa frase lo dejó sin palabras, aunque él no lo demostró. solo giró sobre sus talones y se alejó, su capa negra moviéndose como una sombra al viento.
Nora lo siguió con la mirada, sin rencor.